La Rusia menos frágil de los últimos años vuelve a un Mundial con el convencimiento de acceder de nuevo a los octavos de final de una Copa del Mundo, hito que no alcanza desde 1986 -aún como URSS. La selección más local de todas, azotada por la inesperada baja de su capitán y buque insignia, Roman Shirokov, vive en un proceso de regeneración de cara al campeonato de 2018, que se celebrará precisamente en la metrópolis ex soviética. Debutará ante Corea del Sur, un clásico de esta competición -suma ocho participaciones consecutivas-, que anda muy lejos del nivel de 2002, cuando alcanzó las semifinales actuando como anfitriona.

Cuestión de estilo

Vasili Berezutski reconoció hace algunos días, al igual que viene haciendo la prensa rusa desde hace semanas, que "la principal estrella de Rusia es su entrenador", Fabio Capello. El técnico italiano, renovado hasta 2018, dirige una perestroika futbolística que culminará dentro de cuatro años. Entonces, entrenará al combinado anfitrión, del que se espera, como él mismo reconoció, que gane la competición.

Capello ha iniciado una regeneración de futbolistas -ha prescindido de buena parte de los héroes de 2008 (Arshavin, Progrebnyak, Pavlyuchenko, etc.) y ha dado el testigo a una nueva hornada de jugadores jóvenes (D. Kombarov, Kokorin, Kozlov, etc)- y ha implantado un estilo rocoso, alejado de la irregularidad y fragilidad fantasista habitual, sobre el que se cimienta el éxito parcial de esta selección.

Capello ha hecho debutar a 15 jugadores desde que accediera al cargo en verano de 2012

Si bien, Rusia asegura hermetismo y pegada, el rendimiento de Corea del Sur es una verdadera incógnita. A lo largo de la fase de clasificación para el Mundial, hasta tres entrenadores distintos han dirigido a los Tigres de Oriente, que obtuvieron su billete para Brasil en gran medida por el limitado nivel de exigencia de su zona. Los surcoreanos se caracterizaron en un primer momento por su buen trato de balón, pero con el paso de los encuentros y los diferentes relevos en el banquillo apostaron por un fútbol vertical.

Myung-Bo, partícipe de la gesta de 2002, es el actual seleccionador de una Corea del Sur que sobre todo utiliza la velocidad de sus costados para dañar a sus rivales. Faizulin, en una entrevista previa al choque, dijo que "los surcoreanos eran pequeños, rápidos y punzantes". Que Rusia actúe con laterales largos pero rápidos y que los centrales, lentos, jueguen cerca de su área no beneficia para nada el estilo eléctrico de los Guerreros de Taeguk. El descarado y goleador Son Heung-Min será el principal quebradero de cabeza para Ignashevich y V. Berezustki.

La baja de Shirokov afecta sensiblemente al planteamiento de Capello, que pierde al llegador por antonomasia de Europa. Precisamente el centrocampista del Zenit, mermado por las lesiones en los últimos meses, es el futbolista ruso con más minutos en la fase de clasificación para el Mundial y uno de los máximos anotadores del combinado ex soviético.

Aún con ello, Capello mantendrá su exitoso 4-3-3, basado en el sacrificio de todos y cada de los mimbres del equipo en pos de proteger la solvencia defensiva, prototípica del técnico italiano. Denisov, probablemente ocupe la posición de opornik para liberar a Glushakov, que tiene capacidad para actuar de Shirokov. Faizulin se mantiene como interior y como el principal enganche con los veloces y técnicos extremos, asistentes del goleador Kerzhakov.

Un choque para medir opciones

Ambas selecciones son conscientes de la trascendencia del encuentro. Por qué se trata de su primer partido en un Mundial, por qué es de los encuentros más asequibles para ambos conjuntos y por qué servirá para determinar si Rusia está en condiciones de pelear el favoritismo a Bélgica y de medir el nivel real de los surcoreanos, se trata de un choque verdaderamente importante. Sasha Kerzhakov, único superviviente de la última participación mundialista de los rusos, reconoció que se consideran en disposición de ganar el título y que el choque ante Corea sera vital para mantener esas aspiraciones. Ambos combinados se enfrentaron en un amistoso a finales de 2013 con victoria para los rusos por 2-1. Los dos equipos presentaron equipos alternativos.