Fotboll. Fótbolta. Jalkapallo. Fotball. Existen en el norte europeo mil formas diferentes de denominar al deporte rey, y aunque hoy en día sus jugadores no ocupan la primer línea del fútbol mundial, no hace mucho las tierras nórdicas eran sinónimo de éxitos. Desde la extensa estepa siberiana hasta los volcanes islandeses, jugadores de finales de los 90 y principios de este siglo deslumbraron al mundo en más de una ocasión.

Unos países que, pese a que hace décadas no consiguen llegar a lo más alto de la élite mundial, no han dejado de aportar al balompié innumerables jugadores de una clase magistral. Porteros legendarios con actuaciones memorables; férreos defensas, capaces de hacer frente a los delanteros más letales; mágicos centrocampistas, capaces de desatascar un partido con un sólo pase; y goleadores delanteros que hicieron de Escandinavia el imperio del gol.

Desde Estocolmo hacia el mundo

Siempre que se juntan las palabras fútbol y Suecia sale el mismo nombre: Zlatan Ibrahimović. El jugador de Malmö ha ocupado las portadas de cientos de periódicos deportivos de todos los países europeos. Holanda, Italia, España, Francia... los grandes europeos ya saben lo que es tener al gigante sueco en sus ligas, pero lo que pocos recuerdan son los antecesores del jugador. Dos delanteros veloces, desequilibrantes y que pusieron patas arriba el fútbol europeo: Henrik Larsson y Fredrik Ljungberg.

Al igual que la mentalidad vikinga cientos de años atrás, la sed de conquista de Larsson y Ljungberg nunca conoció límites, y a los pocos años de su debuts en tierras suecas, decidieron coger experiencia en las islas británicas. Ljungberg abandonaría el Halmstads BK para ponerse a las órdenes de Wenger en el Arsenal, mientras que Larsson disfrutó de un periodo de adaptación en Holanda con el Feyenoord para después poner rumbo a Celtic Park.

Fotografía: sverigesradio.se

Sería en el Mundial de Corea-Japón de 2002 cuando esta dupla se diera a conocer definitivamente. Muchos lamentarán aquel polémico mundial del egipcio Gamal al Ghandour y del gol anulado a España, pero lo que pocos recuerdan ya fue el Grupo F de aquel mundial, el conocido como 'grupo de la muerte'. Suecia quedaba encuadrada con Nigeria, Inglaterra y Argentina, y el doblete de Larsson ante los africanos (2-1) fue crucial para que los amarillos eliminaran contra todo pronóstico a la 'albiceleste' y pasando a octavos como primeros de grupo, por delante de los británicos.

El cara a cara definitivo

Con Zlatan haciéndose un nombre, Ljungberg y Larsson tuvieron su combate definitivo en uno de los partidos más memorables de la historia reciente del fútbol. El estadio de Saint-Dennis parisino fue la única oportunidad que el amante del buen fútbol tuvo para ver a estas dos leyendas vivas frente a frente. Arsenal y Barcelona se disputaban la final de la Champions League de 2006, y los dos serían de los más destacados en sus respectivos equipos.

Fue la final nórdica por excelencia. El trío arbitral estaba formado por cuatro noruegos, y mientras que Ljungberg hacía las delicias de los británicos en la primera mitad, Larsson entraba en la segunda para poner patas arriba París. Y es que Henrik había quedado en n segundo plano con el tridente Giuly-Eto'o-Ronaldinho, mientras que su compatriota formaba una dupla letal con Thierry Henry.

Fotografía: photoshelter.com

Serían los gunners los que dieran el primer golpe estando en inferioridad numérica con el tanto de Sol Campbell, y con los contínuos ataques de los azulgranas en la segunda mitad, Ljunberg desesperaba a Oleguer al contragolpe por la banda izquierda. Tal era el esfuerzo físico al que estaba sometido el lateral catalán, que Rijkaard lo tuvo que quitar del campo por Belletti al mismo tiempo que Larsson entraba por Van Bommel, y el resultado no se hizo esperar.

A Larsson sólo le bastaría dos toques sutiles para decidir la final. El primero, rozando la bola tras un pase de Iniesta. Un pase sin prácticamente fuerza, prolongando la asistencia del manchego para que Eto'o definiera ante Almunia. El segundo, un fenomenal pase desde la derecha rompiendo la defensa londinense para ver el desmarque de Belletti, que marcó el tanto definitivo de la final.

Ya después de aquella final, ambos cedieron el trono a los jugadores que tomarían el relevo generacional, como el propio Zlatan o Rasmus Elm, ambos clave en los esquemas de Erik Hamrén en la selección sueca hoy en día.

Larsson (derecha), celebra la Champions League con Gio, Van Bommel y Giuly. Foto: dailymail.uk

Los zares del fútbol mundial

Cual ópera de Tchaikovski, el fútbol ruso ha ido 'in crescendo' durante la primera década de este siglo, aunque bien es verdad que en los últimos años ha entrado en una decadencia similar a la del zarismo soviético. Interminable fábrica de delanteros, han sido de los pocos equipos nórdicos que han dado la sorpresa en un torneo importante.

Muchos recordarán la Eurocopa del 2008 por ser la de Villa, la del gol de Torres a Alemania y la de los penaltis contra Italia, pero ya en el olvido queda aquel 21 de junio. Cuartos de final en el Jakob Park de Basilea. El rival de España saldría de la eliminatoria que enfrentaba a la débil Rusia contra la Holanda de Van der Sar, Snejider, Robben y compañía.

Todo pintaba bien para los tulipanes. David golpeaba primero con un tanto de Pavlyuhenko. Llegaba el minuto 86, todo hacía presagiar que el débil se impondría al favorito, pero fue entonces cuando Van Nistelrooy anotaba de cabeza al borde el tiempo de descuento y mandaba el partido a la prórroga.

Ya con el tiempo extra, y con Holanda como clara favorita por su superioridad física y mental, Andréi Arshavin ejercería de director de orquesta para interpretar la Obertura 1812 de Tchaikovsky. Una exquisita sinfonía soviética, donde se sacaría de a chistera una vaselina que superaría los 1,97 metros de Van der Sar para que Torbinski marcara a placer.

Y ya en su segundo movimiento de la noche, volvería a la excelencia interpretando una sencilla melodía del Lago de los Cisnes. Un toque sutil con su pierna diestra al contragolpe, suficiente para dejar sentado al mítico portero holandés y superarle por debajo de las piernas.

Y así, el concierto el Re Mayor de Arshavin llegaba a su fin. Le bastó tan sólo con treinta minutos de prórroga para silenciar a Holanda y llevar a Rusia a las semifinales de la Eurocopa, donde España la superaría con un contundente 3-0 pero ya con la sensación del trabajo bien hecho. Con la sensación de que ha se había hecho historia.

Arshavin en su gol a Holanda. Fotografía: tinypic.com

Una dinastía en el la isla de los volcanes

La asociación es muy sencilla. Islandia y gol se resumen a la perfección en un sólo apellido: Gudjohnsen. Tal y como hicieran los escandinavos en el pasado, la dinastía real pasaba de padres a hijos, y de ahí a sus nietos. Y siguiendo el ejemplo, de Arnor Gudjohnsen se la pasó a su hijo Eidur y ahora son sus nietos Sveinn Aron y Andri Lucas los que han de tomar el relevo para seguir destacando a nivel internacional.

Arnor Gudjohnsen, probablemente el menos conocido, empezó a destacar en el Anderlecht belga, aunque también se hizo un hueco en la Ligue 1 francesa con el Girondins de Burdeos. Su hijo, el más conocido, es uno de los auténticos trotamundos del mundo del fútbol. Eidur ha jugado en el Valur y en el KR Reykjavík en Islandia, en el PSV holandés, en el Bolton, Tottenham, Chelsea, Stoke City y Fulham inlglés, en la Liga BBVA con el Barça, en el Mónaco francés, en el AEK de Atenas Griego y en los dos equipos de Brujas en Bélgica.

Gudjohsen llegó a jugar en cinco equipos de la Premier League

Fue en el Chelsea donde saltó a la fama, y formó una letal dupla con Hasselbaink, marcando entre los dos 50 tantos en la temporada. Sin embargo, con la llegada de Roman Abramóvich, vinieron nuevos rivales en su posición como Hernán Crespo, Adrian Mutu o Didier Drogba, que no evitaron que el jugador jugara con los 'blues' más de 230 partidos, marcando 66 goles.

Su sonado traspaso al Barcelona a cambio de poco más de doce millones se consideró de despropósito, y en el primer año de la 'era Guardiola' ya se hablaba de su marcha del equipo. Messi, Eto'o, Bojan y Henry le podrían hacer sombra, pero al igual que en su etapa londinense, logró sobreponerse y fue de los protagonistas del primer triplete del equipo azulgrana en 2009.

Sin embargo, antes de cualquier triunfo, antes de saltar a la fama, padre e hijo tuvieron la oportunidad de hacer historia en el fútbol. Corría el 1996 en tierras bálticas. Islandia ganaba con comodidad a la selección de Estonia cuando ocurrió lo inédito. El speaker local no daba crédito a lo que decía:

Segundo cambio en el equipo de Islandia, se retira con el dorsal nueve Árnor Gudjhonsen y entra en su lugar con el dorsal trece, Eidur Gudjohnsen.

Rápidamente la noticia dio la vuelta al mundo. Por primera vez en la historia del fútbol, el hijo de un jugador sustituía a su padre en un partido oficial. Islandia entraba en libro de los récords de la FIFA, un hecho que nunca había ocurrido en los más de 150 que tiene de historia el deporte rey.

Noruegos con alma de ganadores

Y es que la eterna cantera noruega siempre ha encontrado el mismo destino. Tal y como ocurre con Portugal y Brasil, Inglaterra siempre ha puesto su punto de mira en Noruega, un fútbol muy semejante al británico: muy vertical, con jugadores vertiginosos y con una gran capacidad de desborde, y es a partir de finales de los noventa cuando llega a Old Trafford un jugador que en un principio sería un actor secundario en el 'teatro de los sueños', pero con el paso de los años se convertiría en uno de los héroes del Manchester United, cual Sigfrido en el Cantar de los Niebelungos: Ole Gunnar Solskjaer.

Al mismo tiempo que Solskjaer empezaba su particular relato épico, otro héroe nórdico se vestía de Rodrigo Díaz de Vivar para triunfar en Valencia. John Carew, un desconocido delantero de procedencia africana que después de jugar en el Rosenborg, acudía a la ciudad del Turia tras la llamada de Rafa Benítez.

Solskjaer llegó a ganar una Champions League en 1999

Y así, Carew conquistó Mestalla en la misma época que Solskjaer triunfaba en Old Trafford. Tres Premier League de manera consecutiva desde 1999 hasta 2001, con una Champions League, una FA Cup y dos Community Shield de por medio. Carew, por su parte, era uno de los artífices de dos Ligas con el Valencia, acabando con la hegemonía de Barcelona y Real Madrid.

Así, y aunque los noruegos sigan teniendo numerosas dificultades para clasificarse para una Eurocopa un Mundial, Carew y Solskjaer protagonizaron por separado dos de las carreras más brillantes que un jugador podría soñar. Entre los dos suman la 18 títulos oficiales, más que ninguna otra dupla noruega en la historia del fútbol. Desde la retirada de ambos en 2007 y 2012, ningún jugador del país de los fiordos ha conseguido llegar a su altura, un reto que afronta ahora la joven perla del Real Madrid Martin Ødegaard, que con 16 años ya sabe lo que es debutar con el primer equipo blanco.

Los hombres del hielo

Quizás sea el país nórdico donde el fútbol no haya arraigado con tanta fuerza. En Finlandia, el país de la lejana Laponia, los deportes nacionales no son otros que el hockey sobre hielo e incluso el curling, pero de vez en cuando han salido de la tierra de los lagos jugadores que han llegado a lo más alto del fútbol europeo. Véase Sami Hyypiä, el veteranísimo central que vivió su época de esplendor con el Liverpool de Rafa Benítez.

Muchos aún recuerda los defensores de la Premier League de la talla de Hyypiä. Centrales versátiles, de buena envergadura y tan potentes por arriba como hábiles con el balón con los pies. John Terry, Sol Campbell o Jamie Carragher fueron de los más destacados en la época donde cogía fuerza el 'You'll never walk alone'. De la mano de Hyypiä, el Liverpool de Torres, Gerrard, Xabi Alonso y Pepe Reina ganó en apenas cuatro años una Champions League, una Copa de la UEFA y dos Supercopas de Europa, siendo el finlandés una de las piezas clave.

Sami Hyypiä en el Liverpool. Fotografía: uefa.com

Al mismo tiempo que Hyypiä deleitaba a Anfield, en Stanford Bridge acababan de encontrar a un delantero conocido en Helsinki como 'el hombre de hielo'. Un delantero matador, del estilo de Samuel Eto'o o de Fernando Torres, con una habilidad nata para encontrase en el sitio preciso para mandar el balón al fondo de la red. Se trataba de Miakel Forssel, que no llegó a destacar con los blues pero que sacó el máximo rendimiento cuando Abramovich decidió cederlo primero al Crystal Palace y más tarde al Birmingham City.

Ya en la portería finesa, muchos recordarán y aún recuerdan las paradas del mítico guardameta Jussi Jääskeläinen. A sus 40 años, sigue rompiendo récords en Inglaterra con el West Ham United, aunque gran parte de su carrera la pasó en el Bolton, defendiendo su portería durante quince temporadas, en las que clasificó con sus paradas al equipo de los Trotters por segunda vez en su historia a una competición europea.

Jussi estuvo a días de ser jugador del Barça

En 2007, Joan Laporta barajó su nombre para sustituir a Albert Jorquera, que se había lesionado de gravedad, pero finalmente se decantaría por Jose Manuel Pinto. El finlandés que sí llegó a vestir de blaugrana fue Jari Litmanen, uno de los embajadores del club en el exranjero. El 'principito' disfrutó de dos buenos años en el Camp Nou después de sus grandes actuaciones en el Ajax, y tras ser nombrado Jugador de Oro por la UEFA en 2004, muchos le consideran el mejor jugador finlandés de la historia.

Y es así como acaba la historia del aquel mágico fútbol nórdico. Una generación de jugadores que desde Moscú hasta Reikiavik brindaron a los amantes del balompié con un fútbol de grandísima calidad. Una generación que difícilmente volverá repetirse a corto plazo, pero que basta con echar la mirada atrás para darse cuenta de que en las nieves del Norte se pudo ver un fútbol jamás visto.

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Sobre el autor
Nehemías Dorta
Periodismo en la ULL. Coordinador adjunto de las redacciones de la UD Las Palmas y Portugal. El fútbol portugués como gran pasión. Aprender haciendo lo que más quieres, eso no tiene precio. ¡Nos leemos!