Dos años hacía ya de aquel maldito 2012, en el que histórico Colonia, gobernado en aquellos momentos por los sempiternos Lukas Podolski y Milivoje Novakovic, descendió a la segunda división del fútbol alemán. Nada salió bien aquel año en el club con sede en la cuarta ciudad más poblada de Alemania (tras Berlín, Hamburgo y Múnich), que se vio abocado al fracaso más estrepitoso y sorprendente. Dos años después, y tras una temporada plagada de victorias, la oportunidad de redimirse de aquel fatídico 5 de mayo volvía a presentarse ante sus ojos. Pero para ello, antes debían derrotar al imprevisible Bochum, que llegaba de completar un año un tanto irregular, limitando sus expectativas a no descender de categoría. El mensaje en las abarrotadas gradas del RheinEnergieStadion: ganar o ganar.

Susto que hacía peligrar la fiesta

A pesar de la diferencia aparente entre ambos equipos viendo sus puesto en la clasificación, el choque arrancó bastante igualado. El nerviosismo de los hombres del Colonia, unido al buen hacer de los hombres Neururer, que fieles a su estilo no salieron a especular, provocaron unos primeros minutos de juego muy dividido, sin opciones para nadie. Hubo que esperar hasta el minuto 27 para que tuviese lugar la primera acción relevante del choque, en la que Nagasawa cayó dentro del área. El árbitro no observó infracción alguna, y el juego siguió su curso.

El Colonia tenía más la pelota, pero el Bochum llegaba al área con más peligro

El Colonia tenía más la pelota, pero el Bochum era el que lograba llegar a la meta defendida por Horn con más peligro. En el minuto 41 el mediapunta japonés Tasaka se topó con el poste, e inmediatamente después, un saque de esquina botado por Cwielong no logró ser despejado por Matuschyk, que ante un la oposición de Latza, introdujo la pelota en su propia portería. El tanto sentó como un jarro de agua fría a equipo e hinchada, que a escasos minutos para el descanso, se no lograron reaccionar, llegándose al final del primer tiempo.

El RheinEnergieStadion presentó un aspecto envidiable para el trascendente choque. | Imagen: fc-koeln.de

Stöger mueve ficha y Risse reanima a los suyos

El segundo periodo arrancó con una variante por parte de los locales, que a la postre, sería determinante. El mediocentro Matuschyk, pivote de corte defensivo, dejaba su puesto en el once a Marcel Risse, de carácter más ofensivo. La sustitución sirvió para acrecentar aún más el dominio del Colonia, que se hizo con el control total del esférico y el partido, merced a un inoperante Bochum. Los hombres de Peter Neururer se dedicaron única y exclusivamente a perseguir a los carneros, sin presionar en exceso, sin encimarles, y permitiéndoles mover la pelota a placer.

El Bochum se dedicó únicamente a perseguir al Colonia, sin presionar, sin encimar a los delanteros

Con este panorama, no fue de extrañar que apenas cuatro minutos después de que el colegiado decretase el comienzo dela segunda parte, el Colonia hallase el premio. Una buena jugada trenzada concluyó en los pies del recién ingresado Risse en la frontal del área, quien, ante la pasividad defensiva del Bochum, sacó un tremendo latigazo cruzado, ante el que Luthe nada pudo hacer. El tanto volvió a encender a la grada, que reavivó los sus impetuosos cánticos, pero no así al Bochum, que siguió mostrándose totalmente falto de actitud, permitiendo que el Colonia llegara y llegara sin mayores dificultades.

Patrick Helmes, en el momento exacto en el que establecía la ventaja para su equipo. | Imagen: fc-koeln.de

En otra llegada al área, Helmes recibió completamente solo dentro del área y fue derribado por Acquistapace, señalando el árbitro penalti y expulsión para el jugador visitante. El propio Helmes se encargó de lanzarlo, falló, pero tras cazar el rechace de Luthe, endosó el segundo tanto de su equipo. Tras el tanto, y a pesar de verse a 20 escasos minutos de volver a la máxima categoría del fútbol alemán, el Colonia siguió dominando el partido, y cerca estuvo de volver a anotar. Finalmente, y viendo que el tercero no llegaba, los pupilos de Stöger cedieron la pelota al Bochum, que con uno menos, se vio incapaz de arañar la férrea defensa un Colonia, que a escasos diez del final, cerraría el encuentro.

Ujah deja paso a la cerveza

La cerveza empezó a caer sobre las cabezas de todos y cada uno de los jugadores, lo habían logrado

El delantero Anthony Ujah, sustituto de Patrick Helmes, recibió una pelota bombeada a la espalda de la defensa, encaró al portero, chutó, y certificó la victoria de los suyos. El gol daba por finalizad la historia de un partido, que tras unos minutos sin trascendencia, tocó a su fin. Los jugadores del banquillo saltaron al campo, y segundos después, todos los aficionados, en la clásica invasión de campo. La cerveza empezó a caer sobre las cabezas de todos y cada uno de los jugadores, lo habían logrado. Tras dos años en el infierno, el Colonia vuelve a la primera división.

El pitido del colegiado, dio paso al tradicional baño de cerveza. | Imagen: focus.de