'Money Monster': una película llena de excesos
Cartel en español de "Money Monster"/ sensacine.com

La actriz y directora Jodie Foster, cuyo anterior trabajo tras las cámaras fue “El castor” (2011), nos presenta en su último proyecto una historia ambiciosa, cargada de momentos de puro thriller y con una gran crítica a la televisión como forma de espectáculo y a las entidades banqueras. Money Monster es un largometraje hecho para reflexionar y debatir sobre la desastrosa sociedad que se está creando.

El principal problema del film radica en su ejecución: para presentarnos la cruda realidad actual, Money Monster lleva el mundo del espectáculo televisivo a una exageración poco realista, con momentos de comedia y chistes que lo único que provocan es que el espectador no consiga meterse en la cinta. Después, cuando se adentra en un clímax de suspense y acción, la película se vuelve de lo más interesante, manteniendo al público en su asiento y deseando saber cómo se va a solucionar todo esto, gracias a un guion con giros que, en bastantes ocasiones, hace que se llegue a creer que va a suceder una cosa, cuando realmente ocurre la contraria.

Money Monster es, sin duda, un largometraje bastante irregular, lleno de curvas y baches por todos lados, ya que logra momentos de absoluta brillantez que hace, cuanto menos, reflexionar y enganchar al espectador, ya que presenta a las diferentes “clases” que conforman la sociedad y que, por desgracia, cada vez hay mayor diferencia entre ellas. Sin embargo, en otras ocasiones, el filme recurre al chiste fácil, a la exageración y a situaciones que no ocurrirían de ningún modo en la vida real.

Es muy destacable el papel interpretado por Jack O`Connell, sin duda la gran estrella de la cinta y que deja en un segundo plano a Julia Roberts y al sobrevalorado George Clooney.

Por tanto, el resultado de Money Monster es el de una película fría, que podría haber sido mucho pero que se queda empequeñecida por culpa de que Foster intenta hacer amena la tensión narrativa con chistes tontos y soluciones absurdas.

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