Era un secreto a voces, Mclaren vuelve al naranja papaya, ese naranja con el que Fernando Alonso corrió las 500 millas de Indianápolis y con el que Bruce Mclaren dio comienzo a la leyenda del equipo británico, toda una declaración de intenciones.
“A quien madruga Dios le ayuda”, eso ha debido pensar Mclaren con la presentación del MCL33, porque el coche se ha desvelado a primera hora de la mañana, coincidiendo con el filming day que tiene programado para hoy el equipo de Woking en el circuito de Navarra.
El evento estuvo dirigido por el director ejecutivo de la marca Zak Brown, y por el director deportivo Eric Boullier. Los pilotos, Fernando Alonso y Stoffel Vandoorne, también quisieron estar presentes.
Sin duda el aspecto predominante a la hora de destacar las novedades del monoplaza es ese color naranja papaya con tanto significado intrínseco para la escudería, que viene acompañado de un buen número de patrocinadores que dan otro aspecto al futuro del equipo, marcas como Petrobras, Dell o Kimoa han estado también presentes en la decoración del MCL33.
En cuanto al aspecto técnico, Mclaren no ha querido mostrar muchas de sus armas en la presentación. A la espera de lo que veremos en los test de Barcelona y en el Gran Premio de Australia, el MCL33 presenta un interesante doble corte en el fondo plano, pontones ajustados buscando liberar la zona inferior, dos líneas de cuatro generadores de vórtices cada una en la zona superior, un ala delantera continuista estilo 2017 con pequeñas evoluciones en los prebargeboard. La parte trasera sigue con el concepto tamaño zero de años anteriores a pesar del cambio de motor, la cola está extendida hasta el escape, ala tipo 2017 con branquias cerradas y sin ala de T.
Aunque sin duda, el verdadero cambio no está en el exterior, el cambio de motor a Renault debe hacer volver a Mclaren a los puestos de arriba, olvidando esa pesadilla que ha sido el motor Honda durante los últimos tres años.