Pese a ser un derbi de la Toscana, el ambiente no era el más propicio en el Artemio Franchi de Siena. La razón fundamental era la huelga (si es que el hecho de animar se debe entender como un trabajo) de los ultras más radicales del conjunto local en protesta por la política del club, mientras abajo, en el césped, los hombres de Giuseppe Iachini disputaban un partido vital en la lucha por la permanencia. La Fiorentina por su parte llegaba con la esperanza de acercase al Milan y continuar metiendo presión al conjunto lombardo en el duelo que mantienen por la tercera plaza y la posibilidad de disputar la Champions League la temporada que viene. Además, y por si fueran pocos los alicientes para este partido, Giuseppe Rossi entraba en la convocatoria de la Fiorentina por primera vez desde que llegase a Florencia en el mercado de invierno y 18 meses después de su primera lesión en la rodilla.

Una vez acabado el minuto de silencio en memoria de Giulio Andreotti, quien fuera primer ministro italiano en 7 ocasiones y por ende uno de los personajes más relevantes de la política italiana de los últimos 50 años, Daniele Orsato dio comienzo al partido. No tardaron mucho los de Montella en llegar al área de Pegolo, y sin haberse cumplido el minuto 2 los viola ya habían disparado dos veces. La Fiore no sólo era superior, sino que además ejercía ese domino de manera abrumadora. Por eso, no resultó extraño que apenas se hubiera rebasado el minuto 10 y el resultado ya fuera de 0-1, gracias a un gol de Gonzalo Rodríguez en segunda jugada tras un córner.

Y si antes del gol la Fiorentina ya dominaba, tras el tanto la situación se afianzó aún más, pues el Siena quiso tapar espacios, sin caer en la cuenta de su rival no iba a tener ningún problema en mover el balón hasta encontrar un resquicio por el que romper el muro sienés. Bajo la batuta de Borja Valero, que ocupó la posición de regista ante la suplencia de David Pizarro, los viola tocaban y tocaban ante la parsimoniosa presión local. El único problema llegaba a la hora de concretar las oportunidades, pues ni Jovetic ni Larrando, que sustituía a Ljajic después de que el serbio fuera expulsado una vez hubo finalizado el duelo frente a la Roma, aparecían menos de lo que su equipo necesitaba. Por ello el resultado no varió antes del final de la primera parte.

Sin cambios tras el descanso

A la vuelta de los vestuarios parecía que el guión iba a continuar siendo el mismo. Sin embargo, el Siena se mostró algo más agresivo, lo que le sirvió para acercarse algo más al área de Viviano, aunque el peligro, generado la mayor parte de las veces por Emeghara, fue mínimo. En cuanto a la Fiore, su juego apenas varió.

Ni siquiera la entrada de El Hamdaoui por Larrondo y de Rosina en el Siena hizo cambiar el transcurso del partido. Sin embargo,  el ex del Torino y Zenit, entre otros, fue quien trató de encontrar el gol del empate con mayor insistencia. Pero sus intentos fueron en vano. Pese a todo, tirando de orgullo el Siena intentó el gol por todos los medios, lo que propició que por primera vez en prácticamente todo el partido los dos equipos encontrasen espacios para correr. De hecho, la ocasión más clara de todo el partido tuvo lugar entonces cuando Luca Toni, completamente libre de marca, fue incapaz de rematar por raso un centro desde la izquierda que acabó perdiéndose por encima de la portería, a pesar de estar a menos de 2 metros de la línea.

Con esta victoria la Fiorentina aún sueña con quitarle el tercer puesto al Milan, mientras que el Siena podría ser este próximo fin de semana equipo de la Serie B.

Aquí puedes leer la crónica del partido en VAVEL Italia (en italiano)

Aquí puedes leer la crónica del partido en VAVEL Brasil (en portugués)