Miami Gardens, Florida. Última parada de Inglaterra y Honduras antes de viajar a Brasil. Se acerca el Mundial y los equipos deben ir despejando todas las dudas. Ya no hay más tiempo de reacción. Lo que no se haya trabajado ya lo suficiente, queda descartado. Los de Hogdson venían de ganar a Perú (3-0) y de empatar ante Ecuador (2-2), pero con las dudas de siempre. Honduras, por su parte, ha perdido ante Turquía (0-2) y ante Israel (2-4). Que puntuaran en un grupo con Francia, Suiza y Ecuador sería un milagro. De todas formas, no se les puede exigir más que "hacer lo que se pueda". Lo de Inglaterra es otro asunto. 

Honduras saca a relucir los defectos de 'estilo Hogdson'

El seleccionador inglés salía a jugar con el teórico once titular: el doble pivote red Henderson-Gerrard y Lallana-Welbeck escudando a Rooney y Sturridge. Los jugadores están muy bien; el problema llega cuando el estilo y la formación no funciona. El problema llega cuando pones al medio campo del Liverpool sin tener en cuenta que allí también está Lucas Leiva, lo que permite liberar a Henderson y no cargar tanto a Gerrard. El problema llega cuando metes a Lallana en la derecha (la peor posición para él) y metes a Welbeck (aporta trabajo y poco más). Y el problema se agrava cuando tu estrella -Rooney- no aparece. 

Luis Fernando Suárez metía músculo y sacaba talento. Andy Najar (extremo diestro del Anderlecht) y Jorge Claros (mediocentro creativo, ex del Hibernian), empezaban desde el banco en detrimento de Garrido (recuperador) y Costly (delantero). Renunciaba el colombiano a su 4-1-4-1 para meter un 4-4-2, más directo, más sólido. Lo "extraño" es que le funcionó. Inglaterra no se encontró en toda la primera mitad. Un equipo roto que no conseguía dar tres pases seguidos, gracias también al trabajo y el orden de Honduras. Gerrard no encontraba líneas de pase. Henderson, cohibido, subía lo justo para no dejar solo a su compañero. Y entre tanto, sin noticias de Wayne Rooney, que hoy puede haber perdido su sitio como titular. 

Pocas o ninguna ocasión al término de una primera parte que se alargó más de una hora por una tormenta de rayos, que obligó a detener el partido durante media hora. Inglaterra, acorde con el clima: gris, muy gris. Quizá el único que se salvó fue Sturridge, que aún así tuvo la más clara sobre el minuto 25 y la cruzó demasiado ante Valladares. 

Barkley hace honor al nombre del estadio

Hacían falta cambios rápidos para intentar revertir la situación... Bueno, más que la situación, las pésimas sensaciones a cuatro días del Mundial. Vino a pasar lo mismo contra Ecuador: Ross lleva reclamando su sitio un tiempo y hoy puede haberlo conseguido. Fue salir e iluminar el panorama. Hogdson quitó a Gerrard y a Rooney del campo para meter movilidad: Wilshere y Barkley. Ahí empezaron a funcionar los pross. Su desparpajo, su calidad y sus ganas fueron todo lo contrario al '10' del Manchester United. En 3 minutos ya había generado tanto o más peligor que todo el equipo en la primera mitad. 

La segunda parte fue otra historia bien diferente. Inglaterra se liberó y se estableció una especie de 4-4-1-1 con el joven del Everton detrás de Sturridge. Muchas más llegadas, mucho más control, menos pérdidas y más precisión a la hora de combinar. Ahora la pelota está en el tejado del seleccionador: ¿Barkley o Rooney? ¿Qué doble pivote es el adecuado? ¿Qué dos (o uno) elegirá entre Sterling, Lallana y Welbeck? Lo único obvio parece la defensa, la línea más segura. Pero eso asegura un equipo resistente, no sólido. 

Sin embargo, aunque el equipo mejoró notablemente en los segundos 45 minutos, pese a jugar con uno más durante media hora por la expulsión de Beckeles, no pudieron anotar. A cuatro días de la Copa del Mundo, Inglaterra no ha conseguido ganar a Honduras, una de las selecciones más débiles del torneo. Ese es el hecho. Próxima parada y rival: Manaus e Italia.