Daniil Kvyat afirmó que ya no se siente tanto en el centro mediático de la Fórmula 1 tras ser degradado de Red Bull a Toro Rosso en el Gran Premio de España. Desde entonces, el joven de 22 años fue objeto de demasiada presión y muchas cámaras que le perseguían carrera tras carrera en busca de respuestas sobre su futuro. El parón de verano y el bajón de rendimiento -los de Faenza no han sido competitivos en Spa ni tampoco en Monza-, de su monoplaza han disipado estos problemas y le ha permitido adaptarse a su monoplaza y prepararse para el resto de la temporada. No obstante, aunque para el ruso esto son buenas noticias, lo cierto es que aún es incapaz de superar a su compañero de escudería, el español Carlos Sainz.

Daniil Kvyat, orgulloso portador del #26 | Fuente: Getty Images Europe
Daniil Kvyat, orgulloso portador del #26 | Fuente: Getty Images Europe

“Realmente necesitaba el parón, para ser sincero. Creo que había mucho estrés acumulado, pensamientos y presión que iban a más. Fue demasiado y pude vaciarme de eso durante el parón. Pude liberarme de toda esa mierda, pero por otro lado, fue desafortunado para el equipo que esas dos carreras no se adaptarán completamente al coche, para mí estuvo bien porque pude trabajar en las sombras y centrarme realmente en mis cosas”, ha explicado Daniil en unas declaraciones al portal web F1i.com.

Según el propio piloto, se ha notado demasiado la presión sobre él, aunque en las últimas pruebas ese agobio ha ido disminuyendo considerablemente. “Con mi ingeniero lo puedo ver también; le miro y está mucho más calmado ahora. Creo que tenemos tres o cuatro carreras por delante en las que podemos demostrar un potencial mejor porque los circuitos deberían adaptarse mejor a nosotros. Vamos a intentarlo y a trabajar muy duro en eso. Debemos ser muy dinámicos y tener mucho cuidado con los cambios que hacemos”, ha concluido Kvyat de manera más relajada que en sus entrevistas previas.