Tras la batalla ante los charrúas, todo parecía más normal, dentro de lo convencional que puede llegar a ser el proceder de la selección nigeriana. Suecia saltó al campo con la intención de salir a la contra, y el mando de Nwakali y Alfa desde lo que sería un doble pivote, quedo realmente marcado, a diferencia del encuentro de cuartos, donde todas esas posiciones parecían difusas, por la tendencia anárquica nigeriana y la lucha permanente a la que inducen los sudamericanos.

Belisha, el nueve sueco, avisó en el primer minuto con una llegada, pero el mando iba ser claro y bien definido a favor de un equipo. Así, con más pausa, los de Manu Barga buscaron puerta con un tiro de Awoniyi y posterior desvío de Ezeh, la novedad en el once. El primero, el goleador improvisado de esta selección, dejaba claro que una de sus mejores virtudes son sus movimientos de desmarque. Todo tenía más sentido en Nigeria y, como es habitual, Iheanacho campaba con su ritmo despistado.

Genialidad de Iheanacho

Hoy no necesita mayor esfuerzo, en el futuro, si acaba abandonando su país y desembarca en otro fútbol más profesionalizado, los técnicos le pedirán más cosas. Porque la aparición del diez fue tan fulgurante como aislada; tan luminosa como escasa. Recibió un balón en tres cuartos y con esa mano que tiene por zurda superó a la defensa con un toque sutil y elevado en el 21. El gran movimiento de Awoniyi, otra vez, lució aún más el gesto. Nigeria dominaba en el marcador, pero no aplastaba. Aunque la diferencia entre las dos escuadras estaba e iba a estar en ese último cuarto del campo.

El pasillo libre para Muhammed por la derecha fue de nuevo otro de los rasgos de la pizarra de Garba. Deslavazado pero con su fuerza habitual, el lateral lo intentó muchas veces en la primera mitad. Periodo en el que Alfa fue ganando mando. El ocho, posiblemente el hombre de más calidad en esa zona, dejó buenos controles, que hablan de su naturalidad en el juego, y agilidad de pase. Cualidades que le hacen ser un talento a seguir.

Alfa fue adquiriendo mando, posiblemente es el hombre con más calidad en el medio

El primer periodo, tras alguna escaramuza de Engvall, terminó con una de las mejores posesiones nigerianas del torneo. Una jugada muy larga que demuestra que estamos ante una generación diferente a todas las que han representado al país, después de los gloriosos años ochenta y noventa en la categoría. Con esa sensación de control, las Águilas Verdes se marcharon al vestuario, pero con un resultado todavía corto.

Para la reanudación, Garba instó a los suyos a que dejaran algo la iniciativa a su rival. Larsson dio entrada al giganton Strandberg, para dar más trabajo a la retaguardia nigeriana, pero la primera ocasión fue para Ezeh, con su remate al palo tras un buen centro desde la izquierda de Okon, el lateral zurdo, que también tendría su cuota de protagonismo en la segunda mitad. Nigeria entraba con fuerza, pero iba a invitar a los suecos a salir.

Okon tendría su cuota de protagonismo en la segunda mitad

Entre el 50 y 75, se sucedieron llegadas para los dos equipos. Nigeria siempre lo hizo con más peligro, más si cabe tras un gol mal anulado a Awoniyi en el 67. Buena arrancada de Okon, más atinado que Muhammed en la segunda parte, y pase a Yahaya, que estaba en posición correcta. El tiro del once lo rechaza Mohlin, pero el balón cae a los pies de Awoniyi, que agradece el regalo y define. Un error del árbitro brasileño, Heber Lopes, que al final no se tuvo que lamentar.

Y Nigeria cambió de ritmo

Nigeria no echó en falta ese tanto, por el acelerón que liquidó a Suecia entre el 79 y el 80. Suecia había tenido sus dos mejores ocasiones instantes antes, con Strandberg rematando casi a bocajarro, en la primera, y Wahlqvist de cabeza, en la segunda. Pero una magnífica acción combinativa entre Ezeh, Iheanacho y Awoniyi, encumbró a este último con su asistencia (y el tanto anterior) y a Okon con el recorte y la hermosa definición con su pierna menos buena, la derecha. Nigeria daba un mazazo que se recrudecería segundos después con el tercer gol, obra de Ezeh. Yahaya casi lo consigue nada más sacar de centro tras el pase del diez, pero fue en la siguiente acción, tras caño espectacular de Iheanacho, que el 17 de la River Lane Academy recogió un rechace y selló la clasificación y la locura en las gradas.

Suecia peleó hasta ese último cuarto de hora, y merece una buena mención por haber defendido el fútbol de su país y el pabellón europeo en un torneo que se presentaba complicado para ese continente. Solo quedan dos selecciones: una viaja en una nube durante todo el campeonato y la otra ha ido de menos a más, pero son dos clásicas de la categoría que suman cinco títulos. No se puede pedir mucho más.

Vídeo del partido

Foto: Taiwo Awoyoni (Getty Images - FIFA.com)