Con la Supercopa de Alemania en juego, todas las miradas estaban centradas en el debut en el banquillo de Pep Guardiola en partido oficial. El Signal Iduna Park acogía un ambiente tenso por el sabor agridulce que dejó en los seguidores amarillos la derrota en la pasada final de la Liga de Campeones. El Bayern acudía a este encuentro como el campeón de la Bundesliga y el Dortmund como segundo clasificado, después de la negativa del Stuttgart, subcampeón de la copa, a jugar esta final para preparar su próxima participación en la Europa League. Ambos equipos presentaban bajas para este partido. Pep no podía contar con Neuer, Ribery ni Götze, en la vuelta a la que fue su casa durante cuatro temporadas, y Klopp no convocaba a Lukas Piszczek ni al recién incorporado Mkhitaryan, fichaje más caro de la historia del Dortmund. Ambos entrenadores presentarían un once con pocas sorpresas, en un gran partido que sirvió como prólogo de la competición doméstica, que arranca el próximo 9 de agosto.

Reus aprovechó los espacios del Bayern

El pitido inicial ponía en juego el primer título de la temporada. A lo largo del partido veríamos a un Dortmund peleón y a un Bayern que dejaba muchos espacios y en proceso de adaptación el "estilo Pep". Cuando apenas habían pasado cinco minutos de partido, un mal despeje del portero muniqués Starke dejaba un balón muerto que Reus remataba de cabeza al fondo de la portería. Desde ese momento, los hombres de Pep se fueron arriba y empezaron a dejar espacios y el Dortmund, bajo la batuta de Gundogan y con Reus y Kuba por las bandas, llegaba con peligro a la portería de un Starke inseguro. En el minuto 8, el árbitro anulaba un gol legal a Lewandowski, que había resuelto un uno contra uno tras un gran pase de Gundogan.

Grobkreutz no se sintió cómodo jugando como lateral

El Bayern dominaba el balón y llegaron las ocasiones, aunque la defensa local se mostró segura durante todo el partido. Shaquiri fue el primero en plantear problemas a un Weindenfeller que estuvo soberbio a lo largo de los noventa minutos. Un tiro seco del internacional suizó dejaba el balón muerto en el el área pequeña, que volvió a rematar Shaquiri para que el veterano guardameta alemán se luciera con un paradón. Por la banda izquierda llegaron las mejores ocasiones para los de Pep. Grobkreutz no se sintió cómodo jugando como lateral y Alaba aprovechó este factor para meter miedo en el cuerpo a los subcampeones de liga. En el minuto 34 llegaría la ocasión más clara para el Bayern en la primera parte, cuando Mandzukic no llegaba por centímetros a un centro de Alaba que había dejado a Weindenfeller vencido. Este tipo de acciones propiciaban el juego al contraataque del Dortmund y con uno de Gundogan, que ponía en aprietos a Starke, se llegaba al ecuador del encuentro.

Tras el descanso llegó la locura

La charla de Pep en el descanso hizo reaccionar a sus hombres, que ejercieron una presión asfixiante sobre la defensa amarilla. En el minuto 54, Lahm, el eterno capitán alemán, ponía un centro medido a la cabeza de Robben que ponía el balón dentro de la portería y el empate en el marcador. Otra vez Robben se cruzaba en el camino del Dortmund y la afición del Westfalenstadion revivía los fantasmas del pasado mes de mayo, cuando un gol del holandés les quitaba la ansiada orejona. Pero la euforia del campeón duró poco, ya que tan sólo un minuto más tarde un centro de Gundogan era rematado por van Buyten, que introducía el balón en su propia portería. El Dortmund no se confió y con el saque de centro, en el minuto 56, Gundogan culminaba una jugada individual con un golazo desde la frontal del área que ponía tierra de por medio en el marcador.

El partido se convirtió en un toma y daca. De nuevo una incorporación de Lahm por la derecha acababa con un balón en los pies de Robben, que batía a Weindenfeller y llenaba de moral a los de Pep. El Bayern se gustó y confió en la remontada, y pudo conseguirlo en dos claras ocasiones. La primera la tuvo Mandzukic, que remataba un centro de Shaquiri con una espectacular chilena que se iba fuera por centímetros. La segunda estuvo en los pies de Müller, que mandó el balón al larguero tras un gran pase de Thiago por encima de la defensa.

Con la entrada en el campo de Aubameyang, que debutaba con los amarillos, el Dortmund ganó velocidad y los espacios en la defensa muniquesa eran más evidentes. El gabonés tuvo el gol en las botas en el minuto 82, cuando Starke despejó un uno contra uno. Pero cinco minutos más tarde, el extravagante jugador del Dortmund enmendaba su error y le daba un pase de la muerte a Reus que ponía el 4-2 final en el marcador. Jochen Drees pitó el final del encuentro y el Borussia consiguió su quinta Supercopa de Alemania y el primer título en juego de la temporada. El Bayern no está sólo en Alemania. Esta temporada tendrá en frente un gran rival. Habrá liga.