Un 27 de enero de 2011, el Blackpool anunciaba en su página web, y sus cuentas en las Redes Sociales, que la Premier League les había impuesto una sanción de 25.000 libras (29.000 euros) por incumplir dos de las normas de la competición al alinear hasta a diez jugadores suplentes en el partido que acabaron perdiendo por 3-2 frente al Aston Villa.

El Blackpool ascendió en la 2010-11 a la Premier, y tan solo cuatro campañas más tarde ha descendido a falta de seis jornadas a la League One (Segunda B)

Si el marcador no indica lo desnivelado del partido, sí lo hizo la propia Liga Inglesa, que se mostró implacable a la hora de ejecutar el castigo para los 'Tangerines', que acataron la misma. El técnico Ian Holloway había avisado el día anterior de dichas modificaciones, argumentadas - aunque sin ser expuestas - en la gran acumulación de partidos que su equipo tenía en esa semana. "Me gustaría hacer las maletas. ¿Quién diablos va a decirme cómo hacer mi trabajo?", afirmó enfadado Holloway.

Desde entonces, el ocaso de un equipo que había logrado el ascenso después de 40 años fuera de la máxima competición ha sido una realidad difícil de aceptar por parte de los aficionados 'Seasiders', que han pasado del cielo al infierno, y hecho el camino de vuelta en el mismo período de tiempo viendo cómo se consumaba el pasado fin de semana, en un encuentro que perdían por 1-3 ante el Wigan, y que les dejaba a 19 puntos de la salvación, con 18 tan solo por jugarse.

El equipo de Jimmy Armfield, cuya estatua preside una de las entradas de Bloomfield Road, ha caído en el desengaño amoroso que el fútbol anglosajón en ocasiones depara a los suyos. De lo más bajo a lo alto, y vuelta al inicio en tiempo récord. Los mimbres se fueron desgarrando, hasta dar a parar con una silueta perversa de uno de los clubes con más solera de Inglaterra.

Principio del fin

En la temporada 2005-2006, el millonario Valeri Belokon se hizo con el 20% de las acciones del club, que domina la familia Oyston, con el representante actual, Karl, a la cabeza. En los siguientes años, el letón aumentó su porcentaje hasta sumar cerca del 50%, pero siempre por detrás de los Oyston, que comparten el club pero no la presidencia del club.

El despropósito del equipo desde su descenso en la 2011-12 ha ido a más cada temporada. La siguiente, cayeron en la eliminatoria de play-off por el ascenso de vuelta a la Premier, y en las dos consecutivas que la siguieron deambularon, coqueteando por fases con los puestos calientes de arriba y abajo, hasta que en el verano de 2014 se quedaron sin efectivos.

Foto | @BBCSporf

El elemento más chocante es el verde, en esencia, en el que el Blackpool juega sus partidos. El antaño adorado Bloomfield Road ha sido presa de años de descuido, de conciertos a destiempo y las inclemencias meteorológicas, para terminar cómo un patatal en el que la práctica del fútbol es más bien un reto que una virtud.

En el primer día de la pretemporada, tan solo siete jugadores profesionales formaban la plantilla del Blackpool

Empezando por el prometedor Tom Ince, que parecía ser la gran referencia de cara al futuro desde Charlie Adam, hasta 27 futbolistas abandonaron el equipo al finalizar sus contratos. Esta situación hizo que el nuevo técnico, José Riga, comenzase el primer día de pretemporada con tan solo siete jugadores profesionales en el equipo, y que el primer portero llegase a cinco días del inicio de la competición oficial.

Viéndose obligados a suspender su concentración en La Manga ante la falta de efectivos, los fichajes de jugadores cedidos, o libres fueron sucediéndose con cuentagotas en los siguientes días, hasta finalizar ya con el curso empezado y los primeros cinco encuentro disputados - y perdidos - por parte del conjunto de Lancashire.

El mal uso del dinero por parte de Karl Oyston y sus consejeros ha provocado que casi 100 millones de libras se desperdiciasen, y la gente rápidamente estalló. Los aficionados llevan meses pidiendo públicamente la salida del mandatario, a través de campañas en internet, presencia en el estadio y todo tipo de mercadotecnia

Del cielo al subsuelo

Pero antes de estos cuatro años de vacas flacas, habían rumiados las gordas por Bloomfield Road. El Blackpool ha sido capaz de subir desde la League One, la tercera división inglesa -que sería la Segunda B en España-, hasta la Premier en apenas cuatro campañas, para delirio de los aficionados. Además, el citado Charlie Adam se postulaba como una de las grandes referencias del fútbol inglés en el centro del campo de cara al futuro, siendo nominado para algunos de los grandes premios del mundo anglosajón en clave futbolística.

La alegría precedió a la desilusión, y ésta, a la rabia. Contra los propietarios, que son el centro de sus iras, y sobre todo con un equipo que ha mostrado su apatía desde el primer momento. Tardaron una decena de jornadas en sumar su primera victoria, y a falta de seis por disputarse, consuman su descenso matemático a la League One como colistas con apenas 24 puntos en 40 jornadas.

El último encuentro, ante el Wigan, pasaba por ser la última oportunidad de los naranjas para seguir soñando por la categoría. En el lado opuesto, los 'Latics' se dejaron la piel sobre el césped ante la indolencia de un equipo que estaba marcadamente llamado a tener que reconstruir desde un peldaño más abajo.

Una serie de despropósitos

En la web de Marcador Internacional, tras el 1-3, Andrea Orlandi hacía un pequeño balance de lo sucedido durante la temporada en general: "Si en un momento delicado no hay ni siquiera un ambiente de unión y confraternización es casi imposible. La afición del Blackpool se merece un monumento", afirmó el futbolista español.

Nile Ranger, delantero que llegó después de su paso por el Newcastle, lleva cuatro meses sin aparecer en los entrenamientos

Nile Ranger, el polémico ex jugador del Newcastle, ha sido la penúltima gota que llena el vaso de la paciencia de los aficionados naranjas. Más famoso por sus apariciones en lo extradeportivo que dentro del campo, el prometedor ex internacional Sub 19 con Inglaterra lleva en paradero desconocido desde enero. No ha acudido a los entrenamientos desde entonces, y ni está, ni se le espera.

El jugador se fotografió en 2010 con una reproducción de un arma de fuego; en 2011, fue acusado (y posteriormente juzgado) por agredir a dos agente de policía, además de conducir borracho un coche robado; y lo más grave: en enero de 2012, fue puesto en libertad bajo fianza después de ser detenido bajo sospecha de violación, de la que ha sido absuelto hace apenas 13 meses.

El monumento, que decía Orlandi, para los aficionados del Blackpool les acompañará en la League One la próxima temporada. Ni lucha hasta la última jornada ni esperanzas. Las apuestas les daban como firmes candidatos al descenso, y han consumado las sospechas. Ni dentro ni fuera del campo acompañaron las circunstancias, y los de Lancashire deberán cursar su penitencia por la tercera división inglesa.

Mientras, apenas cuatro años antes, los recuerdos de un equipo que hacía 40 años no pisaba la máxima categoría, se van disipando. De situar a su jugador (Charlie Adam) entre los mejores de la Premier a pesar de luchar por la permanencia a firmar un descenso precipitado a la categoría de bronce en cuatro años. El consuelo para los 'Seasiders' es pensar que la mística del fútbol inglés abandona tan rápido como vuelve. Aunque esperan no tener que aguardar cuatro décadas, y, sobre todo, que los Oyston hayan abandonado Bloomfield Road.