Claves del éxito de "Que Dios nos perdone"
Foto: ecartelera.com

El pasado 28 de octubre se estrenó en las salas españolas la segunda película de Rodrigo Sorogoyen, quien vuelve a ponerse detrás de las cámaras después de la excelente “Stockholm” (2013). Desde que salió su primer tráiler en abril de este año, prometía ser uno de los thrillers más impactantes de este año, y desde luego no estábamos equivocados. 2016 está siendo glorioso para el cine español, y “Que Dios nos perdone” se ha convertido en uno de los mejores films del año, cosechando excelentes críticas, pese a que algunos críticos, como Mirito Torreiro, la consideran demasiado sensacionalista. Además, se llevó en el Festival de San Sebastián el premio al mejor guión y se ha convertido en una de las favoritas de los próximos Goya.

Su principal éxito se debe a su estructura narrativa. Está relatada de una manera que, en ningún momento, parece que sea una historia de ficción. Los personajes y las situaciones que ocurren son muy realistas, hasta un punto que da miedo.

Su guión es impecable y que permite que te metas en la historia desde el primer momento y que no desconectes ni un solo segundo. Todo lo que ocurre es impredecible, no te puedes imaginar lo que va a suceder en la siguiente escena. A pesar de su extensa duración, 127 minutos, no le sobra ni un solo fotograma. Todo lo que rodea a “Que Dios nos perdone” es absolutamente imprescindible. Pese a que sus imágenes son bastante duras, desagradables y pueden incomodar al espectador más sensible, son necesarias, puesto que no se recrea en ellas y no las muestra sin justificación alguna.

Mención aparte se merece su brillante elenco. Roberto Álamo está sobresaliente, con un personaje bastante difícil con el que otros hubiesen caído en la exageración, pero que él defiende como buen profesional que es. Mención aparte se merece Antonio de la Torre quien, probablemente, se encuentre ante el mejor papel de su carrera, con una tartamudez perfecta y con la que se reafirma como uno de los grandes. Realmente, este año los académicos lo tienen muy complicado con él, puesto que su papel en “Tarde para la ira” también fue excelente, al igual que toda la obra en su conjunto.

Rodrigo Sorogoyen ha vuelto a demostrar que sus trabajos están llenos de calidad y ha dejado con muchas ganas de que estrene una nueva cinta pronto. A pesar de “Que Dios nos perdone” está pasando desapercibida por la taquilla, víctima de la resaca de la fiesta del cine, ha logrado convertirse en una película de obligada visión para todos los cinéfilos y que, con el tiempo, puede convertirse en un clásico. Una vez más, el cine español demuestra que los prejuicios que van asociados a él están más que injustificados, puesto que puede ofrecer títulos de calidad igual o superior a la de otros países.

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