18 de marzo. Horas previas al día decisivo, y quizás el más importante de la historia del Parma, y a primera hora de la mañana ha saltado la bomba en la ciudad de la Emilia-Romagna. El presidente del club, Giampietro Manenti, había sido detenido en una operación policial a gran escala. La Guardia di Finanza ha arrestado a 21 personas más y ha realizado decenas de registros por orden de la Fiscalía.

A Manenti se le acusa de blanquear dinero y colaboración con organización criminal. La operación GFB-Oculus se ha extendido por todo el territorio nacional. Los cargos por los que se acusa a los detenidos son: fraude informático, uso ilícito de capitales, métodos mafiosos y utilización de tarjetas de crédito clonadas. Parece ser que el papel de Manenti era el de lavar 4.5 millones de euros procedentes de esas tarjetas.

Guardia di Finanza en uno de los numerosos registros (Foto: twitter.com)

Mañana se decidirá si el Parma sigue con vida o no. En una audiencia con el Tribunal, Manenti debía proponer un plan de rescate para la entidad. El presidente compró al equipo por 1 euro y ahora quería venderlo por 5 millones. El club debe pagar las deudas -entre 40 y 50 millones- para seguir en la Serie A o en la Serie B. De no poder hacer frente a esos pagos tendrá que comenzar su andadura en las categorías menores como una nueva sociedad.