Existen pocas ciudades con tanto peso en la historia de la humanidad y con tanta repercusión en la economía mundial, y que a la vez no cuente con un gran club de fútbol, como Berlín. El Hertha es el equipo de la capital de Alemania, pero lejos de ser un histórico del país, es un modesto que lucha año tras año por salvar la categoría y que rara vez ha logrado codiciarse con los grandes de la vieja Germania.

Pocas jornadas antes de la conclusión de la temporada y ante la mala situación del club azul y blanco, que marchaba penúltimo en la Bundesliga, la directiva decidió dar un cambio de rumbo, destituyendo al holandés Jos Luhukay y apostando por un ex jugador como Pal Dárdai para obrar el trabajo de la salvación.  Finalmente, y con algo de suspense, los de Berlín han logrado mantenerse un año más en la máxima categoría del fútbol alemán.

Fin de la 'era Luhukay'

El técnico tulipán ha cerrado dentro de esta campaña su etapa en el Hertha de Berlín. Ha construido un bloque unido, valiente, con gran capacidad para jugar al contragolpe –algo que todos los equipos alemanes llevan en la sangre y hacen como nadie-, y que era capaz también de jugar de tú a tú ante los grandes de la competición. Aunque quizás ha necesitado una mayor apuesta de la directiva a la hora de fichar jugadores de mayor nivel.

El coqueteo con el descenso ha supuesto la destitución de Jos LuhukayEn 2013 logró el ascenso del club a la Bundesliga, donde logró una gran primera vuelta el año siguiente. Pero la marcha de un jugador para el que no han encontrado sustituto (Adrián Ramos) ha condicionado mucho la capacidad ganadora del equipo, que se ha pasado todo el año luchando en los puestos de descenso, hasta que la directiva decidió jornadas antes del final la destitución del DT holandés para buscar un cambio de chip que salvara al Hertha.

Pal Dárlai, el salvador

Con poco margen de maniobra, la directiva del Hertha de Berlín contrató a un entrenador que fuera un seguro a corto plazo. Un hombre capacitado para unir y convencer a la plantilla en los pocos partidos que faltaban para lograr la salvación. Y qué mejor que confiar la dirección del equipo al jugador que más veces ha vestido la azul y blanca del Hertha. Pal Dárdai llegó con la misión de mantener a los berlineses en la 1. Bundesliga y lo ha logrado.

El exjugador Dárlai llegó como DT al final para lograr la salvaciónCon una diferencia de goles negativa y empatado a puntos con el Hamburgo, el Hertha ha conseguido el objetivo de la salvación. La afición del Olympiastadion se ha vuelto a quedar con ganas de disfrutar más con su equipo, pero tendrán que esperar al curso próximo, donde deberán ser más exigentes en las contrataciones del mercado de fichajes, puesto que no es Berlín una ciudad con problemas económicos como para no contar con un club grande.

Kalou jugador del año

Salomon Kalou llegaba a Berlín en verano para convertirse en una de las estrellas del Hertha. En un equipo que no ha rendido a gran nivel él, con 5 goles en los 15 partidos que ha disputado, ha sido el mejor jugador de la plantilla. Cuando se marchó a disputar la Copa de África notaron su ausencia.

Stocker jugador revelación

Después de triunfar con el Basilea y hacer una buena participación en la Copa del Mundo de Brasil, el mediocentro suizo Valentin Stocker daba el salto a la Bundesliga. Su buen rendimiento en la sala de máquinas del Hertha le ha convertido en una de las revelaciones del año en Alemania. Explosivo, incisivo e intenso, su aportación en ataque fue crucial en la mejor etapa de los capitalinos.

Beerens jugador decepción

El mediocampista Roy Beerens, procedente del AZ Alkmaar, fue una apuesta del técnico Jos Luhukay que no ha terminado de cuajar en su primera temporada. Ha sido un fijo en la medular azul y blanca durante todo el año, pero no ha rendido al nivel que se esperaba de él. Sobrepasado por Stocker en prácticamente todos los encuentros, la tozudez de sus entrenadores nunca llegó a estar justificada, dada su escasa incidencia en el juego.

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Sobre el autor
Javier Medina
Apasionado del fútbol arte. "Solo los mediocres no aspiran a la belleza": Jorge Valdano.