El míster: Alberto Zaccheroni

Parece que al fin Alberto Zaccheroni ha alcanzado la establidad como entrenador profesional. Cuando finalice la Copa Mundial, y a pesar de saber que todavía es una incógnita si seguirá o no en Los Samuráis Azules, el seleccionador podrá presumir de galardonar esta como su andadura más duradera en los banquillos: 4 años, superando sus etapas en el Milan o el Venezia. Que su selección desempeñe o no un buen papel en Brasil será clave para determinar la continuidad de Alberto en el banquillo japonés. Sin lugar a dudas, de momento está cumpliendo con las expectativas puestas en él.

Casi todos los entrenadores han tenido un pasado como futbolistas, independientemente de si triunfaran o no sobre los terrenos de juego. El caso de Zaccheroni es este último, pues vio truncada su carrera como jugador cuando todavía no había cumplido los treinta años de edad, debido a una lesión incompatible con la vida deportiva. Dejando a un lado este terrible infortunio, su carrera como futbolista nunca destacó en exceso. Por tanto, esa carrera podría calificar, desde el más absoluto respeto a uno de los entrenadores italianos más laureados en los últimos tiempos, como mediocre.

Su dilatada carrera como técnico contrasta con el hecho de que jamás había salido de un combinado italiano en calidad de entrenador hasta su contratación como seleccionador de Japón. Fue curioso cuanto menos que un país como Japón se fijase en un entrenador al que tan solo le avalaban 27 años en los banquillos italianos, pero la apuesta les salió bien. Zaccheroni afronta en Brasil su reto más importante desde que entrena al combinado nipón y desde que comenzara a entrenar en el modesto Cesenatico Chimicart, allá por 1983. El éxito japonés en la Copa Mundial puede suponer la consagración definitva de Zaccheroni a sus 61 años de edad.

Comenzó a sentarse en los banquillos a la temprana edad de 30 años, en el modesto Cesenatico Chimicart. De ahí fue pasando por otros equipos desconocidos incluso en el panorama italiano, como lo son el Valleverde Rizzione, el Boca San Lazzaro y el Baracca Lugo. En el Calcio Venezia experimentó un pequeño salto de calidad, aunque todavía estaba lejos de llegar al primer nivel de los banquillos italianos. Su siguiente parada fue un importante paso, ya que fue el elegido para dirigir a un histórico del fútbol de su país, el Bologna FC, en la primera temporada después de su refundación.

El Cosenza Calcio, escaparate de Zaccheroni

Su última parada antes de dar el paso definitivo a la primera línea nacional fue el Cosenza Calcio, donde realizó una muy buena temporada en la que muchos equipos de la Serie A le echaron el ojo. El Udinese fue quien se hizo finalmente con sus servicios, y donde terminó de explotar como técnico. En 1998 hizo historia tras clasificar a los de Udine para la Copa de la UEFA, después de la meritoria tercera posición obtenida en la Serie A. Esto le abrió aún más puertas, incluso de equipos de otros países europeos. No obstante, Zaccheroni prefirió continuar entrenando en Italia.

Varios equipos italianos de primer nivel se fijaron en él

En verano de ese mismo año fichó por el AC Milan. Su trayectoria en San Siro fue describió una clara línea descendente. Zaccheroni llegaba a Milán tras dos horrendas temporadas del club, y en su primer curso al frente de los rossoneri, el equipo consiguió alzarse con el título de liga. En la siguiente campaña, fue eliminado a las primeras de cambio de la Liga de Campeones, y en competición doméstica consiguió un ramplón tercer puesto, que analizándolo desde la distancia no fue ni tan malo vista la mediocre temporada cuajada por el AC Milan.

El Deportivo fue el verdugo de Zaccheroni en el Milan

Alberto no acabó su última temporada en Milán, pues en la primavera de 2001 fue cesado tras la sorprendente eliminación europea del equipo ante el Deportivo de La Coruña. Tras unos meses sin entrenar, la SS Lazio le ofreció coger las riendas del equipo al poco de comenzar la siguiente temporada. Tras un mal arranque, el de Meldola consiguió enderezar el rumbo del club, y finalizó la temporada en una meriotoria sexta posición, que le valió al equipo romano para disputar la Copa de la UEFA la siguiente temporada. No obstante, a la directiva no le debió parecer suficiente, pues en verano fue destituido en beneficio de Roberto Mancini.

Roberto Mancini le reemplazó dos veces en los banquillos

Tras un año y medio alejado de los banquillos, el Inter de Milan tendió la mano al que no hacía tanto tiempo entrenó al eterno rival. Zaccheroni se incorporó a la disciplina nerazzurri mediada la campaña 2003/2004 y, pese a naufragar en Liga de Campeones ante el Arsenal, consiguió revertir la situación y clasificar al club de nuevo para la máxima competición europea (4º puesto en la Serie A). No obstante, fue sustituido ese mismo verano por Roberto Mancini de nuevo, quien ya empezaba a levantar verdaderos quebraderos de cabeza en Zaccheroni. Después de dos años en el dique seco, y tras no cuajar als negociaciones con el Crystal Palace, fichó por el Torino FC.

Destitución en el Torino y tres años sin entrenar

Sin embargo, no cuajó un buen año en su primera andadura en Turín, y fue destituido en febrero de 2007 tras una nefasta racha de seis derrotas consecutivas. A final de temporada, el Torino conseguiría la permanencia un año más en la Serie A. Tras este duro varapalo profesional, nuestro protagonista vivió su mayor período sin entrenar hasta el momento: casi tres años. Su sequía se rompió en enero de 2010, cuando firmó con la Juventus un contrato de cuatro meses para vivir su segunda experiencia en los banquillos de Turín. No obstante, escribió otra mancha en su currículum tras ser eliminado en octavos de la Europa League y acabar séptimo en la Serie A.

Por primera vez fuera de Italia

En agosto de 2010, y tras casi una treintena de años en los banquillos italianos, tomó la importante decisión de emigrar por primera vez en su carrera, debido a la interesante oferta de Japón. En su debut al frente de Los Samuráis Azules, consiguió una histórica victoria ante Argentina por un gol a cero, ganándose así el respeto y admiración de la afición nipona. Su mayor logro llegó en 2011, cuando llevó a Japón a conquistar la Copa Asiática tras vencer 1-0 a Australia en la final. En Brasil 2014 se medirán en el grupo C a Colombia, Grecia y Costa de Marfil.

A priori es un grupo difícil, pero no hay duda de que el combinado nipón puede avanzar sin suponer ninguna sorpresa a los octavos de final. La cita más importante de la dilatada carrera de Zaccheroni está a punto de comenzar, y de seguro el italiano tratará de aprovecharla al máximo.