Tras haber pasado unos días de vacaciones en Ibiza con su familia y amigos, Gerrard comunicó oficialmente su retirada de la selección inglesa con las siguientes palabras: “Es con una gran tristeza con la que quiero anunciar que no volveré a disputar un partido con mi selección. Lo he meditado mucho y consultado con mi entorno, y creo que es el momento adecuado para dar un paso al lado y dejar mi puesto a las siguientes generaciones, que vienen pisando muy fuerte y que a buen seguro nos darán muchas alegrías”.

Apenas cuatro partidos con la selección sub-21 de su país fueron suficientes para que el por entonces seleccionador absoluto, Kevin Keegan -que había alcanzado la gloria como jugador durante su etapa en el Liverpool-, le diese la oportunidad de demostrar su valía en el equipo nacional absoluto. Un 31 de mayo del año 2000, Gerrard se enfundaba por primera vez la camiseta de los pross en Wembley, en un partido amistoso ante Ucrania que finalizaría con victoria local por dos tantos a cero. Disputó 82 minutos ese día, en lo que supuso el descubrimiento al mundo de ese chaval de veinte años que se acabaría convirtiendo en leyenda. “Fue una noche que no olvidaré jamás, cumplí mi sueño de jugar en el viejo Wembley. Compartir terreno de juego con Tony Adams, Alan Shearer, David Beckham y Paul Scholes fue un sentimiento fenomenal”.

Keegan quedó muy impresionado con el liderazgo de Gerrard en el centro de campo pese a su corta edad, y no dudó en incluirlo en la lista de convocados para la Eurocopa que daría comienzo diez días después. Su debut oficial europeo se produjo en el segundo partido de la fase de grupos ante Alemania, cuando sustituyó a Michael Owen en el minuto 61. Inglaterra caería eliminada en dicha fase de grupos, pero la etapa de Gerrard con los three lions no había hecho más que empezar.

Meses después empezaba la fase de clasificación para el Mundial de Corea y Japón de 2002, y el del Liverpool marcaría su primer gol internacional en la goleada por 1-5 ante Alemania en el Olympiastadion de Múnich. Corría septiembre de 2001 y el sueco Sven-Göran Eriksson se había hecho cargo de la selección tras la renuncia de Keegan, convirtiéndose en el primer extranjero en entrenar a Inglaterra. En palabras del propio Gerrard: “Fue una noche increíble. Ganarles de esta manera en su casa es algo indescriptible. Nadie daba un duro por nosotros, su once inicial estaba repleto de grandísimos jugadores que un año después llegarían a la final del Mundial”.

Gerrard siguió comentando sus impresiones sobre dicho partido: “Ellos se pusieron por delante, pero estábamos de acuerdo en que no podíamos bajar los brazos. Nos jugábamos mucho. A partir de ese partido, los rivales empezaron a respetarnos más”. El gol que marcó fue “un contacto perfecto entre mi bota y el balón. El césped estaba húmedo, y le di la potencia suficiente para batir a Oliver Kahn”.

Un joven Gerrard celebra su primer gol con Inglaterra
Un joven Gerrard celebra su primer gol con Inglaterra

El entrenador escandinavo apostó por Gerrard como titular desde el principio, y el centrocampista respondió a lo grande. Esa misma temporada ganó cinco títulos con su club, pero una lesión en la ingle le obligó a operarse y a perderse la ansiada cita mundialista.

Esto significó que su segunda participación en una Eurocopa llegó antes que la primera en un Mundial. En Portugal 2004 formó un centro del campo de ensueño junto a Lampard, Scholes y Beckham, pero la andadura inglesa terminó en cuartos de final, cuando cayeron eliminados en la tanda de penalties ante la selección anfitriona. Beckham y Vassell fallaron sus penas máximas, y Gerrard no fue elegido para lanzar desde los once metros.

Al Mundial de 2006 en Alemania no faltó. Debutó ante Paraguay en el primer partido, y en el siguiente ante Trinidad y Tobago marcó un zurdazo desde más allá de la frontal en lo que suponía su primer tanto en un torneo internacional. El segundo no se hizo esperar, ya que llegó cuatro días después en el empate a dos ante Suecia. Sin embargo, el destino volvió a ser caprichoso y la historia de dos años atrás se repitió: eliminados en cuartos de final en la tanda de penalties ante Portugal, con una actuación estelar del portero Ricardo deteniendo tres disparos, uno de ellos del propio Gerrard. Disputó un total de 411 minutos en el torneo en suelo germano.

Ricardo le detiene en penalti a Gerrard en el Mundial 2006
Ricardo le para el penalti a Gerrard en el Mundial 2006

Tras esta cita llegó la marcha de Eriksson del banquillo inglés -que estaba anunciada desde cuatro meses antes del Mundial y era independiente del resultado obtenido en el mismo- y la llegada de Steve McClaren, que había sido ayudando del sueco los años precedentes. Y con McClaren, algo cambió. El de Fulford dejó fuera de su primera convocatoria al capitán David Beckham y nombró a Gerrard segundo capitán tras John Terry. Pese a los tres goles que el '8' del Liverpool marcó en la fase de clasificación -todos ante Andorra-, Inglaterra no logró sumar los puntos suficientes como para lograr la participación en la Eurocopa 2008, y McClaren fue destituido, siendo quien menos ha durado en el cargo.

El italiano Fabio Capello tomó su relevo y dio la vice-capitanía al central del Manchester United Rio Ferdinand. Pero tras el escándalo sexual de Terry, le despojó del brazalete de capitán así como de ir convocado con la selección, ascendiendo a Ferdinand a primer capitán y a Gerrard nuevamente como segundo.

El acceso al Mundial de 2010 en Sudáfrica fue mucho más sencillo. Una brillante actuación en la fase de grupos, con nueve victorias en diez partidos, les dio el pase directo sin tener que pasar por la repesca. Contribuyó con otros tres goles y siendo el líder indiscutible de los pross, erigiéndose como el jefe del centro del campo y siendo el jugador con más voz dentro del grupo. Los de Capello llegaban en plena forma y con Gerrard como capitán tras la rotura de ligamentos que obligó a Ferdinand a perderse el campeonato. Pero una vez más, Inglaterra volvía a caer ridiculizada en una gran cita, esta vez por 4-1 ante Alemania en octavos de final. “Fuimos vapuleados. El error del árbitro -que anuló un gol legal a Lampard- no es excusa. No estuvimos a la altura”. Gerrard marcó en el primer partido inglés en el Mundial, el empate a uno ante Estados Unidos, pero de nada sirvió.

La cosa iría aún a peor. Gerrard seguía sumando edad y la selección nacional, fracasos. En la Eurocopa de 2012 caerían en penalties nuevamente, esta vez ante la posteriormente subcampeona, Italia. El liverpudlian, que ya llevaba años y años asentado como una pieza clave en el once titular inglés, marcó su tiro de once metros, pero sus compañeros no correspondieron igual. “Es terriblemente frustrante. Hemos hecho una gran fase de grupos y otra vez caemos en una tanda de penalties. Inglaterra no merece esto, pero nos levantaremos”.

Su último compromiso internacional llegó el pasado mes de junio durante el Mundial de Brasil. Inglaterra estaba encuadrada en un grupo complicado con Italia, Uruguay y una correosa Costa Rica. Perdió por la mínima ante los dos primeros -un error garrafal de Gerrard propició el gol definitivo de los uruguayos- y sacó un empate a cero en un aburrido partido ante la selección costarricense, que acabaría siendo primera de grupo contra pronóstico. Steven disputaría diecisiete minutos saliendo desde el banquillo, tras haber sido titular en los dos encuentros anteriores.

Al anunciar su retirada, Gerrard añadió: “Me gustaría poder hablar a mis nietos de las finales y semifinales que jugué con Inglaterra, pero no ha sido así. De todos modos, estoy muy contento con mi paso representando a mi país. He trabajado junto a jugadores de clase mundial y entrenadores de enorme categoría. Diré siempre con orgullo que fui elegido para jugar siempre con Inglaterra durante catorce años consecutivos y que en cada uno de ellos trabajé duramente para completar mi sueño de llevar en el pecho el escudo de mi país y llevar la banda de capitán en mi brazo. Nadie sabrá nunca lo que me ha emocionado mirarme el brazo y ser consciente de lo que supone representar a mi país como capitán”.

Steven Gerrard termina su andadura con los pross siendo el tercer jugador que más veces ha vestido esa camiseta. Lo hizo en 114 ocasiones, sólo por detrás de Peter Shilton (125) y David Beckham (115). Llevó el brazalete de capitán 38 veces y marcó 21 goles, el último de ellos ante Polonia en Wembley, en el último partido de la fase de clasificación al Mundial 2014.

No obstante, su relación con la Federación Inglesa no termina aquí: “Seguiré colaborando con ellos, como embajador y como lo que me pidan. De momento seré embajador”. Sobre su deseo de entrenar a la selección en un futuro, el centrocampista no se mostró muy seguro: “No tengo claro que quiera convertirme en entrenador cuando cuelgue las botas. Será una decisión que tendré que estudiar en el futuro”.

A sus treinta y cuatro años, Gerrard pasará sus últimos dos años de carrera continuando la búsqueda de la ansiada Premier League, el único título a nivel de clubes que no ha logrado en sus dieciséis años de profesional.