Los cambios de reglamento en cualquier categoría del automovilismo traen consigo polémica y desacuerdos, y en el mundial de resistencia están ahora inmersos en este proceso. La FIA y el ACO (Organización automovilística de Francia) hicieron una propuesta basada en las carrocerías de los “hypercar” y “supercar”. Además, pretenden que se usen motores híbridos y que la parte eléctrica de todos sea de Bosch, tal y como informa SoyMotor.

Si estas normas entraran en vigor, los costes serían iguales o superiores a los que tiene actualmente un equipo privado de LMP1. De ser así, no se ahorrarían costes tal y como los equipos y la FIA pretendían. Es por esto que marcas como Ferrari, Ford y Lamborghini han mostrado su total rechazo a estas ideas. Otras como Porsche no están seguras de aceptarlas.

A esto hay que sumarle que la IMSA (Asociación que organiza campeonatos en América del Norte) ha anunciado que seguirá utilizando los Dpi (prototipo de carreras de resistencia en Estados Unidos) y que modificará el BoP (equilibrio de rendimiento) para favorecer a estos coches. En la IMSA dan prioridad a la reducción de costes sobre la tecnología de vanguardia.

A día de hoy, solo Toyota muestra interés por seguir en el LMP1 aún con estas reglas. De hecho, presentaron un concepto de “supercar” que pretenden elaborar. Hay otras marcas como McLaren o Aston Martin que también podrían estar presentes.

Se puede observar que en el WEC el ahorro de costes da muchos quebraderos de cabeza a la hora de que todas las partes estén de acuerdo con un cambio de reglamento. Esto mismo ocurre también actualmente en otras categorías del deporte de motor. Por ejemplo, la Fórmula 1 lleva semanas intentando elaborar el reglamento definitivo para 2021 y a día de hoy aún no se ha terminado por este motivo.

El reglamento del WEC para 2020 debería ser aprobado cuanto antes ya que los equipos deben saber a qué atenerse y qué normas deben seguir a la hora de desarrollar los nuevos monoplazas que competirán esa temporada.