Una de las grandes expectaciones que había entorno a la pre – temporada de 2018, era si Robert Kubica podía volver a disputar una temporada de Fórmula 1. El polaco es un piloto muy querido y deseado por la afición del ‘Gran Circo’, pero sin embargo Williams finalmente se ha decantado por el joven ruso  Sergey Sirotkin.

En Grove, confirmaron a Kubica como piloto reserva de Stroll y de Sirotkin para 2018, pero tras estar tan cerca de volver a  la Fórmula 1, el polaco no parece quedar conforme con ser el simple piloto reserva, y se ha confirmado que realizará una prueba de tres días con Manor en el circuito de Motorland Aragón. Lo hará para probar el Ginetta G60 – LT – P1, maquina con la que Manor disputará la clase LMP1 del WEC en la  temporada 2018/19.

Oliver Rowland y Charlie Robertson son los dos pilotos confirmados, por el momento, para pilotar uno de los dos coches de Manor, sin duda, quedaría un  vehículo muy completo si de los tres pilotos, dos, son Kubica y Rowland.

El WEC tomó la decisión de modificar la fecha de la prueba de Fuji para que Alonso pudiera disputar todas las pruebas, las de F1 y las de la misma competición de resistencia. Lo mismo sucedería con el polaco, que de ser exitosa la prueba con Manor, podría disputar (de reserva) todas las pruebas de Fórmula 1, con Williams y todas las pruebas del mundial de resistencia con el LMP1 del equipo privado inglés.

La superación, la pasión y la fuerza anímica del polaco, claves.

Sabido es, el espectacular y desagradable accidente que tuvo Kubica en Canadá, en el año 2007, cuando rodaba con su BMW. Al ver esa imagen,  esa secuencia, chocando contra el muro a una velocidad de 230 kilómetros por hora, cualquiera piensa que ese chico no volvió a correr, que ese chico no podía ni físicamente ni anímicamente volver a subirse a un volante de competición, y mucho menos a uno de  un Fórmula 1. Tras el mismo accidente, en el mismo Gilles Villeneuve, se informaba que estaba consciente, que hablaba y que no presentaba lesiones graves, un milagro.

Un GP más tarde volvió al asiento de su BMW, que había prestado a Sebastian Vettel en Estados Unidos. No esperó ni a la siguiente temporada, y aunque asustado, su pasión por la velocidad pudo al miedo, que  más tarde, reconoció sentir cada vez que subía al coche desde aquel día en Canadá.

Desde entonces, disputó tres temporadas más de Fórmula 1, 2008 y 2009 con BMW, y 2010, su última por ahora, con el equipo Renault.

Accidente de Kubica en 2007.
Accidente de Robert Kubica en Canadá 2007.

En 2011, tuvo otro grave accidente disputando pruebas con rallies. En este caso fue una prueba en Italia, a principios de año en 2011.  Fue otro accidente grave para  el polaco, solo que este le pasaría más factura. Corrió el riesgo de que se le amputara la mano derecha,  pero finalmente los médicos no lo estimaron oportuno. Kubica tenía contrato para disputar el mundial de 2011 de Fórmula 1 con Lotus Renault, pero el accidente en las pruebas de rally le hizo estar prácticamente toda la temporada de rehabilitación y por lo tanto no pudo volver a la Fórmula 1.

La rehabilitación no fue la esperada, y las secuelas no parecían desaparecer en el cuerpo del polaco, sufriendo también un accidente doméstico, que le dejo daños en las piernas. Entre 2012 y 2014, hizo distintas pruebas en los rallies para  coger rodaje, tenía como objetivo regresar a la F1 en 2014.

Distintos motivos  le prohibieron llegar a su objetivo. En 2014, si se subió un monoplaza, solo que a uno de GP3, para realizar unas pruebas.

Tras diversas pruebas, desde entonces, hasta esta temporada pasada, han avalado a Kubica para declararse a sí mismo, por fin, 100% apto para volver  a la Fórmula 1 de manera definitiva.

Es la superación, una historia más de este maravilloso (y a veces dichoso) deporte y su imán para los que sienten la velocidad en sus venas, Kubica es uno de  ellos, y con todo lo que ha luchado, merece un monoplaza lo antes posible. Por el momento está de vuelta en la competición, de suplente, pero ya está ahí.