Crítica de 'Mi Amigo El Gigante'
Cartel en español de "Mi Amigo El Gigante"/ cinemania.es

Después de la aclamada “El Puente de los Espías” (2015), considerada como uno de los mejores largometrajes de su filmografía, el director Steven Spielberg, sin duda todo un maestro, vuelve al terreno que más le gusta, el cine familiar, y que tantos buenos momentos nos ha regalado, como por ejemplo "Tintín y el secreto del Unicornio" (2011). En su último proyecto, Spielberg pretende crear al ET del siglo XXI, tal y como ha señalado el director en varias entrevistas, aunque esto se queda solo en un intento.

Mi Amigo El Gigante arranca con una lenta introducción, que marca el devenir de la cinta. La película es aburrida, carece de un hilo argumental interesante para atraer al espectador. Spielberg parece haberse olvidado, en esta ocasión, de buscar conectar con todo tipo de público, ya que “Mi Amigo el Gigante” es demasiado infantil, puesto que parece que no busca atraer a un espectador mayor de 10 años y quiere lograr el divertimento del público con frases y situaciones que sacan mucho de contexto (por ejemplo, la forma de hablar que tiene el gigante).

Otro de sus fallos es la falta de carisma de sus protagonistas. El personaje de la niña tendría que haber sido mucho más interesante, se podría haber profundizado en su condición de huérfana o darle un papel más relevante ya que, aunque sea una de las protagonistas, da la sensación de que queda relegada a un segundo plano. Por otra parte, el gigante aparece en el filme con la función de enternecer al espectador y demostrar que no todos ellos tienen por qué ser malos. Sin embargo, la manera en la que está construido el personaje del gigante no ayuda nada, ya que no logra conectar con el público.

La cinta quiere introducir temas como la amistad, el ser diferente y la bondad pero, como consecuencia, aparecen situaciones como la visita a la reina de Inglaterra, que quizá sea lo peor del filme.

El largometraje se salva gracias a la buena animación de los gigantes y a su espléndida calidad visual. Sin embargo, esto no es suficiente y logra como resultado un film flojo en su argumento y narrativa, que no está a la altura de lo que nos tiene acostumbrados Spielberg.

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