En Fórmula 1 las luchas por conseguir algo importante no siempre están en las primeras posiciones. Cada lugar que se avanza en la parrilla puede significar un mundo para un equipo, la diferencia entre ganar o perder, sobrevivir o fracasar. Contra más puntos tenga un equipo en el campeonato de constructores, más dinero recibirá a final de año. Hay equipos que están acostumbrados a puntuar cada fin de semana, pero para algunos, conseguir tan solo un punto es como haber ganado el campeonato, es lo máximo a lo que aspiran, todo el trabajo de un año se centra alrededor de ese punto que les proporcione el oxígeno que tanto necesitan.
En la parrilla actual existe una gran rivalidad entre Sauber y Manor, los equipos que ocupan las dos últimas posiciones del campeonato. Para ellos, conseguir puntos, hoy en día, es una novedad. Desde que Manor entró en Fórmula 1 siempre ha estado luchando por las posiciones más humildes, sin embargo, para Sauber la historia no siempre fue así. La escudería suiza ha pisado el podio en numerosas ocasiones e incluso quedó segunda en el campeonato de constructores de 2007, conocida como BMW-Sauber, pero la crisis que le lleva afectando unos años, y que casi hace que desaparezcan de la Fórmula 1 esta temporada, les ha llevado a ocupar la 10 posición en el campeonato actual.
Durante el Gran Premio de Brasil se vivieron momentos de máxima tensión en equipos como Mercedes y Red Bull, pero también en Sauber y Manor. Para ponernos en antecedentes, Manor llegaba a Brasil siendo décimos en el campeonato de constructores gracias a un punto que consiguió Pascal Weherlein en la carrera de Austria, mientras que Sauber llegaban undécimos y sin ningún punto en su bolsillo. Pero todo cambió durante las 3 horas que duró la carrera. La lluvia hizo que viéramos una Gran Premio diferente e inusual. Normalmente, a los equipos les gustan las carreras “pasadas por agua” porque son una buena oportunidad para pescar puntos, aunque algunos las aprovechan mejores que otros y, en este caso, Sauber la aprovecho y mucho.
Felipe Nasr logró acabar en novena posición y se llevó dos puntos que a su equipo le supieron como una victoria. Después de todos los problemas económicos a los que se ha enfrentado el equipo suizo este año, lograr dos puntos y quitarle la décima posición a Manor en el campeonato de constructores es lo mejor que les podía pasar. Gracias al resultado de Nasr, Sauber embolsará 35 millones de euros a final de temporada que seguro que les vendrán de maravilla para desarrollar el coche de 2017, a pesar de que llevarán el motor Ferrari de este año. Después de la carrera, Nasr estaba muy emocionado, ya que era consciente de que lo que había logrado quizá le abría las puertas a quedarse un año más dentro de la escudería suiza.
Sin embargo, mientras en Sauber celebraban su hazaña en Manor había caras largas. A pesar de tener ya un punto, perder la décima posición del campeonato significa perder el dinero extra que la FIA da a los equipos al final de temporada. A los equipos que quedan por debajo del décimo lugar se les da una “limosna”, una cantidad de dinero nada comparable con la que recibirían si estuvieran en 10º lugar. A causa de esto, Manor ya ha anunciado que la próxima temporada se van a ver forzados a contar con dos pilotos de pago para poder seguir en el campeonato. Aunque a los ingleses aún les queda una última carrera en la que poder conseguir un punto. En Abu Dhabi no solo se decidirá un mundial, sino también el futuro de dos escuderías.