Luego de un primer tiempo que hacía pensar un partido chato y sin ideas, Sunderland y Tottenham abrieron el partido en la segunda mitad, momento donde llegaron las emociones fuertes y las opciones concretas. Como si se hubiesen probado en los primeros 45 minutos, el Sunderland se quedó en el test del rival y el visitante prefirió acelerar.

El local llegó al partido luego de dar una gran sorpresa el pasado fin de semana al derrotar al Manchester City por la mínima, mientras que los Spurs vapulearon a domicilio al Aston Villa por 4-0 con un 'hat-trick' de Gareth Bale, uno de los jugadores estrella de esta Liga.

La primera emoción fuerte del partido llega al minuto 30 -si, recién a media hora de juego- cuando el defensor Carlos Cuéllar desvía un remate de Defoe y Adebayor toma el rebote abajo del arco e inexplicablemente estrella su envío en el travesaño. Algún que otro remate de afuera del área -uno de Sandro y otro de Adebayor, débil- pero el Tottenham siempre quiso más. El desorden no le permitió anotar en más de una ocasión; tuvo un claro dominio del balón en la primera parte pero la falta de ideas concretas no le ayudó a enlazar la posesión con las chances que tuvo.

Sunderland se complicó demasiado con la pelota y perdió infantilmente mucho en el mediocampo. Optó incansablemente por los centros al área, sin resultados.

El equipo de Wearside fue un bombardero sin puntería a la hora de atacar: decenas de centros sin objetivo concreto ni receptor disponible, solo para intentar aparentar un modo de lastimar al Tottenham que era casi imposible. Casi imposible, claro, porque si hay algo que el fútbol a veces no puede controlar, es la injusticia o los merecimientos. Casi apelando por completo a esta frase, los Black Cats anotan el primer gol del partido gracias a O'Shea, quien toma el rebote que Lloris da luego de un remate dentro del área de Larsson  y pone  a los locales arriba antes del descanso.

Los 'Spurs' lograron el objetivo gracias a la intensidad y la posesión, nunca bajaron los brazos y consiguieron anotar gracias a la actitud y la predisposición.

Sabiendo de las limitaciones del local, los de White Hart Line salieron con la misma intensidad al segundo tiempo y el resultado no tardó en llegar: luego de presionar como en el primer tiempo al local, de un envío desde el córner llega el empate gracias a un auto gol de cabeza de Cuéllar. Y no vale de nada pasar a otro párrafo señores, porque el vendaval futbolístico de los Spurs no se tomó descanso y sólo tres minutos después del error de Cuéllar, Aaron Lennon borró las sonrisas en el Stadium of Light y puso arriba a su equipo tras una muy buena definición.

El Tottenham le debe el triunfo al buscar incesante de Bale y Lennon. Defoe y Adebayor casi no aparecieron y fallaron las que tuvieron.

El Sunderland nunca pudo tomar las riendas del partido, ni siquiera por un corto período de tiempo. Los Black Cats no lograron gravitar ni imponer juego, ya que ese juego tendría que haber estado definido por un criterio concreto. Del otro lado y sin bajar los decibeles, los de Villas Boas siguieron punzando y Mignolet le tapó un mano a mano increíble a Defoe que podría haber comenzado a sentenciar el encuentro a su favor. Los locales necesitaban ya mismo orden para poder llegar con más claridad al arco de Lloris.

Si hay algo que Villas Boas debe agradecer de sus jugadores, es el nunca bajar los brazos. No hubo un jugador clave que haya sacado adelante al equipo, ni que haya convertido los goles en cuenta propia para comandar la victoria: fueron todos, especialmente comandados por Gareth Bale y Aaron Lennon. Si tendría que haber confiado todo a sus delanteros, se hubiese llevado una decepción. Defoe y Adebayor erraron todo lo que tuvieron; en mayor medida el togolés, que aparte del travesaño del primer tiempo, perdió un mano a mano con Mignolet luego de un taco exquisito de Demsey en el minuto 82.

El Sunderland nunca hubiese podido mantener la ventaja inicial ya que no tuvo la tenacidad ni la actitud del Tottenham, que demostró jerarquía futbolística y logró llevarse los tres puntos del Stadium of Light.