Siempre nos quedamos con las últimas sensaciones. La FIFA no es ajena a este pensamiento y, por eso, en esta primera fase de la Copa del Mundo ha designado rápidamente a los árbitros con menor nivel, creando un ambiente de malestar en los aficionados y en las selecciones, que exigían colegiados más preparados y con más experiencia en partidos importante.

Pero todos no han sido de un nivel inferior. Un estadounidense nacido en Nueva Jersey en 1974, que es internacional desde 2008 y con poca experiencia internacional y mucho menos en partidos de máximo nivel. Su única aventura importante fue en el mundial Sub-20 que se disputó en Brasil y Portugal, donde demostró un buen nivel. Hablamos de Mark Geiger que hasta el momento lleva dos partidos con matrícula. Debutó en este Mundial dirigiendo el encuentro Colombia y Grecia, partido difícil que supo controlar en los primeros 5’, dejando un mensaje claro a los jugadores: "no voy a permitir el juego antideportivo".

El encuentro entre España y Chile era vital para ambos equipos si querían seguir participando de esta copa en Brasil; a España solo le valía ganar y Chile tenía claro que si no conseguía la victoria tendría que esperar al último partido. El encuentro empezó a un ritmo altísimo. Los jugadores chilenos  presionaban y agobiaban a los jugadores españoles que aún no se habían despertado de la pesadilla que les hicieron pasar los jugadores holandeses. El colegiado dejó que el peso del encuentro lo llevasen los jugadores, se mantuvo cerca del juego sin molestar el trabajo de éstos y solo haciendo acto de presencia cuando el juego lo requería, con buena técnica corporal para transmitir tranquilidad a los deportistas.

Encuentro donde la primera cartulina coge especial protagonismo, las amonestaciones en este tipo de partido son de vital importancia. Hay que saber administrarlas, tienen que transmitir y calar en los jugadores para conseguir que su comportamiento sobre el verde sea perfecto.

La primera llegó en el minuto 25’, al jugador chileno Vidal por pérdida de tiempo; puede parecer excesiva pero fue determinante para el control del partido. Mark Geiger dirigió el partido con categoría sin ponerse nerviosos, siempre atento, tranquilo y actuando cuando el juego lo requería, si tenía que parar el partido lo paraba, hablaba y continuaba.

Me gustó que añadiera 6’ al final del encuentro. Los jugadores chilenos realizaron todo tipo de argucias para perder tiempo durante la segunda parte. Su único lunar fue no expulsar a Sergio Ramos por una fea entrada y se quedó en amarilla. Solo espero que los encargados del arbitraje en esta Copa del Mundo en Brasil sepan reconocer el trabajo del colegiado americano sobre el verde y le concedan la oportunidad de seguir pitando partidos importantes.