Después de dirigir a equipos como el South Melbourne, el Panachaiki griego o el Brisbane roar, Ange Postecoglou se presentaba ante una de las oportunidades de su vida: entrenar a su propia selección. El técnico fue la apuesta de la federación de Australia para cambiar la racha negativa que llevaban los Socceroos.

El preparador llegó con la clasificación del Mundial ya asegurada, pero como una de las bases del proyecto australiano a largo plazo, ya que ha firmado por cinco años. Su optimismo de cara al futuro de la selección, donde cada vez hay más jóvenes con talento, ha sido clave para su contratación.

Sin embargo, pese a que Australia parte como la selección más floja del Mundial y su clasificación es poco menos que una utopía, Postecoglou tiene claro que intentarán competir y pelear cada partido como si fuera el último.

El potencial de Australia, no le permite disputar el balón a selecciones como España o Países Bajos, por lo que Postecoglou apostará por esperar atrás encerrados y salir a la contra. El técnico de 49 años sabe que, para intentar no encajar muchos goles y pronto, el sacrifico defensivo será clave en los once jugadores que estén sobre el campo.

Su 4-3-3 suele estar apoyado en dos centrocampistas de mucho trabajo, con rigor defensivo y con gran despliegue físico. En ataque, la contra será prácticamente la única oportunidad que tendrán de llegar con el balón jugado al área contraria. Sin embargo, los de Postecoglou se guardan un arma bajo el brazo y es su poderío aéreo, algo que intentarán aprovechar en cada partido, centrando cada vez que puedan.

En definitiva es un equipo que se las va a ver y desear para parar a las mejores selecciones, ya que en su fase de grupos, con equipos claramente inferiores, sufrieron para ganar algunos partidos. Las carencias en el juego serán difíciles de ocultar contra los mejores equipos, pero su ilusión y sacrificio será fundamental para intentar pelear cada partido.

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Sobre el autor
Javier Méndez Rodrigo
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