La Fórmula 1 llega a Francia, un Gran Premio inédito desde 2008 y está vez en un circuito que llevaba sin ser visitado por el gran circo desde 1990, Paul Richard.  En aquella ocasión, el final fue el soñado por los franceses de la época. El piloto francés Alain Prost conseguía una brillante victoria en casa. 28 años después, el mismo Prost tiene dos protegidos en la escudería Renault: Nico Hülkenberg y el español Carlos Sainz, que luchan por dar una nueva alegría al público galo.

Carlos Sainz por tanto competirá en casa de su equipo, Renault, por lo que este Gran Premio es probablemente el más importante del año y el más especial. Inmediatamente Carlos ha captado esta esencia al llegar a Paul Richard. "Me he quedado impresionado con la cantidad de niños y de gente con la gorra de Renault que hay por el circuito en este Gran Premio”, decía el piloto de Renault. 

Un apoyo y un ambiente que el madrileño encuentra básico y que ha echado en falta: "Se ve que tanto el equipo, como Francia, como la Formula 1 estan volcados en este Gran Premio y la verdad es que esa reacción es algo que hacia falta".

A pesar de correr para Renault, Sainz sigue perteneciendo a la disciplina de Red Bull, que daba la campanada esta semana al anunciar oficialmente que montará motor Honda el próximo año, una decisión que el joven piloto no cree que le afecte personalmente: "Creo que no me afecta personalmente. Tal vez el año pasado me afectaba más porque el intercambio de motores que hubo y el trato que hubo conmigo, pero este año no dependo de esa decision sino de lo que quiera hacer Red Bull y quiera hacer Ricciardo".

Sainz fue uno de los protagonistas el pasado año, cuando Renault aceptaba intercambiar los motores Honda de MCLaren y Renault de Toro Rosso únicamente si se daba la condición de que Carlos Sainz corría con la escudería del Rombo.

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Alejandro Caminero
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