En el trienio 2010-13 Gil Vicente ha ido cumpliendo objetivos de manera gradual, desde que consiguiera el ascenso hasta asentarse en la primera liga portuguesa, alcanzando además un hito histórico en sus casi noventa años de vida, como fue la final de la Copa de la Liga en la temporada 2011-12, resuelta por Benfica en los últimos minutos con un gol de Saviola.
 
Además los de Barcelós han sido los únicos en ganarle en liga a un FC Porto tricampeón. Una derrota en noventa partidos.
 
Además de la figura del técnico, Paulo Alves, aún sin equipo, los de Barcelós han tenido en Claudio y André Cunha dos de sus hombres más importantes pese a sus debuts tardíos en la primera división. 
 
Claudio, expeditivo, ha sido el líder de la defensa, pero también uno de los jugadores más goleadores, llegando incluso a la decena de dianas hace dos temporadas. André Cunha por su parte, sobresalía en la construcción del juego de ataque, aunando técnica y entrega, la temporada pasada, además, fue el jugador más utilizado en el equipo.
 
André Cunha jugará en la tercera categoría, Claudio en el mercado.
 
Pese a los méritos acumulados, ni Claudio ni André Cunha van a continuar en el club, mientras que el central brasileño todavía estudia ofertas y se le vincula por ejemplo con clubes como Portimonense, André Cunha ya se ha comprometido con GD Ribeirão, club de la tercera categoría portuguesa.
 
Sin duda, la dirección deportiva busca comenzar un proyecto casi desde cero con la dirección desde el banquillo de João de Deus, quien hace unas temporadas dirigió al Ceuta, y con fichajes de los jugadores más destacados de la Segunda Liga en la temporada pasada, como son el nigeriano goleador Simy (Portimonense), el talentoso Paulinho (Trofense) y  el extremo Diogo Viana (Penafiel). Todos son jugadores de ataque, por lo que todavía el equipo debe reforzarse en defensa.
 
El movimiento es arriesgado, pero Alosio, director deportivo de Gil Vicente, lleva tres años consecutivos perfectos, veremos si a la cuarta también alcanza los objetivos. Lo que estará claro es que Gil Vicente debe aprender a vivir sin la tutela de dos jugadores, ya, históricos.