El Gran Premio de Singapur supuso el punto de inflexión previo al definitivo de la carrera de Malasia en la que Lewis Hamilton dinamitó sus posibilidades de alcanzar la gloria por cuarta vez. Nico Rosberg se quitaba de encima la racha de resultados irregulares que le impedían dar continuidad a su rendimiento. Además, la carrera tuvo momentos en los que se volvió a recordar la verdadera Fórmula 1 en la que la emoción no faltó en ningún momento y en la que los adelantamientos fueron el principal sustento de la sesión.

La sesión clasificatoria del sábado arrancaba con sorpresas. Sebastian Vettel se quedaba fuera en el primer corte por culpa de una avería en el motor de su monoplaza, rotura que le obligó a cambiar turbo y MGU-H. Junto a Vettel se quedaban fuera los habituales pilotos de Manor (Ocon y Wehrlein), los pupilos de Renault Palmer y Magnussen además de Felipe Nasr. La Q2 tampoco se quedaría corta de sorpresas con respecto a la Q1 y es que se quedarían a las puertas del top ten Felipe Massa y Valtteri Bottas. Junto a los de Williams, se quedarían fuera también Jenson Button, Romain Grosjean, Esteban Gutiérrez y Marcus Ericcson.

El do de pecho lo daría Fernando Alonso, que se coló in extremis en la Q3, finalizando en novena posición. Nico Rosberg se llevaría la pole position, la vigésimo novena de su carrera, igualando el registro del cinco veces campeón Juan Manuel Fangio. Daniel Ricciardo segundo, Lewis Hamilton tercero y Max Verstappen completaba la segunda fila de la parrilla. Sorprendió y mucho ver a Carlos Sainz y a Daniil Kvyat más delante de lo esperado. El español y el ruso de Toro Rosso finalizaron sexto y séptimo en la sesión del sábado, por delante de su rival directo Force India.

Nico Hulkenberg recibe un toque por detrás de Carlos Sainz. Fuente: Zimbio
Nico Hulkenberg recibe un toque por detrás de Carlos Sainz. Fuente: Zimbio

La carrera comenzaría movida desde la salida con el accidente de Nico Hulkenberg al mismo tiempo que Fernando Alonso escalaba cuatro puestos y mientras Rosberg se defendía de los ataques de Daniel Ricciardo. El piloto alemán de Force India abandonó por culpa de un toque involuntario de Carlos Sainz por detrás y un choque con Bottas que provocó que hiciese un trompo en mitad de la recta, chocando posteriormente contra el muro. Su monoplaza quedó defenestrado y dirección de carrera optó por sacar bandera amarilla con Safety Car incluido, todo ello por culpa de una mala salida de Max Verstappen al que todos intentaban adelantar.

Los pilotos afectados por el indicente aprovecharon para realizar cambios en sus coches y Sebastian Vettel, que salió en último lugar, fue el beneficiado en un primer momento del accidente al colocar neumático medio y optar por una estrategia más a largo plazo. Reanudada la carrera, el duelo estaba servido entre Ricciardo y Hamilton en la lucha por la segunda plaza. Fernando Alonso hizo tapón durante buen tramo del inicio de la carrera, y Carlos Sainz, que tenía una parte del pontón afectada del toque con Hulkenberg, fue obligado a realizar un primer stint para que le retirasen esa parte del pontón afectada que le restaba carga aerodinámica. Ni Sainz tuvo sanción por ese incidente con Hulkenberg ni Bottas fue sancionado por un Unfase Release con Vettel.

Carlos Sainz, que perdió mucho tiempo al salir en última posición en su primera posición, se vio relegado al grupo de los doblados durante el resto de la carrera. Fernando Alonso trató de alargar la vida del primer compuesto de neumáticos, mientras que Lewis Hamilton y Daniel Ricciardo seguían su guerra particular en estrategia, en la que el inglés tuvo desventaja al tener luego que volver a pasar por el pit lane a cumplir la obligada colocación de dos compuestos de gomas distintos. Hasta mitad de carrera la lucha más interesante se libró entre Verstappen y Kvyat. El ruso, el gran damnificado por los de Milton Keynes, no le puso las cosas fáciles al neerlandés y durante varias vueltas aguantó a filo al joven piloto de Red Bull.

Lewis Hamilton y Daniel Ricciardo, en plena disputa por la segunda posición. Fuente: Zimbio
Lewis Hamilton y Daniel Ricciardo, en plena disputa por la segunda posición. Fuente: Zimbio

En pleno ecuador de la carrera, Rosberg lideraba la carrera sin problemas, mientras que Kimi Raikkonen y Lewis centraban la atención por la pelea por hacerse con la tercera plaza. El finlandés ganó la posición por estrategia, realizando el pit-stop una vuelta antes que el inglés, que ya había perdido el duelo con anterioridad en pista. Destacable por otra parte fue la actuación de Fernando Alonso. El asturiano logró varias vueltas rápidas con el McLaren y el plan trazado junto con su equipo de ingenieros funcionó a la perfección para finalizar por delante de rus rivales directos.

Sin embargo, la estrategia de poner el neumático medio para llegar hasta el final sin parar más le salió como un tiro en el pie a Ferrari, ya que Hamilton sobrepasó al finlandés a las pocas vueltas de parar. Rosberg, para evitar un adelantamiento final de Ricciardo, abortó la última parada en boxes para alargar la vida de sus neumáticos hasta el final. El australiano tuvo a tiro de piedra recortar la diferencia de 4 segundos que le separaba del alemán de Mercedes pero no alcanzó al alemán.

Nico Rosberg celebra el triunfo y la recuperación del liderato. Fuente: Zimbio
Nico Rosberg celebra el triunfo y la recuperación del liderato. Fuente: Zimbio

El triunfo consolidó la novena victoria de Nico Rosberg en el campeonato – su primera victoria en el circuito de Singapur – y la recuperación del liderato del mundial de pilotos que perdió antes del parón veraniego. Daniel Ricciardo finalizó segundo y Lewis Hamilton, tercero, perdía el liderato en detrimento de su compañero, y que a la postre dinamitaría en la siguiente carrera disputada en Malasia. Fernando Alonso finalizó séptimo, mientras que Carlos Sainz, desparecido en combate, terminó decimocuarto