Crítica de 'Warcraft: El origen': a jugar
Cartel promocional de 'Warcraft: El origen'

En un tiempo en el que las adaptaciones de los videojuegos son un arma de doble filo, llega una película basada en uno de los más conocidos. No es nada sencillo contentar a todo el mundo en estos casos debido a la gran variedad de seguidores que acredita cada juego.

Aquellos más tradicionales que busquen un calco de la historia desarrollada en la pequeña pantalla de las televisiones particulares quizás se vean decepcionados. Sin embargo, ahí puede radicar uno de los puntos fuertes de la película. Sorpresas y decisiones que aportan frescura a una película en la que se han sabido encajar todas las piezas con la vista puesta en un futuro aún mayor. 

Sorpresas y decisiones que aportan frescura a una película en la que se han sabido encajar todas las piezas con la vista puesta en un futuro aún mayorNada de lo que ocurre es casualidad, hay un trabajo detrás y eso se nota. Otro de los obstáculos que se salvan es esa peste a croma barato que suelen acreditar estas películas. El resultado es un paisaje agradable con tintes que recuerdan a 'El Señor de los Anillos', salvando las distancias. 

Aunque no estamos ante algo muy parecido a las películas de Peter Jackson, esa ambientación y el sentir que despierta la película es algo que se hace necesario en el cine. Se necesitan más películas de este estilo.

Cierto es que hay algunas partes y determinados puntos que hubieran requerido de un arreglo más. A pesar de la larga duración, se hace notoria la sensación de que faltan cosas por desarrollar y explicar (quizás los más fieles seguidores del juego 'World of Warcraft' no tengan dicha sensación). A los no tan fans de las historias de Warcraft les entretendrá la película aunque sientan que en determinados momentos se les están escapando algunas cosas.

El gran elenco que acredita el largometraje consigue hacer la historia creíble. En especial cabe destacar la labor de los secundarios de lujo como Dominic Cooper, Ben Foster o una increíble Paula Patton. 

Si en futuras películas (que esperemos lleguen) consiguen dar esa última capa de pintura que le falta a esta primera parte y aportan más tintes épicos y destellos de 'El Señor de los Anillos', podemos estar ante una de las franquicias más atractivas de los últimos años.

Lo mejor: Margen. El final de la película, el enfoque dado y determinadas decisiones argumentales hacen que como bien indica el título, sea solo el comienzo. Hay mucha trama por desarrollar, mucho por donde tirar y con gran materia prima. Deben, no obstante, andar con pies de plomo para no torcer lo que con buena base va creciendo. 

Lo peor: Consistencia. Es un halago para la película el decir que se desarrollan varias tramas con distintos personajes a lo largo de los 123 minutos. Sin embargo, el que mucho abarca poco aprieta. Algunas relaciones resultan poco creíbles porque falta indagar más en cada personaje. La relación entre Lozar y la mestiza queda demasiado forzada, la trama de los magos y el joven futuro guardián queda desaprovechada...quizás habría que haber dejado algo para futuras entregas.

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