Se enfrentan dos conjuntos que se han mostrado muy fuertes a lo largo del campeonato. La albiceleste ha vencido en los cuatro partidos que ha disputado, mientras que los belgas no han querido ser menos. No obstante, ninguno ha logrado el cuatro de cuatro con grandes facilidades, pues ni Bélgica ni Argentina han sido capaces de vencer ningún encuentro por más de un gol de diferencia. Además, en el compromiso de octavos de final, las dos selecciones requirieron del tiempo extra para doblegar a sus respectivos rivales.

Ahora bien, a pesar de la igualdad reflejada en los resultados, las sensaciones que han dado sobre el terreno de juego han sido muy dispares.

Bélgica va al galope

Juventud, ilusión, calidad y mucha rapidez en su juego. Cuatro palabras que encajan a la pefección con la selección dirigida por Marc Wilmots y que han logrado que todo el mundo mire con expectación a este combinado. Se trata de un equipo en su más amplio significado, es decir, de un grupo de 23 futbolistas que saben a qué juegan y cuáles son sus armas.

Wilmots ha sido capaz de demostrar en estos cuatro partidos que sabe explotar el talento de cada uno de esos 23 elegidos. Su estilo es particular, puesto que no es demasiado habitual ver un equipo que juega como un bloque sólido a la hora de defender y es capaz de partirse en dos para atacar y, sobre todo, de ser capaz de hacerlo tan bien como lo hacen los belgas.

Se esperaba más de Fellaini

Su juego, basado fundamental en la rapidez, se muestra como un arma muy peligrosa para sus rivales, aunque analizando su once inicial habitual no sorprende en demasía. Una línea defensiva conformada por cuatro centrales invita al equipo a partirse a la hora de atacar pues el factor sorpresa de los laterales queda prácticamente descartado. Si a esto se le añade un medio centro formado por Fellaini y Alex Witsel, se sobrepone la contención a la posesión de balón, ya que el mediocentro del Manchester United no está demostrando toda la calidad que atesora. Por último, los encargados de llevar la batuta del ataque son mezcla de calidad con rapidez, y es donde residen las principales esperanzas en lo que pueda hacer esta selección.

Eden Hazard lidera una línea de tres demoledora, donde está escoltado por Mertens y Kevin de Bruyne. El extremo del Nápoles y el mediapunta del Wolfsburgo destacan por la rapidez y por la visión de juego respectivamente, lo que están asociando a la perfección con la clase de Hazard y la pegada de Romelu Lukaku en punta.

Argentina: premio a la imprevisibilidad

Quizá la mejor delantera del Mundial, sobre el papel. Di María, Kun Agüero, Higuaín, Lavezzi, jugadores de renombre que asustan antes del pitido inicial a cualquier rival. No obstante, a la hora de la verdad el juego de la albiceleste ha dejado mucho que desear, y ha terminado ganando los encuentros por detalles puntuales de sus grandes estrellas, especialmente de su estrella, Leo Messi. El astro argentino ha firmado cuatro goles en otros tantos encuentros.

La falta de soltura en el ataque y la debilidad en defensa que ha mostrado Argentina se transforma en esperanzas para la selección de Bélgica. La zaga argentina se caracteriza por ser sólida, pero no especialmente rápida, por lo que no se descarta que Sabella cambie su formación habitual por una línea de cinco defensas. Los movimientos de Hazard y de Kevin de Bruyne son un quebradero de cabeza para defensas y entrenadores, ya que la visión de juego que tienen y sus movimientos, más inteligentes que veloces, puede llevar a Argentina a sentir el terreno de juego más grande de lo habitual y a tapar peor los huecos.

Foto:vivedeporte.com

Si existe un factor para poder pensar que Argentina parará con relativa facilidad las galopadas de Bélgica, ese se llama Mascherano. El jugador del F.C. Barcelona es una pieza clave para la selección Argentina, se ha convertido en la prolongación de Sabella sobre el césped. Además, es el encargado de llevar el timón, de dirigir, ordenar y compensar a sus compañeros, lo cual le ha convertido en un jugador indiscutible.

Campagnaro como remedio a De Bruyne

Asimismo, el papel que ejerce en esta selección argentina, permite liberar a los hombres de calidad de tareas defensivas, por lo que los llamados a anotar los goles quedan más despreocupados. Por último, solo queda ver si Sabella se decide a jugar con un quinto defensa para parar las contras que, a buen seguro, tratarán de llevar a cabo los jugadores de ataque de Bélgica. De ser así, todo apunta que ese quinto defensa será Hugo Campagnaro, cuya función sería la vigilancia bien de cerca sobre Kevin de Bruyne.

Por tanto, una vez analizadas las cartas puestas encima de la mesa, tan solo queda saber quién las sabrá jugar mejor, quién se hará con una plaza entre los cuatro mejores del mundo.