Mientras que Mercedes no pisó el podio en Mónaco, Ferrari festejaba por todo lo alto el primer doblete de la temporada. Bottas acababa cuarto mientras que Hamilton sólo alcanzó la séptima plaza. En Monte Carlo, los de Brackley tuvieron un punto de inflexión pues se vieron reflejados los desperfectos de un coche dominante hasta la fecha, que ya no parecía ser tan perfecto.

James Allison, director técnico en Mercedes AMG F1, comenta que desde Mónaco, “no han tenido ni una carrera floja”. Además subraya que “fue realmente útil” pues pudieron detectar dónde fallaban y cómo podían solucionarlo.

“La pureza con la que se nos presentaron en Mónaco también hizo mucho más fácil diagnosticar los mayores factores y cómo abordarlos, por lo que fue útil de dos maneras: como un estímulo y como un diagnóstico. Después de Mónaco no hemos tenido una carrera floja. Y esa carrera después de Mónaco fue Canadá y no trajimos ninguna actualización", comentaba así hacia motorsport.com

La otra cara de la moneda la ocupa Toto Wolff, quien expresa su gratitud al equipo de ingenieros de la marca de la estrella, pues “supieron reaccionar y solventar la situación de gran manera”. Incluso el austriaco declara que los días posteriores al Gran Premio de Mónaco fueron clave hasta la fecha, pues les permitieron identificar los problemas de ambos monoplazas.

"Hemos tenido momentos similares en el pasado, con Singapur 2015, por ejemplo. Trabajan a un nivel muy alto todo el tiempo, pero cuando las cosas suceden como en Mónaco, cuando de repente todo tu rendimiento decae, hay un mayor énfasis en tratar de descubrir lo que pasó", ha comentado.

"Estoy muy impresionado por la forma en que el equipo manejó la situación, pero lo hacemos todos los fines de semana. Cada fin de semana tratamos de identificar los problemas, de encontrar soluciones, intentamos encontrar la forma en la que podemos optimizar nuestro rendimiento. Tenemos dificultades todo el tiempo, la mayoría del tiempo, eso no lo ve el público", ha expresado para finalizar.