Todo parecía empezar sobre ruedas en la que se intuía que sería la última temporada de Jürgen Klopp al frente del Borussia Dortmund. En agosto, se enfrentaron al Bayern de Múnich en la Supercopa Alemana y ganaron por 2-0 con goles de Mkhitaryan y Aubameyang. A pesar de no contar con su mayor arma, Robert Lewandowski, los amarillos querían recuperar el hambre por los títulos y se reforzaron bien para esta nueva aventura.

Cuesta abajo y sin frenos

Con el título de la Supercopa Alemana bajo el brazo, el Borussia Dortmund perdió el primer partido de Liga ante el Bayer Leverkusen por 0-2, pero consiguió dos victorias en las siguientes jornadas subiendo varios peldaños en la tabla. Sin emargo, enlazaron 7 jornadas sin conocer la victoria, o mejor dicho, 1 empate y 6 derrotas, que provocaron un punto de inflexión en la temporada 2014-15 del Borussia Dortmund.

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En cambio, en la Champions, mostraron una cara completamente distinta a la vista en la Bundesliga. En fase de grupos no concedieron apenas errores y ganaron cuatro partidos de seis. Además, mostraron una solidez que recordaba al equipo que llegó a la final de la Champions League hace un par de temporadas. Su juego era vertical, rápido e intenso, todo lo contrario al equipo “simplón” y con tantos errores de la Bundesliga.

A pesar de lograr la victoria ante el Borussia Mönchengladbach, el Borussia Dortmund cerró el 2014 en última posiciónLlegó noviembre, y tras siete jornadas sin ganar, llegó al Signal Iduna Park uno de los equipos más fuertes de la temporada, el Borussia Mönchengladbach. Un gol de Kramer desde el centro del campo en su propia porteria propició que el Borussia Dortmund cortara la nefasta racha de resultados y se llevara la victoria. Pero de poco serviría esa reacción, ya que de las 6 jornadas que quedaban para cerrar el año 2014, solo consiguieron una victoria más, ante el Hoffenheim, que sumada a los 3 empates y 2 derrotas posterores, condenaron a las abejas al último puesto de la clasificación antes del parón invernal en Alemania.

Mejora insuficiente

Tras terminar la primera vuelta en la penúltima posición, la segunda se iniciaba con la necesidad de devolver al equipo la imagen que se le exigía. De ganar sólo cuatro partidos en toda la primera vuelta pasó a perder sólo cuatro en la segunda. Con la vuelta de Marco Reus de lesión y la explosión de Pierre-Emerick Aubameyang, el equipo empezó a mejorar. Además, la llegada en el mercado de invierno de Kevin Kampl dio algo de oxígeno a un equipo, un año más, plagado de lesiones.

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A pesar de la evidente mejora, al equipo le faltó competitividad frente a los equipos grandes, lo que le impidió llegar más alto en la tabla. Sucumbió ante Bayern, Wolfsburgo y Gladbach, logrando sólo 5 puntos de 18 posibles ante los seis primeros clasificados. El poco fondo de armario del equipo de Jürgen Klopp no sólo se debió a las lesiones constantes de jugadores como Kevin Grosskreutz, Sven Bender o Lukas Piszczek, sino también al bajo rendimiento de los nuevos, especialmente Ciro Immobile y Adrián Ramos.

El camino hacia la Champions se acabó pronto. Aunque le competición europea había parecido la escapatoria a todas sus penas ligueras, el cruce contra la Juventus de Turín, dio la oportunidad al equipo italiano de cobrarse venganza por aquella final perdida en el 1997, poniendo fin a la andadura europea del Borussia Dortmund.

El sueño de la Copa dio alguna motivación extra a un equipo que acusó falta de confianza en sí mismo. La clasificación para la Europa League como séptimo pareció suavizar la mala temporada de los abejorros que, aun así, cayeron del podio europeo que habían conquistado los últimos años.

Triste fin a una era

En la Copa, el Dortmund fue otro. Tras eliminar al Hoffenheim heroicamente en los cuartos de final, el sorteo le emparejó con el Bayern de Múnich en semis. En el Allianz, ante un Bayern campeón de la Bundesliga y aspirante al triplete, los de Klopp se cargaron al equipo de Guardiola en una de las tandas de penaltis más horrorosa que se han visto en el fútbol profesional.

En la Final esperaba el Wolfsburgo, un equipo con mucha hambre. Por segundo año consecutivo, el Borussia Dortmund se quedó a las puertas de conseguir su cuarta DFB-Pokal, cerrando con un sabor agridulce la era más gloriosa de la historia del club, la “era Klopp”.

Jugador del año: Pierre-Emerick Aubameyang

El delantero gabonés Pierre-Emerick Aubameyang ha sido el mejor de su equipo esta temporada y, en parte, uno de los responsables de que el Dortmund haya conseguido meterse en la Liga Europa. Ha sido el máximo goleador, con 16 tantos, y ha tomado el relevo a Lewandowski. Además, ha demostrado un gran entendimiento con Marco Reus dentro del campo, lo que supone una buenísima noticia para el equipo borusser de cara a la próxima temporada.

Jugador revelación: Mitch Langerak

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A pesar de que no ha sido una temporada muy fácil para el Borussia Dortmund, hay un nombre que quizás destaque por encima del resto en este apartado. Ese es Mitch Langerak. El portero australiano ha aprovechado el mal momento que ha sufrido su compañero Roman Weindefeller para pelear por el puesto de arquero de las 'abejas'. Ha podido disfrutar de 14 partidos donde nos ha dejado detalles de gran portero y está dispuesto a que sigan contando como el primer guardameta del equipo de cara a la temporada que viene, ya que la presencia de Weindefeller en el equipo está en el aire.

Jugador decepción: Ciro Immobile

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El italiano Ciro Immobile llegó del Torino con el cartel de delantero revelación y, en una temporada, lo ha cambiado por el de delantero decepción. A pesar de que Klopp apostó por él en muchos partidos durante la primera vuelta, el italiano no ha conseguido ser el delantero brillante que deseaba media Europa el verano pasado. Tan sólo marcó tres goles en la Bundesliga. Al final, las oportunidades se le acabaron y acabó relegado al banquillo jugando los minutos finales de los partidos.