La selección inglesa sub-21 se enfrentó, a las 20.45, a la selección portuguesa en el encuentro correspondiente a la jornada uno del grupo B del Europeo de dicha categoría, que se está disputando estos días en la República Checa. El encuentro tuvo lugar en el estadio Městský fotbalový stadion Miroslava Valenty, de la ciudad checa Uherské Hradiště, donde 7.167 espectadores -posee una capacidad de aproximadamente 8.000 espectadores- se dieron cita para presenciar el encuentro entre dos de las grandes favoritas a llevarse el título de campeones de Europa sub-21 a su país.

Inglaterra dueña del balón; Portugal asusta

Con el pitido inicial del colegiado del encuentro, Inglaterra se hizo dueña y señora del esférico durante gran parte de los primeros 45 minutos. Sin embargo, ese gran control del balón no le servía al equipo entrenado por Gareth Southgate para llevar demasiado peligro a la meta de la selección lusa, defendida por Jose Sa. Algo que sí lograba, aunque no tuviera casi la posesión del esférico, la selección portuguesa, quien, con transiciones rápidas, avisaba a la selección inglesa de que cualquier descuido que pudieran tener podría significar encajar un gol.

En los primeros 25 minutos del encuentro fue donde, sobre todo, se notó lo que buscaban los dos equipos. La selección de Inglaterra, apoyada en su posesión de balón, intentaba llevar el balón por la sbandas, para que sus extremos, Nathan Redmond (Norwich City) y Jesse Lindgard (Manchester United), aprovecharan su gran potencia y desborde para poner en apuros a los defensas portugueses. Sin embargo, sus buenos centros apenas llegaron a ser rematados por el delantero de los spurs Harry Kane, quien no pudo superar en ningún momento por alto a sus marcadores. En estos primeros minutos, las acciones más peligrosas de la selección inglesa fueron un disparo desde fuera del área del mediocentro de los saints que se fue arriba y una gran oportunidad que tuvo Redmond dentro del área, pero cuyo disparo fue directamente a las manos del guardameta luso, quien sólo tuvo que despejarlo.

Por contra, la selección portuguesa sí consiguió que el guardameta del Stoke City y capitán de la selección inglesa, Jack Butland, tuviera que emplearse a fondo para salvar a su selección de encajar un gol, primero, tras un centro de Sergio Oliveira que se acabó envenenando, y después, tras una gran jugada de Bernardo Silva en la que tuvó que emplearse a fondo para detener el disparo de este. Los portugueses, comandados por los mediocentros Bernardo Silva y Sergio Oliveira, ponían el corazon de los aficionados y jugadores ingleses en un puño en cada una de sus llegadas.

En los últimos minutos de la primera parte, la selección inglesa sí consiguió evitar las rápidas transiciones de la selección dirigida por Rui Jorge y llevar más peligro al área rival por medio de su principal estrella, Harry Kane. El delantero del Tottenham Hotspur consiguió meter el miedo en el cuerpo a los jugadores portugueses, primero con un excepcional disparo ante el que el guardameta Jose Sa tuvo que poner en práctica sus grandes reflejos para sacar una mano providencial, y después, con otro gran disparo que se marchó fuera por poco. Justo al final del encuentro el extremo Jesse Lingard realizó un gran disparo, desde un lateral del área, al que le faltó coger un poco más de rosca para terminar siendo un fantástico gol.

Los lusos golpean primero

La segunda parte comenzó igual que la primera, con Inglaterra manejando el balón y con Portugal buscando la meta rival con rapidez. Sin embargo, esta vez fue primero Portugal la que salió mejor de los vestuarios, ya que, nada más indicar el árbitro el inicio del segundo tiempo, los lusos se lanzaron al ataque poniendo en serios problemas a los defensas ingleses, hasta el punto de que la única forma de pararlos fue con faltas, en una de ellas vio la amarilla el defensa Ben Gibson. Tras aguantar el chaparrón de los portugueses, la selección inglesa se lanzó a buscar el gol y estuvo a punto de conseguirlo en un gran lanzamiento de falta del centrocampista Ward-Prose que superó la barrera sin problemas pero se marcho rozando el palo de la portería defendida por Jose Sa.

Los jugadores de Inglaterra siguieron intentando pero sin suerte, algo que sí tuvo Portugal, quien en el minuto 56 del encuentro, consiguió batir a Jack Butland tras una serie de rechaces que acabaron con el esférico en las botas de Joao Mario quien, a puerta vacía, introdujo el balón en el fondo de la red estableciendo así el único gol del encuentro. Un intento de pase de Bernardo Silva fue rechazado por los defensas ingleses, con tan mala suerte que el balón le llegó a Ricardo, que se encontraba en el punto de penalti, y cuyo disparo fue repelido por el palo antes de llegar a las botas del goleador Joao Mario.

Inglaterra intenta rehacerse mientras Portugal busca el segundo

Tras el gol, la selección inglesa entró en un momento de incertidumbre durante el cual decidió refugiarse en el control del esférico para no darle más opciones a Portugal. Pasados unos cinco minutos desde el gol, la selección inglesa se lanzó al ataque para intentar buscar el gol de la igualada, pero era la selección portuguesa la que transimitía la sensación de que pudiera marcar otro gol, no porque sus llegadas al área tuvieran mucho peligro sino porque la selección inglesa se cortocircuitaba con cada llegada al área rival.

Con la llegada de los cambios, principalmente el del nuevo delantero del Liverpool Danny Ings en lugar de Lindgard, la selección inglesa transmitió más sensación de peligro y consiguió que los portugueses se encerraran en su campo. Este cambio dio lugar a dos grandes oportunidades para igualar el marcador, pero primero el disparo de Ings se marchó fuera por poco, y, después, otra gran parada del guardameta portugués a tiro de Kane, hicieron que no se moviera el marcador y que la selección portuguesa se llevara los primeros tres puntos a su casillero.