Esta temporada está siendo una de las más complicadas para Williams, cuyo mejor resultado ha sido el octavo puesto conseguido por Lance Stroll en el Gran Premio de Azerbaiyán. Curiosamente un año antes quedó cuarto cuando Bottas le arrebató el podio en la recta de meta. Por ello no es ningún secreto que, tras conseguir solo 4 puntos en diez carreras, Lowe haya reconocido a Motorsport que este es, quizá, su desafío más grande en la Fórmula 1.

“En muchos aspectos sí. Hubo algunos otros desafíos a los que me enfrenté en diferentes ocasiones, pero este es uno nuevo para mí en todos los sentidos. He tenido la suerte en mi carrera al no trabajar en una escudería que no estuviera cerca de la cabeza en cuanto al rendimiento. Allí estuve siempre en el top 10”, comenzó.

No obstante, el que un día fue el director ejecutivo de Mercedes, donde contribuyó en los dos títulos mundiales de Lewis Hamilton y el de Nico Rosberg, ahora está en Williams, al que ve como “un equipo que tiene mucho trabajo por hacer para volver a estar delante”. Pese a que su función dentro de la escudería de Grove ha sido puesta en entredicho aseguró que cada vez se muestra más “positivo” de lo que pueden llegar a conseguir.

El quebradero de cabeza más grande para el equipo británico es la aerodinámica. Este ancla está hundiendo cada vez más a Williams, que vio como sus dos coches quedaron eliminados en la Q1 de Silverstone. Dada la situación, Lowe ha dejado caer que se están enfocando en el desarrollo del monoplaza “para el próximo año”.

Pero no todo está perdido, este año, para el director técnico de Williams ya que, pese a que habrá un cambio de reglas el año próximo, el FW41 servirá como ejemplo: “Todavía hay muchos aspectos del coche para los cuales el desarrollo y el aprendizaje en este se transmitirán”.