Cine de largo: El show de Truman
Montaje: Javier Gimeno, VAVEL.

El show de Truman o La historia de una vida en Hispanoamérica. Fue estrenada en 1998 y dirigida por Peter Weir. Se trata de una película de producción estadounidense y del género de comedia dramática y ciencia ficción. Su director Peter Weir, había realizado nueve años antes El club de los poetas muertos y en 1975 Los coches que se comieron París, que supuso un salto de calidad y consideración del cine australiano en el parangón mundial. Posteriormente en 2003, dirigiría Master and Commander.

El guión de esta largometraje fue de Andrew Niccol, que un solo año antes había escrito y dirigido Gattaca. Del género de suspense y ciencia ficción, fue catalogada como película de culto en la historia del cine. Andrew Niccol, al igual que Peter Weir eran de origen oceánico, queriendo destacar así el talento cinematográfico presente en el continente como anteriormente harían ver al mundo con The Cars That Ate Paris.

La película cuenta la vida de Truman Burbank; un hombre corriente y algo ingenuo que vive una rutina muy anodina en un pueblo en el que nunca pasa nada. Con el tiempo, unos extraños sucesos le empiezan a hacer sospechar que algo raro está ocurriendo. Sus amigos son actores, su ciudad es un plató y su vida está siendo grabada y emitida como el reality show más ambicioso de la historia. Años más tarde, el guionista Andrew Niccol escribiría los guiones de La Terminal, El señor de la Guerra, In Time y The Host. Confirmándose junto al Show de Truman, su gran talento como guionista.

Para tan ambicioso y original guión el reparto estuvo compuesto por Jim Carrey, Ed Harris, Laura Linney, Holland Taylor y Paul Giamatti entre otros. El protagonista de la película, Jim Carrey, había realizado unos pocos años antes dos películas de Ace Ventura, La máscara y Batman Forever. El otro peso pesado del reparto, Ed Harris, con un mayor bagaje dada su edad, venía de realizar La roca, Nixon y Apolo 13.

El presupuesto de la película fue de 60 millones de dólares. Con un presupuesto inferior inicialmente, este aumentó en gran medida cuando Jim Carrey se unió al proyecto como protagonista. Además, de manera anecdótica, Jim Carrey cobraba en esa época 20 millones de dólares por película. Sin embargo, fascinado por el papel de Truman Burbank, se redujo el salario a 12 millones para que la película se pudiera llevar a cabo. Como se observaba en películas de no hacía muchos años antes, pero sí, de origen independiente, Trainspotting contó con tres millones y medio de libras (1996) y Pulp Fiction con ocho millones de dólares (1994). La intrusión de Hollywood en la producción del Show de Truman permitió su presupuesto final. No obstante, fueron más de 260 millones de dólares los que recaudó el film de Weir.

La película fue aclamada por el público y la crítica. Destacada por su gran equilibrio entre la comedia y el drama, el enfoque de querer contar una historia más allá de ser el típico blockbuster impuesto por las majors, se ganó a la prensa. El hecho de contar como funciona la televisión dentro del cine, o el propio cine dentro del mismo (Metacine), supuso una grata sorpresa para el público, tratándose de algo muy novedoso e interesante para el espectador.

Es difícil ponerse en el lugar de un espectador de 1998, incluyendo su cultura cinematográfica. Pero el guión y la trama de esta película supusieron en aquellos años y todavía ahora, un gran hito en la historia del cine. Ahora solo queda verla. Se verá si todas las expectativas y buenas críticas eran reales o sólo una exageración. Ciento tres minutos tienen la culpa.  

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