“Estoy deseando que llegue el día”, afirmó Sir Alex Ferguson esta semana. 77 noches llevan sin enfrentarse los dos equipos desde que una calurosa tarde de agosto el Manchester United le arrebatara al Manchester City la Community Shield en el último suspiro con una remontada apoteósica. Casi tres meses retándose y mirándose de un lado a otro de la calle, unas veces por encima del hombro unos y otras veces otros. Celestes y diablos rojos se han repartido el liderato de la Premier League durante todas las jornadas y, casualidades del destino, el United, que lo ha tenido en casi todas ellas, lo ha perdido cuando le visita su máximo rival.

El derbi de Manchester que se jugará este domingo en el Teatro de los Sueños se ha convertido en el partido de Inglaterra. El Liverpool-United que se disputó el pasado fin de semana ha perdido transcendencia y recorrido, deportivamente no simbólicamente, en favor del encuentro de rivalidad local entre los dos gigantes de Manchester. Una contienda que han equilibrado los petrodólares de Mansour y que ya hasta el propio Ferguson ve nivelada. “Es el mejor derbi de Manchester desde que me hiciese cargo del Manchester United hace 25 años. La competencia se ha vuelto más intensa”.

Sus diferencias en cuanto a número de títulos y temporadas en la élite y en Europa son notorias. 67 partidos ha ganado el United por 43 del City.  60 campeonatos han conquistado los diablos rojos por 13 los celestes. Sin embargo, en Old Trafford, Maine Road y en el City of Manchester ( Etihad Stadium) se han visto duelos espectaculares y polémicos a lo largo de los más de cien años que dura este enfrentamiento que divide en dos a uno de los principales núcleos financieros e industriales de Inglaterra.

160 veces se han retado ambos equipos desde que el 12 de noviembre de 1881 el West Gordon, embrión del City, venciera al Newton Heath, antecesor del United, por tres a cero. Partidos de enorme pasión y rivalidad en los que los Skyblues, a pesar de haber tocado la gloria en menos ocasiones que los Red Devils, han disfrutado de momentos inolvidables empujando a sus vecinos a situaciones comprometedoras y humillantes. Instantes como la liga conquistada por el equipo “popular“ de la urbe industrial en 1968 a sus vecinos rojos. Aunque, aquella temporada, el United de Matt Busby, Bobby Charlton y George Best consiguió la primera Champions League para un conjunto inglés derrotando en una final épica al Benfica de Eusebio. Éxito y fracaso a partes iguales entre los dos colosos de Eastland.

Dennis Law “game”

Uno de los mayores protagonistas de estos partidos de máxima rivalidad fue Dennis Law. Incluso antes de jugar en Manchester ya existió una cruenta batalla por ficharle del Huddersfield Town entre los dos conjuntos de la ciudad. Matt Busby intentó contratarlo pero su rival se adelantó y lo firmó en 1960. Tras un año en Maine Road Law emigró a Italia para despuntar en el Torino. Sin embargo, el genial delantero escocés no sabía la cruel situación que le haría vivir el destino en el derbi de abril de 1973 en Old Trafford. Tras más de diez temporadas vistiendo la camiseta roja (volvió a Inglaterra tras un año en Italia), coleccionando títulos y formando la legendaria delantera del United, “La Santísima Trinidad”, con Bobby  Charlton y George Best en su última temporada en la élite fichó por los Skyblues. La suerte, o la desgracia, quisieron que en la penúltima jornada de aquella temporada el City visitara a un desesperado United que necesitaba la victoria para no descender de categoría. El partido transcurría 0-0 cuando en un contraataque Law recibió, de espaldas a la portería y dentro del área, un balón de Lee. El internacional escocés remató de tacón y batió a Stepney consumando el descenso de los diablos rojos. Sin celebrar el gol, Law fue sustituido y no volvió a jugar al fútbol. Una leyenda del United, abatido en el banquillo del Teatro de los Sueños, mandaba a su ex equipo a Segunda entre la invasión de campo de los aficionados locales.

Sin embargo, Law no ha sido el único jugador que ha vestido la camiseta celeste y roja. El capitán que levantó la segunda Champions League del United, Peter Schmeichel, jugó sus últimos encuentros en Maine Road y es el único futbolista que no ha perdido un derbi de Manchester. Un cambio de estadio que no perdonaron algunos hinchas del United ni tampoco el capitán de los diablos rojos, Gary Neville, que le negó la mano en el túnel de vestuarios al meta danés en los partidos que vivió Schmeichel como capitán de los Skyblues.

El mismo camino han seguido en los últimos años el denostado Carlos Tévez, que pasó de ídolo en Old Trafford a capitán en el City of Manchester, y Owen Hargreaves, el más reciente, que cambió de acera este verano. Otras leyendas de los diablos rojos como Kanchelski o Andy Cole dieron sus últimos coletazos vestidos de Skyblues al igual que Barnes, que realizó el viaje opuesto.

La sequía del City

Desde que en septiembre de 1989 el City goleara al United en Maine Road (5-1) pasaron trece años sin que los celestes consiguieran una victoria sobre sus acérrimos rivales que contaban con jugadores de la talla de Beckham, Cantona, Keane o Giggs. La sequía la rompieron Goater y Anelka en el último derbi en Maine Road en 2001 en el que vencieron por 3-1. El principal exponente de esta superioridad por parte del Manchester United es Ryan Giggs, el jugador que más partidos de máxima rivalidad ha disputado de la historia (34) y que ha sido capaz de vencer a sus vecinos en 21 ocasiones. Este fin de semana jugará su derbi número 35. Historia viva del fútbol en Manchester.

Desde que entrara el nuevo milenio y desde que los celestes se mudaran al City of Manchester la balanza en enfrentamientos directos, que no en títulos, se ha equilibrado. En la puesta de gala del nuevo estadio del City los Skyblues humillaron a los diablos rojos con un sonrojante 4-1 en el que un jovencísimo Wright-Phillips bailó a la defensa visitante.

La rivalidad ha aumentado desde que Tévez dejara Old Trafford seducido por los millones del City of Manchester. Cada visita del “Apache” al Teatro de los Sueños ha sido muy hostil para el futbolista argentino. De goleador con el United a capitán con el City en un suspiro. En las semifinales de la Carling Cup de 2010 ambos conjuntos tuvieron dos enfrentamientos muy intensos. En la ida dos goles de Tévez le dieron la victoria al City por 2-1 pero en la vuelta los diablos rojos eliminaron a los celestes al vencerles por 3-1 gracias a un gol de Rooney en el último minuto que contrarrestó el tanto del delantero argentino, que había igualado la eliminatoria minutos antes.

Y es que Rooney ha sido el azote del City en estas últimas campañas. La pasada, en el derbi de Old Trafford, desbloqueó el partido con un golazo de chilena antológico. Además, hace dos veranos se especuló con la posibilidad de que cambiara de estadio, la oferta del City era mareante, aunque al final renovó y juró amor eterno a los diablos rojos. Ídolo en el Teatro de los Sueños y enemigo número uno en el City of Manchester.

El recuerdo de Münich

Uno de los momentos más emotivos en este tipo de encuentros de máxima rivalidad se produjo en 2008 cuando el City consiguió vencer en los dos derbis, 1-0 en casa y 1-2 en Old Trafford, 40 años después, en un partido muy especial para los Red Devils. Era el 10 de febrero de 2008 y cuatro días antes se había cumplido el 50 aniversario del desastre aéreo de Münich. Los hechos ocurrieron un 6 de febrero de 1958. El avión que trasladaba al United de Belgrado a Manchester hizo escala en Münich. Debido a la copiosa nevada, al intentar despegar el aparato no tomó la altura necesaria y se estrelló contra la pista. Bent, Pegg, Whelan, Edwards, Colman, Jones, Taylor y Byrne, jugadores del equipo, fallecieron en el accidente además de parte del cuerpo técnico y de los periodistas que acompañaban al equipo. Matt Busby sobrevivió tras una larga lucha y junto a otros supervivientes de la tragedia como Bobby Charlton o Foulkes levantó una década después la primera Champions League del club en Wembley.

El minuto de silencio en Old Trafford de aquel día fue respetado tanto por los aficionados del City como los del United de una manera espectacular y envolvió de emotividad y consideración a toda la ciudad. Ambos conjuntos vistieron indumentarias similares a las que en los años 50 usaban los dos equipos y el partido estuvo lleno de simbolismo y de respeto hacia uno de los mayores desastres de la historia del fútbol.

Dureza en el césped

A pesar del fair play entre las aficiones y los jugadores de los últimos años los derbis de Manchester han tenido episodios de extrema dureza en el verde de ambos estadios a lo largo de los más de cien años de rivalidad.

En el partido de diciembre de 1970 el genial George Best le rompió la pierna a Pardoe con una entrada que provocó, debido a la gravedad de la lesión, que se le tuviera que apuntar la extremidad días después al defensa de los celestes.

Otro de los casos más recordados es el que protagonizaron Roy Keane y el defensa noruego Haland. En septiembre de 1997 en Elland Road el Leeds vencía al United uno a cero cuando Roy Keane sufrió, sin entrada alguna, una lesión en el ligamento cruzado. El jugador irlandés cayó en el área y el defensa noruego le recriminó que se tirara. Tres años después, con Haland en el Manchester City, Roy Keane entró salvajemente al futbolista noruego rompiéndole la rodilla derecha y obligándole a retirarse aunque, seis años de calvario y operaciones después, volvió al fútbol para disputar algunos encuentros en la Segunda noruega. Keane admitió después en su biografía que fue a “cazar” a Haland y recibió una multa de 150,000 libras por parte de la FA.

La rivalidad entre el Manchester City y el Manchester United ha existido siempre en el plano emocional pero ha llegado en estas últimas temporadas, décadas después, al plano deportivo. Los aficionados celestes ya no se alegran de las derrotas que sus vecinos sufren en Europa a manos del Madrid, el Barcelona o el Milán ya que ahora ellos mismos son capaces, tanto en Inglaterra como en el viejo continente, de superarles. La muestra de esta aproximación entre vecinos es que para Ferguson los Skyblues han pasado de ser “un equipo con mentalidad pequeña y un vecino ruidoso” a una “seria amenaza”. El primer aviso sucedió hace algunos meses cuando los celestes les dejaron sin el deseado doblete a los Red Devils al vencerles en Wembley en la semifinal de la FA Cup. Un título que levantó Tévez al cielo de Londres terminando con más de treinta años de sequía.

Los dos equipos ganaron títulos la temporada pasada, compiten en la Champions League y lideran la Premier League. Agüero y Rooney luchan por ser el mejor futbolista y máximo goleador de la liga y sus aficiones llevan semanas retándose para ver quién es el rey de Manchester. Los petrodólares han situado al City en el cielo del fútbol, un lugar que el United lleva ocupando décadas. Los ecos del “Blue Moon” que entonan los celestes empiezan a silenciar el “Glory, glory ManUnited” de los diablos rojos. El Manchester United-Manchester City de este domingo llega más igualado que nunca para gozo de todos los aficionados al fútbol.