El Manchester United volvió a tropezar con la misma piedra. El hombre no es solo el único animal que repite dos veces su mismo error. El equipo de Ferguson ha entrado en un círculo vicioso en Europa del que no puede escapar. Comienza los encuentros ganando con facilidad, como ante el Basilea y hoy ante el Ajax, y al final se complica hasta el último extremo. Contra los suizos les costó la eliminación y contra los holandeses solamente la tardanza del segundo tanto visitante les salvó de no volver a quemarse y caer a los infiernos futbolísticos. En esta ocasión, y a pesar de la agonía, el United visitará San Mamés y al Athletic de Bilbao en octavos de final aunque mucho tendrá que mejorar para no sufrir ante los leones de Bielsa.

Con el 0-2 de la ida la noche parecía plácida en Old Trafford. Sin Rooney ni Scholes en el once Cleverley tomo el mando en la sala de máquinas y Chicharito en la delantera. El joven medio inglés, recientemente convocado por Stuart Pearce para la selección absoluta, naufragó en la medular y no fue la brújula que demandó su equipo. Lejos del nivel de Scholes, no consiguió hacer funcionar a los diablos rojos. Aún así, no necesito hilvanar demasiado el juego el United ya que Vertonghen se encargó de perder un balón delante de Park que el coreano cedió a Berbatov. El búlgaro dibujó un pase medido a Chicharito que caracoleó a su marca y batió al meta holandés.

El Teatro de los Sueños se preparaba para una noche de goles y sin sobresaltos ante un Ajax que parecía haber llegado derrotado a Manchester. Sin embargo, la capacidad de recibir y distribuir balones que le faltó a Cleverley fue la que le sobró a Eriksen. El díscolo medio danés comenzó a manejar el partido a su antojo y antes del descanso Ozbiliz, con un disparo que toco en un defensa, empató el encuentro poniéndole sal al insípido partido que estaba realizando el United.

Susto final

En el descanso el Ajax creyó en sus posibilidades y encerró a los diablos rojos en su área. Las ocasiones comenzaron a llegar sin descanso y De Gea tuvo que aumentar en apariciones y en tamaño para desbaratar los zarpazos de los Ajaccied. El United estaba grogui y Ferguson subió a Jones a la medular, sacó a Scholes y quitó a Cleverley. La flojera del medio campo se transformó en una dura roca con Jones y Nani, en una contra, estrelló en el larguero el tanto de la tranquilidad definitiva.

De Boer quitó a Eriksen y sin él los holandeses parecían haber renunciado a todas las esperanzas de acercarse a la remontada. A pesar de ello, en el epílogo del encuentro Ozbiliz cambió su traje de goleador por el de pasador y Alderweireld, en fuera de juego y ante la pasividad de la defensa inglesa, cabeceó el tanto del sufrimiento del United. Botaban los aficionados del Ajax y temblaban los locales. El descuento fue una tortura de minutos que no avanzaban y pelotazos que no se despejaban del que los Red Devils salieron victoriosos. Una derrota dulce que a punto estuvo de convertirse en amarga.