Épico/a: dícese de lo grandioso o fuera de lo normal. Así se podría definir la actuación más estelar de Fernando Alonso en su etapa en Ferrari y una de las más brillantes en su palmarés. Y si le añadimos que se dio en casa, ante su público y al mando del monoplaza de la escudería más laureada de todos los tiempos, mejor.

Para analizar esta meritoria actuación hay que recordar dos cosas: por un lado, que Fernando Alonso no sabía que era subirse al podio en Valencia. Un cuarto puesto en 2010 y 2011 había sido hasta la fecha su mejor resultado en el Gran Premio de Europa celebrado en la capital del Turia, ensombrecido también por una retirada en 2008 (primer año en que se disputo dicho Gran Premio) y un octavo puesto con Renault en 2009. Por otro lado, y centrándonos en 2012, el paupérrimo fin de semana de Ferrari en el trazado valenciano. Si en los entrenamientos libres la escudería italiana no dio con la tecla para rendir al nivel que se esperaba, el esperpento sufrido en la sesión clasificatoria iba a ser peor.

Ninguno de los dos Ferrari consiguió superar el segundo corte clasificatorio y no entraron entre los diez primeros clasificados. Fernando Alonso, undécimo; y Felipe Massa, decimotercero, se quedaban fuera de la Q3 a pesar de las nuevas mejoras que traían los italianos para el Gran Premio, una nueva configuración de escapes además de un renovado diseño del alerón delantero y del suelo del monoplaza. Para más inri, el sensacional rendimiento de Red Bull con su nuevo paquete de mejoras aerodinámicas fue inversamente proporcional al irrisorio nivel de Ferrari, por lo que permitió que Sebastian Vettel se hiciese con la pole de manera holgada.

Fernando Alonso durante el Gran Premio de Europa. Fuente: Sutton Images
Fernando Alonso durante el Gran Premio de Europa. Fuente: Sutton Images

Pero algo se veía venir, y a Fernando Alonso la palabra imposible no le agrada al no entrar en su diccionario ni en su modo de afrontar cada carrera. Quería acabar con el gafe de no pisar el podio en Valencia y regalar a los aficionados allí presentes todo un recital de adelantamientos imposibles acompañados también de una pizca de suerte para conseguir un logro que hasta el día de antes parecía imposible: subirse a lo más alto del podio.

No pudo tener mejor comienzo el asturiano. En una salida sin apenas incidentes y en la que Sebastian Vettel comenzó a pautar un ritmo elevado y seguido por Lewis Hamilton marcando una gran distancia con el resto de los pilotos, Fernando aprovechó a empezar con los neumáticos blandos para realizar una salida fuerte a la par que arriesgada, y acertó. Se quitó de una tacada a tres pilotos, y hasta la vuelta 10 luchó de tú a tú con Nico Hulkenberg por hacerse con la séptima posición. Aprovechó la segunda recta de utilización de DRS para realizar posteriormente el adelantamiento en la curva 13, que precedía al tercer sector.

Durante el primer tercio de carrera apenas se veían grandes acontecimientos. Sebastian Vettel aprovechó su gran salida para sacar más de un segundo por vuelta a sus perseguidores y el rendimiento de Lewis Hamilton fue en picado hasta su primera parada, en la que optó por el compuesto medio con el que llegó a ponerse en tercera posición. Mientras, Alonso, en pleno proceso de remontada, acertó de pleno al realizar un undercut sobre Kimi Räikkönen y adelantar rápidamente a Schumacher, Bruno Senna y Webber para engancharse pronto a los primeros puestos. Sin embargo, a mitad de carrera salió el Safety Car por un indicente que sufrió Vergne, que perjudicó a Vettel por los 20 segundos de diferencia que tenía con respecto a Grosjean, y a Hamilton en su segundo pit-stop, por un error garrafal de los ingenieros al cambiar sus neumáticos delanteros. Un fallo que provocó que Hamilton saliese sexto, muy lejos de la cabeza. Un rival menos para Alonso en su lucha por subirse al podio por primera vez en Valencia.

Fernando Alonso, celebrando el triunfo con sus seguidores. Fuente: Sutton Images
Fernando Alonso, celebrando el triunfo con sus seguidores. Fuente: Sutton Images

El aspecto clave que decidió por completo la carrera fue el abandono de Sebastian Vettel. El alemán abandonó en la reanudación de la carrera, en la vuelta 34, por problemas mecánicos en su monoplaza. El punto de inflexión en la carrera y que permitió que liderase la carrera Fernando Alonso, que ya había adelantado a Romain Grosjean previamente una vez que se había marchado el DRS. Ese Safety Car, junto con el abandono, hundió las posibilidades del alemán para seguir ampliando su diferencia con Alonso en el Mundial de Pilotos. Un abandono y un liderazgo el del alemán y el del asturiano muy celebrado por los aficionados allí presentes.

Gracias al abandono de Vettel, Alonso se puso en modo avión y voló. Marcó dos vueltas rápidas seguidas por debajo de 1:44. Romain Grosjean, que estaba rindiendo a un gran nivel y que seguía muy de cerca a Alonso en su intento de hacerse con la primera posición, abandonó por un problema eléctrico en la vuelta 45. La mayor amenaza de Fernando en la conquista del triunfo abandonó a falta de 17 vueltas, y eso le posibilitó conducir con mayor libertad y con la misma rapidez con la que tiraba desde el abandono del piloto de RedBull. Hamilton también abandonó a dos vueltas de final por una colisión contra el muro del circuito.

Nadie más que Fernando se merecía esa victoria. Una remontada épica acompañada de adelantamientos prácticamente imposibles y que el mismo Fernando ve donde otros no ven el hueco para adelantar, y también acompañada por una suerte condicionada por el DRS provocado por Vergne y por los abandonos de rivales directos como Vettel, Hamilton o Grosjean. Prácticamente su mejor actuación como piloto de Fórmula 1, en casa, ante sus seguidores, celebrándolo sacando a relucir la bandera de España en un circuito en el que nunca había ganado. En esta victoria soñada, le acompañaron Kimi Raikkonen y Michael Schumacher. El triunfo sirvió para que Fernando se colocase en ese momento líder del mundial en el que fue el primer abandono de Vettel durante la temporada 2012.

Celebración del equipo Ferrari por la victoria de Fernando Alonso. Fuente: Sutton Images
Celebración del equipo Ferrari por la victoria de Fernando Alonso. Fuente: Sutton Images

Una victoria para recordar que realmente se podría considerar como un día más en la oficina para el piloto asturiano. Un piloto que nos tiene acostumbrados a ofrecernos espectáculo con el mejor o peor monoplaza y que tantos momentos de gloria nos ha dado en la última década y que en la actualidad echamos de menos y nos gustaría que se volviesen a repetir pronto.