La temporada de Fórmula1 ha llegado a su parón veraniego porque el deporte a las cuatro ruedas también necesita de vacaciones. Pero mientras los pilotos suben fotos de los lugares paradisiacos donde descansan, un grupo de personas trabajan para devolver al aficionado la emoción que había perdido la Fórmula1. Esas personas son los ingenieros de Pirelli.

El próximo año, el gran circo va a cambiar por completo su reglamento por lo que hay una gran incertidumbre de cómo pueden llegar a comportarse los monoplazas. Esa incertidumbre se despeja con pruebas y eso es lo que pide el fabricante italiano de neumáticos. Pirelli dispondrá de 24 días para probar sus nuevas gomas con los Ferrari, Red Bull y Mercedes del pasado curso.

Aunque Paul Hembery, actual director de Pirelli, pedía en una entrevista a ESPN poder hacer una sesión en Bahréin por lo esclarecedor de los resultados de los test de los últimos años: “Si queremos comprender cómo va a ser el rendimiento de los neumáticos, tenemos que ir a un sitio como Bahréin tan pronto como sea posible”.

Por otra parte, Hembery reconocía el problema económico que puede suponer para algunos equipos el transporte de todo el material: “Entiendo que los equipos crean que habría una penalización económica, pero estamos en un deporte en el que se gastan varios miles de millones. Si hay voluntad, estoy seguro de que la financiación se puede encontrar”.

El actual director de Pirelli Motorsport afirmaba que podrían hacer buena parte del trabajo en el simulador pero que el contacto real entre el monoplaza, los neumáticos y el asfalto es primordial para entender la degradación y la manera de trabajar de los distintos compuestos.

Al ser preguntado sobre la mejora de las gomas respecto a las de este año: “La intención es que para los equipos sea más fácil adelantar; si están siguiendo otro coche queremos que los neumáticos no alcancen un pico de temperatura que alejen al piloto de la idea de atacar” concluía.