La carrera de Austin estuvo animada en la parte superior por la lucha entre Nico Rosberg y Daniel Ricciardo por el segundo lugar, toda vez que Lewis Hamilton se había escapado directamente hacia su séptima victoria del año y a seguir dando guerra por su cuarto entorchado mundial. La realización, no obstante, les dio la espalda durante las últimas vueltas. ¿Por qué?

Carlos Sainz, Felipe Massa y Fernando Alonso. Los tres pilotos dieron un gran espectáculo en su lucha por ser quintos. El ganador del duelo sería a la postre el de casi siempre en estas situaciones: el bicampeón del mundo. No sería rápido, había que cocinarlo a fuego lento.

El aprendiz de Fernando tuvo que resistir primero innumerables vueltas las acometidas de Felipe Massa, lastrado por la degradación de sus neumáticos y la falta de tracción, aunque con muchísima velocidad punta más en la recta trasera, a la que llegaba en el mismo difusor del de Toro Rosso. Carlos había montado neumáticos blandos por los medios del brasileño y del asturiano, con lo que su sufrimiento iba a más vuelta a vuelta. A pesar de ello y de tener el monoplaza más lento de la parrilla, consiguió contener todas las arremetidas del paulista.

Carlos Sainz, delante de Felipe Massa en las enlazadas del primer sector | Fuente: Zimbio
Carlos Sainz, delante de Felipe Massa en las enlazadas del primer sector | Fuente: Zimbio

La consecuencia de los actos de ambos fue la llegada de su perdición, encarnada en la negra figura del McLaren Honda, que acudió presto ante el olor de la sangre. Recortando poco a poco la distancia, se plantó a cinco vueltas del final en la estela de Felipe. Y, entonces, el fantasma del Gran Premio de Europa de 2007 se apareció. De nuevo por dentro, de nuevo Fernando, de nuevo un McLaren, de nuevo un toque, de nuevo vencía el español. En la curva 16, donde nadie lo esperaba, Fernando tiró el McLaren para ser sexto. “Al Williams, tienes que pasarlo en sitios extraños”, diría Fernando al finalizar la carrera.

Cinco vueltas por delante y un escenario aún desconocido para los aficionados españoles: la pelea entre Carlos y Fernando más arriba que nunca. Poca historia tuvo, con un Toro Rosso cada vez más lento y con poca goma en los neumáticos. El asturiano se deshizo de su amigo a dos vueltas del final en la recta de atrás, antes incluso de llegar a la frenada, lo que evidencia lo lento que llega a ser el motor Ferrari de 2015. Lo mejor vendría después, con un mensaje de euforia por radio: “Yeehaw!” No hay duda de que Fernando eclipsó el triunfo de Lewis con otro mensaje de radio para el recuerdo.

Carlos Sainz y Fernando Alonso celebraron su carrera cenando juntos | Fuente: Instagram de Fernando Alonso (fernandoalo_oficial)
Carlos Sainz y Fernando Alonso celebraron su carrera cenando juntos | Fuente: Instagram de Fernando Alonso (fernandoalo_oficial)

Sé lo que va a intentar en todo momento”, diría más tarde Carlos de Fernando: “Me ha pasado por velocidad punta con el DRS abierto sin ningún tipo de problema y estoy contento porque se lo he puesto difícil”. “Sainz fue fácil de adelantar porque va muy lento en rectas”, confirmaría Fernando.

Sin duda, Fernando y Carlos aprovecharon el Gran Premio de Estados Unidos para reivindicarse y demostrar que no están donde se merecen. El asturiano apenas puede mostrar su clase en su desesperante McLaren Honda y espera ansioso un nuevo salto de rendimiento para la próxima temporada. Mientras tanto, Carlos pide a gritos paso a un equipo con posibilidades de brillar y salir de un Toro Rosso en el que ya no tiene nada que demostrar y que le impide crecer como piloto.