Tres días después del sabor amargo que dejó la eliminación europea, el Milan volvía a la competición doméstica para seguir manos a la obra con su escalada hacia la cumbre. Las dos derrotas frente al Arsenal no podían emborronar el trayecto que llevaban hasta ahora los de Gennaro Gattuso. Un impecable 2018 en el que jornada tras jornada siguen cercando los puestos de Champions League, a la par de que jugarán la final de Coppa Italia.

Enfrente, un Chievo Verona que, al contrario de sus rivales, a cada partido que pasaba veían más de cerca la quema del descenso. La principal causa: una victoria en 13 partidos. Y un punto es lo que les separaba de la zona roja y, para más inri, tenían que visitar San Siro. Una plaza que asaltar a una escuadra rossonera que acumulaba nueve duelos consecutivos de Serie A sin saborear la derrota.

De primero: empanada "milanesa"

Antes de que arrancase el partido, ya saltaba una de las mejores noticias posibles. Andrea Conti, lateral del Milan, volvía a sentarse en un banquillo después de la grave lesión que le tuvo apartado de los terrenos de juego desde inicio de temporada. Un puesto de lateral derecho que en la tarde de hoy lo ocuparía Fabio Borini -el comodín del Rino- en el lugar de Calabria, baja por lesión. Una lista a la que se sumó Romagnoli, siendo Zapata el encargado de cubrir ese hueco en el centro de la zaga. En cuanto al partido, no se cumplía el minuto diez y los locales comenzaban a mandar en el marcador. Kessié filtraba un pase al segundo palo, donde Çalhanoğlu, en su semana fantástica (ya metió un golazo al Arsenal el jueves), perforaba las redes del Verona con su tercera diana en esta Serie A.

El Chievo le dio la vuelta en dos minutos: en el 33' marcó Stępiński y en el 34' Inglese

El reloj seguía arañando minutos. Mientras, al Milan parecía servirle el 1-0, ante un Chievo que no era capaz de conectar más de dos o tres pases exitosos. Un partido que no tenía nada, y pasó a tenerlo todo. Y fue en una de esas, en la que los grigi pilló a la zaga lombarda dormida en los laureles que le dio hasta la vuelta al duelo. Primero Giaccherini aprovechó para meter un pase al corazón del área y que Stępiński batiese a Donnarumma. E instantes después, solamente un minuto después, Inglese -futuro delantero del Napoli- marcase una auténtica obra de arte, limpiando la escuadra derecha de la meta rossonera, silenciando -o incentivando también a los pitos- San Siro.

La empanada del Milan era tremenda. Le remontaba una escuadra que está luchando por sobrevivir en Serie A sin hacer prácticamente nada. Con una gran facilidad llegaron los dos tantos. Pero es que los de Gattuso estaban haciendo mucho menos. Solamente se podían vislumbrar unos leves chispazos de Suso por la derecha, pero sin recoger sus frutos.

Momento en el que Stępiński hace el 1-1. / Foto: Agencia ANSA
Momento en el que Stępiński hace el 1-1. / Foto: Agencia ANSA

Cutrone -y el VAR- dan un empujón al Milan

En la segunda mitad el Milan lavó su imagen de arriba a abajo. Y en la primera ocasión clara, Cutrone empujaba un balón al fondo de la portería (7º gol en liga), aunque en un principio Maurizio Mariani dijese que no, que había fuera de juego, hasta que el VAR le quitó la razón, validando el tanto. Igualada y con más de media hora de partido por delante para conseguir el triunfo. Una seña de ir a por todo llegó desde el banquillo. Gattuso ponía toda la carne en el asador. Retiró a Borini para dar entrada a André Silva.

Sin embargo, el delantero luso no entró -luego se resarciría de ello- con el mejor pie al partido. En un gran envío de Suso al segundo palo, marca de la casa del gaditano, el ex del Oporto falló libre de marca su remate de cabeza. Todo lo contrario a Çalhanoğlu, quien se echó el equipo a la espalda, siendo el turco el gran peligro por la izquierda. Fue él quien a punto estuvo de hacer el tercero con un disparo lejano, pero logró reaccionar a tiempo Sorrentino desviando el chut del otomano.

André Silva celebra el gol del 3-2. / Foto: @acmilan
André Silva celebra el gol del 3-2. / Foto: @acmilan

Pero, a menos de diez minutos del final, se hizo justicia. Del mismo modo que llegó el segundo tanto rossonero, en un rebote, esta vez fue André Silva el que sellaría la remontada con el 3-2. Dos goles consecutivos en liga para el portugués. El primero fue ante el Genoa la semana pasada, el cual fue en el 95 sirviendo para obtener los tres puntos. Y el de esta tarde, para culminar la remontada. Premio para el luso. Y premio para Gattuso, valiente en su cambio.

Hubo tiempo para más protagonista del VAR. Çalhanoğlu soltó un zapatazo que Tomović "paró" con el brazo. Penalti que logró detener Sorrentino a Kessié. Finalizado el duelo, dulce victoria para el Milan. Situados a cinco puntos de la 4ª plaza (Inter) que da acceso a Champions League. Y encadenan el 10º duelo en liga sin caer (siete triunfos y tres igualadas). El Chievo, por su parte, le tocará apretarse el cinturón, quedándose 16º a una sola unidad del descenso.

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