Los lobos recibían a los mineros de Gelsenkirchen por la jornada 27 de la Bundesliga. Cara a cara dos equipos con realidades distintas actualmente, un Wolfsburgo posicionado entre los últimos lugares de la clasificación, totalmente diferente a aquel Wolfsburgo de hace algunas temporadas, dónde en algún momento tuvieron la posibilidad de pelear el título con el Bayern, o por lo menos acercarse en cuánto a puntos se refiere.  Si bien no pudo ganar la Bundesliga, lo qué si lograron fue la Copa Alemana, dónde había derrotado al Borussia Dortmund en la final, más tarde tuvieron la oportunidad de vencer al Bayern en la final de la Super Copa Alemana, obteniendo así la posibilidad de participar en la Fase de Grupos de la Liga de Campeones dónde había caído eliminado en la etapa de cuartos de final ante el Real Madrid.

Los tiempos cambian, los jugadores pasan y con el Wolfsburgo no fue la excepción. Figuras de aquel equipo como Kevin De Bruyne, Naldo, Caligiuri, Ricardo Rodríguez, Vieirinha, el portero Benaglio entre otros, tomaron diferentes rumbos, dos de ellos se encuentran jugando en el rival de turno (Naldo y Caligiuri). Decíamos realidades distintas, y es así ya que el Schalke está realizando una de sus mejores temporadas en los últimos años, escolta y de terminar así el torneo se asegura una plaza en fase de grupos de la próxima edición de la Liga de Campeones.

Un Schalke, que también se podría decir que pasó por cierto recambio, tuvo qué sufrir salidas de jugadores claves en su equipo, ejemplo de esto son Leroy Sané, Julian Draxler, Höwedes y Kôlasinac. Aún así, a diferencia del Wolfsburgo, el equipo que hoy es dirigido por el joven Domenico Tedesco, pudo reconfortarse con jugadores jóvenes, algunos de la casa como Max Meyer, Thilo Kherer y algunos que llegaron cedidos de otros equipos se acomodaron, fueron creciendo y convirtiéndose en piezas claves dentro del esquema titular, como lo es el caso de Weston McKennie y Leon Goretzka. Éste último, llegó a un altísimo nivel tanto que se ganó un lugar en la Selección Mayor de Alemania y vestirá la camiseta del Bayern Múnich apartir de la siguiente temporada.

Ante este encuentro el conjunto local llegaba con 25 unidades que lo ubicaban en la 15° posición de la tabla, mientras que el conjunto minero llegaba como escolta del líder Bayern Münich con 46 unidades (cuatro victorias en sus últimos cuatro partidos por Bundesliga).

El último antecedente entre estos equipos antes de este encuentro databa del 7 de febrero, cuando se vieron las caras por los Cuartos de Final de la Copa de Alemania, fue victoria del Schalke por la mínima diferencia de 1-0, en el Veltins Arena. Ese resultado se repitió el día de hoy, con la única diferencia es que en esta ocasión el triunfo del Schalke fue en condición de visitante.

Un encuentro muy parejo

Parejo y equilibrado, las dos palabras que definen al encuentro de hoy, con pocas llegadas en ambos arcos, un partido más bien disputado en mitad de cancha. Si nos metemos de lleno al desarrollo del juego podemos encontrar que recién a la media hora del partido se presentó una jugada de peligro. Tras un córner, Didavi logra rematar de cabeza pero el balón salió desviado y no logró inquietar mucho al portero de la visita.

El conjunto visitante recién pudo responder cuando ya se cerraba la primera etapa, con Nastasic como protagonista, quien recibe el balón para quedar frente a la portería rival, éste saca un remate pero Casteels evita la caída de su arco y desvía el balón al córner. Así se cerraban los primeros 45 minutos, muy equilibrado y con el marcador en blanco.

En la segunda mitad ambos equipos se soltaron más, y hasta por momentos el partido era un ida y vuelta para cada lado. Sin duda Daniel Didavi fue el hombre que más desequilibró para el conjunto dirigido por Labbadia, con remates desde fuera del área, mandando constantes centros buscando conectar con su compañeros dentro del área contraria. Por otro lado, el Schalke, en su campo, intentaba contener los intentos de llegadas de su rival y salir con velocidad buscando a sus extremos desde los pies de Goretzka, Bentaleb y Meyer, pero cuando el conjunto minero logró contener a su rival, al minuto 75 de partido, Nastasic derriva a un rival dentro del área y se pita penalti a favor del equipo local.

Paul Verhaegh remató el penalti pero Farhmann lo detuvo de manera espectacular y el Wolfsburgo, desde los pies de Verhaegh desperdiciaba la chance de ponerse arriba en el marcador. Los errores en el fútbol se pagan caro, y casi siempre pasan factura, faltando menos de cinco minutos para el final, ocurre una jugada desafortunada para el local y Robin Knoche manda a guardar el balón dentro de su propia portería tras intentar rechazar el balón, poniendo así la ventaja definitiva para el conjunto de Tedesco, ventaja con la que se cerraría el partido y el conjunto de Gelsenkirchen sumar 49 unidades para mantenerse como escoltas del Bayern Múnich.