El Circuito de Silverstone se encuentra cerca del homónimo pueblo inglés de Silverstone. La zona donde se sitúa fue un antiguo aeródromo que quedó inactivo tras la 2ª Guerra Mundial. El primer trazado consistió en utilizar las pistas de aterrizaje del antiguo aeródromo. Con el paso del tiempo el trazado se ha ido renovando y expandiendo hasta llegar al actual, la última remodelación tuvo lugar en 2010. El circuito acoge el Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1 y es una de las citas más icónicas del calendario debido a la importancia de la famosa pista. En ella se encuentran varias curvas famosas en el calendario como ‘Copse’. Tampoco hay que olvidar la enlazada que le sigue y en la cual se incluyen: ‘Maggots’, ‘Becketts’ y ‘Chapel’.

Trazado antiguo | Fuente: Wikipedia

Gran Bretaña 2016, Hamilton a la remontada

En la temporada pasada el piloto británico llegaba a la cita de su país con un objetivo claro: recortar la diferencia de puntos con Nico Rosberg, quien llego a tener una distancia de 43 puntos sobre su compañero de equipo y que tras Silverstone se quedó en tan sólo 1 punto. Las cosas fueron más favorables aún para Hamilton cuando Rosberg fue sancionado por la ayuda que recibió por radio de su ingeniero para solucionar un problema con la caja de cambios. La acción le costó 10 segundos al alemán por lo que Verstappen le relegó a la tercera plaza.

También hay que recordar que la relación de ambos pilotos de Mercedes por aquella época no era la mejor después del toque en Austria, la batalla estaba servida. Pese a la presión Hamilton llegó con las ideas claras y el domingo no concedió ni un centímetro en una carrera que empezó en mojado y acabo en seco.

A Lewis le gusta Silverstone, y no solo por correr como local, sino también porque ha ganado las tres últimas pruebas disputadas en el circuito británico. Aunque este año se le antoja más complicado que los anteriores con la amenaza de los Ferrari –más el de Vettel que el de Räikkönen- y de su propio compañero Bottas.

GP Gran Bretaña 2016 | Fuente: Zimbio

La lluvia como protagonista en 2016

La climatología es uno de los grandes atractivos de la carrera de Silverstone. Las condiciones cambiantes que se dan en la ubicación del trazado hacen que la carrera pueda comenzar en seco y con el paso de las vueltas acabar en seco, como ocurrió en 2015.

La prueba del 2016 fue todo lo contrario que en su año anterior: comenzó en mojado y acabo en seco. Debido a tales condiciones se pudieron ver salidas de pista que acabaron en abandonos como la de Wehrlein, que acabo contra las protecciones. Otros pilotos como Sainz y Alonso tuvieron más suerte con sendos trompos aunque pudieron volver al asfalto y acabar la carrera.