Clásico inglés, el de verdad, el que Anfield recibía este domingo con la ilusión extra de ser el último de su capitán Steven Gerrard, que regresaba de su lesión muscular para comenzar el encuentro desde el banquillo, mientras los suyos aguardaban con emoción su salida al campo. Mientras tanto el Manchester United llegaba a tierra hostil, a su ciudad vecina y no muy amiga. En juego, algo más que un puesto de Champions, el honor entre ambos conjuntos que nunca han sabido llevarse bien.

Para ganar, ambos conjuntos plantaron sobre el campo a sus hombres más en forma, dejando Van Gaal en el banquillo a Di María, que no vive sus mejores días por Inglaterra, y un Radamel Falcao, que desde luego no tiene muchos motivos para sonreir. Con De Gea, Ander Herrera y Juan Mata como presencia española en los once jugadores escogidos por el holandés saltarían los diablos rojos, hoy de blanco, al campo. Por su parte el Liverpool aparecía con Alberto Moreno en la banda izquierda, con su ya clásica defensa de tres centrales y con la titularidad de Sturridge juntándose con Coutinho y Sterling como grandes amenazas locales.

Primer estoque de Juan Mata

Sin excesos ni errores. El Manchester saltó al campo dispuesto a mostrar de nuevo su mejor versión ante el Liverpool. Controlando la pelota y sin arriesgar para no regalar al Liverpool un contragolpe que, con sus jugadores de ataque, podría ser letal. Sin mostrar mucho peligro, conseguían poco a poco afianzar su control en base a la posesión de la pelota, hasta que Ander Herrera encontró el hueco en la espalda de Alberto Moreno. Clavó sus ojos en el espacio, mientras que Juan Mata apareció 'volando' por ahí para cazar el esférico y cruzársela a Mignolet al palo contrario, acción casi imparable para el portero belga, que tuvo que sacar el balón de dentro de la portería.

Poco más iba a dejar una primera parte donde el Liverpool pudo empatar, sin embargo, Lallana se empeñó en fallar lo prácticamente infallable y dejar el marcador en su contra. Mala primera parte de los locales, que no tuvieron opción ante un Manchester que se bastó con una buena actuación para irse ganando.

¿Por qué, Gerrard?

Tras volver del descanso faltaba un jugador en el campo, Lallana. En su lugar, Anfield se puso en pie y empezó a gritar, saltaba el héroe de los últimos años de historia del club, Steven Gerrard. En su primer balón que controló y recuperó, el público volvió a estallar, pero apenas 15 segundos después acabaría por llevarse las manos a la cabeza. Tocaba Steven Gerrard avanzando metros cuando Ander Herrera realizó una fea entrada sobre el capitán inglés. Peor aun reaccionaría el capitán, que pisó al mediocentro español. Sin protestar, el árbitro le mostró la tarjeta roja, si bien es cierto, Atkinson decidiría cambiar su listón avanzando los minutos, demostrando que para él, el criterio es prescindible.

50 segundos duró el capitán sobre el campo en su último clásico, una tarjeta roja que seguro, nunca olvidará. Pero el partido debía continuar, y vaya si lo hizo. Que se lo digan a Juan Mata, que aprovechando la espalda de Alberto Moreno de nuevo, encontró un gran balón colgado al área que remató como si de la serie de Oliver y Benji se tratase, con una magnífica volea que estrelló en las redes de la portería de Mignolet.

A partir de aquí, el Liverpool sacó las garras e intentó por todos los medios anotar ante un Manchester United venido a menos. Philippe Coutinho sacaría la escuadra y el cartabón para tirar un pase a su altura y dejar a Sturridge escorado en el área. El delantero inglés disparó pegando al palo y quizás, tocando Phil Jones, evitó que De Gea lo atrapase.

Y se terminó el fútbol para dejar paso a la intensidad y a la falta de ocasiones, exceptuando el penalti que vendría después. Lo más destacable, cómo los aficionados del Liverpool agarraron a Balotelli para que el italiano no se encarase con Smalling tras un encontronazo en la banda, evitando la expulsión de su jugador, que se veía con ganas de demostrarle al central inglés lo que le puede gustar Bruce Lee.

Atkinson, 'rompiendo las reglas'

El arbitraje inglés vuelve a quedar en entredicho, esta vez gracias a la actuación estelar de... Martin Atkinson, que bien pudo protagonizar hoy una película de título explosivo. El colegiado, tras expulsar a Steven Gerrard merecidamente, se olvidó de su listón al sancionar con tarjeta amarilla una entrada tardía de Phil Jones, que bien podría ser tarjeta roja. Pero las normas de la Premier seguirían cambiando, y es que minutos después Angel Di Maria quiso ser más listo que el hambre cogiendo el balón dentro del campo con las manos para reanudar el juego con rapidez, pero lo cazaron. ¿Su sanción?, que el juego continuase.

Minutos después sería Mario Balotelli, acostumbrado a apagar las luces de su cabeza, el que realizaría una entrada absurda y bastante fea a Phil Jones, con el que se encararía segundos después. Una amarilla que recibió el italiano, y puede dar gracias. Pero aquí no terminaba la historia, y es que Wayne Rooney le dejaría a Mignolet su recuerdo en el tobillo tras atrapar el belga la pelota. El árbitro pito la acción... y no la sancionó. Mientras los defensores locales le preguntaban por la tarjeta, el colegiado avanzó hacia atrás, imaginando quizás, que su actuación era la correcta.

Pero si los aficionados locales querían más, lo tendrían. El colegiado, más acertado que aquel policía que corta el cable rojo en la desactivación de una bomba en cualquier serie televisiva, señaló un penalti que existió en sus ojos y en los de Blind a favor del Manchester. Sin embargo, Simon Mignolet se empeñaría en llevarle la contraria al colegiado atrapando el lanzamiento de Wayne Rooney.

Liverpool (1) Manchester United (2)
Mignolet 7 De Gea 6
Emre Can 7 Valencia 6
Skrtel 6 Smalling 7
Sakho 6 Jones 6
Moreno (66') 5 Blind (90') 6
Allen 5 Carrick 7
Henderson 6 Herrera (83') 7
Sterling 6 Fellaini 7
Coutinho 6 Mata 9
Lallana (46') 4 Young (55') 5
Sturridge 7 Rooney 6
Sustituciones
Gerrard (46') 2 Di Maria (55') 6
Balotelli 4 Falcao (83') -
- - Rojo (90') -