Quedan nueve jornadas para que termine la Premier League y todavía está todo por decidir. Una de las luchas que siempre deja más emoción y dramatismo es la que hay en la parte baja de la clasificación para tratar de eludir el descenso. Todos quieren salvarse, pero tres equipos no lo lograrán. El Burnley espera no ser uno de esos tres e intentará aferrarse a la categoría con todas las armas que estén a su alcance. El equipo de Sean Dyche es décimo-octavo en la clasificación, es decir, se encuentra en puestos de descenso a un punto del Sunderland y tres del Aston Villa y el Hull City.

Los hombres de Dyche

El entrenador inglés del equipo de Lancashire es un tipo de ideas claras y que sabe lo que hace. Su manejo de situaciones complejas en partido es una de las mayores bazas para que el Burnley acabe logrando el objetivo de la permanencia. Sean Dyche no utiliza demasiados jugadores de su plantilla. Es de esa clase de entrenadores que forma un grupo reducido de 15 jugadores o 16 a lo sumo con los que trabaja para sacarles el máximo rendimiento. Los futbolistas dan la cara por él y él muere y mata con ellos.

En el engranaje del Burnley cada pieza se sabe imprescindible y tiene bien definida su función. Dyche se asegura así minimizar el riesgo de posibles fallos o faltas de concentración. Un equipo compacto y solidario donde la brega y el esfuerzo colectivo es lo que le hace difícil de superar para cualquier contrincante.

Guerreros

El bloque que Dyche ha formado para el Burnley es un pequeño grupo de guerreros. Una tropa de élite formada por valientes obreros del balón siempre con el cuchillo entre los dientes. En este conjunto de hombres audaces tres nombres destacan por encima del resto. Uno por línea, la columna vertebral del cuadro de Dyche.

Kieran Trippier: a sus 24 años Trippier se ha convertido, en su quinta temporada en el Burnley, en una pieza indispensable en la zaga claret. Tras un año de cesión, el club de Lancashire logró hacerse con los derechos de un prometedor lateral derecho que se ha hecho una realidad en el Burnley. Hay pocos jugadores mejores en su posición en la Premier League y el equilibrio que aporta al equipo y sus centros son dos de las principales armas del equipo de Dyche.

George Boyd: el guerrero por antonomasia. Boyd refleja en su espigada figura todo lo que uno trata de expresar cuando explica el esfuerzo, la lucha y el tesón de los jugadores del Burnley. Basta con verle aparecer en el terreno de juego con su melena negra para saber que ese tío se va a dejar la piel en cada balón dividido. Partiendo de la banda, Boyd abarca muchísimo terreno de juego. Como un bombero, el escocés acude a cualquier parte del campo donde haya algún incendio que apagar. Su forma de proteger el balón y su disparo de media distancia son buena parte del arsenal ofensivo de los clarets.

Danny Ings: el hombre gol que todo equipo en lucha por la permanencia necesita. Ings, además de ser un excelente rematador, se asocia fácilmente con los hombres de segunda línea gracias a su visión de juego. Ings no marca desde el 11 de febrero, en la derrota (3-1) en Old Trafford ante el Manchester United. De que vuelva a conseguir una buena racha goleadora en los próximos partidos dependen en gran medida las posibilidades de salvación de su equipo.

Turf Moor como esperanza

El Burnley ha conseguido 17 de sus 25 puntos jugando como local

Cuando el Burnley juega en su estadio se crea una atmósfera especial. Es pequeño, con las gradas cerca del juego y la afición muy encima. El factor ambiental está siendo, sin duda, indispensable para que los de Dyche consigan puntos. 17 de los 25 que han cosechado lo han hecho en casa. Cuatro victorias, cinco empates y seis derrotas como local por sólo una victoria, cinco empates y ocho derrotas lejos de Turf Moor.

El Burnley es mejor local que cinco de sus rivales en la lucha para salvarse: Leicester City, Sunderland, Aston Villa, Hull City y Crystal Palace han sacado menos puntos en sus estadios. De los nueve partidos que restan, cuatro serán en Turf Moor y cinco fuera, por lo que conseguir asegurar buena parte de los puntos en juego como locales debe ser prioritario para los chicos de Dyche.

Nadie dijo que fuera a ser fácil mantenerse en Premier, pero los hombres de Dyche prometen pelea hasta el último suspiro. Con uñas y dientes.