Del sueño más dulce se puede pasar a la amargura más trágica. Cuando el carnaval está en su esplendor, un minuto basta para que todos sus colores se vean palidecidos por una espesa nube que altere el entorno. Eso estuvo a punto de pasarle al equipo de Stephen Hart, quienes vencían 0-3 a su rival y, en todo el segundo tiempo, sintieron como las garras del pánico se clavaban en sus almas y amenazaban con llevarlos a vivir una remontada histórica en la Copa Oro. Con empuje, pasión y mucho coraje, Guatemala logró descontar en el marcador y agobio todo el segundo tiempo a una Trinidad y Tobago que perdió el rumbo que había impuesto en la primera parte y que pudo conducir al partido a una goleada impresionante en tan solo cuarenta y cinco minutos. Sin embargo, los caribeños se desorientaron con la ventaja y lograron resistir gracias a Michel bajo palos y a la poca fortuna del equipo chapín.

La mejor versión del Caribe

El partido arrancaba con un detalle táctico que cambiaría la historia del juego para siempre. Guatemala, apelando a un efecto sorpresa, paraba un 3-4-3 definido, donde su línea de centrales se adelantaba y se abría para absorber mayor cantidad de terreno. Sin embargo, Jones y compañía, más rápidos y fuertes, encontraron en la lentitud de los centrales guatemaltecos su mejor arma para golpear al equipo centroamericno. Rápidamente, la apuesta táctica de Sopegno se desdibujaba ante la buena técnica y la rapidez, física y mental, que el equipo caribeño exhibía en cada aproximación a la meta de Jerez. El 3-4-3 terminó siendo un suicidio futbolístico para Guatemala.

Es así como, tras un cabezazo de Abu Bakr al 4' y varias llegadas en velocidad de Jones y Cato, fue en un tiro de esquina, sobre minuto 11, donde una descolocación terrible de la defensa de Guatemala le permitiría a Bateau entrar solo sobre punto penal y rematar de derecha el cobro de Hyland sin oposición alguna. El marcador se rompía rápidamente y Trinidad encontraba a una defensa guatemalteca fría, desprovista de orden y totalmente desencajada ante la fluidez rítmica y el vértigo de sus rivales. El panorama presagiaba una caída histórica para un equipo necesitado de identidad y buenos resultados.

El gol de Bateau, el número 700 en la historia de la competición hizo que Guatemala entrara en pánico y se dejara invadir por los nervios. Fue así como, al 14', en un terrible despiste de la defensa chapina, Aparicio chocó el balón en Jones cuando intentaba generar un cambio de juego, dejando que el rebote cayera en pies de Cato, quien amagó sobre la marca de Lalín, lo dejó con suma facilidad y enfiló a portería. Ya frente a Jerez, un recorte largo fue todo para batir al guardameta y definir, a puerta vacía, el segundo gol en el marcador y el mazazo definitivo en la moral centroamericana. Una vez más la descolocación de la línea de tres hacía estragos en el plantel chapín, dejando en claro la lentitud de sus zagueros y la nulidad táctica en su parado dentro de la cancha.

Tras el 0-2, Trinidad asumió el mando del partido y comenzó a encontrar auténticas carreteras en los carriles guatemaltecos, donde ni Cincutta ni Aparicio podían hacer algo para evitar las arremetidas de Cyrus y Hyland por los costados. Sobre el 20', Cato aprovechó un pase entre líneas de Jones, pero el control quedó largo y facilitó el cierre de Lalín antes del disparo del caribeño. Fue hasta el 23' cuando, tras un balón ganado por Ruíz, Pappa habilitó a Herrarte por derecha, quien sacó un centro venenoso que Contreras no pudo rematar, siendo la primera aproximación de los chapines en todo el encuentro.

Tras el 0-2, Trinidad asumió el mando del partido y comenzó a encontrar auténticas carreteras en los carriles guatemaltecos

La respuesta triniteña fue instantánea y, al 24', un pase de Hyland por encima de los defensas encontraba a Jones en punto penal, quien controló de pecho y acomodó para colocar una volea de derecha que apenas se iba desviada de la puerta de Jerez. Esa no sería más que la antesala para que, al 26', una combinación de Hyland y Jones rompiera a toda la defensa chapina y dejara solo a Cato ante Jerez. El meta logró contener el disparo, pero el propio Jones pescaría el rebote para hundir sin problemas el esférico a la red. El 0-3 era contundente y certero. Los golpes caribeños habían sido claves y Guatemala deambulaba por el césped sin alma, sin idea y sin sentido de qué hacer para evitar una goleada mayor.

Guatemala seguía sin encontrar rumbo fijo y dejaba de lado su planteamiento táctico ante la imposibilidad de frenar en velocidad a sus rivales

Guatemala intentaría reaccionar con un disparo lejano de Márquez al 31' y otro de Pappa al 33', pero, nuevamente, Cato dejaría en velocidad a Lalín y dejaría hacia atrás el esférico para que, al 36', Guerra sacara un misilazo que se iba apenas desviado de la portería de Jerez. Tres minutos después, al 39', Cato colocaría un centro al área, tras una gran pared junto a Cyrus, pero Jones remataba suave a portería y alcanzaba a encontrar la reacción de Lalín ya sobre línea de gol. Luego, al 40', Cyrus sacaba unr emate potente desde fuera del área que Jerez tapaba y Jones remataba a puerta pero, una vez más, Lalín sacaba el esférico antes que este traspasara la línea de gol.

El primer tiempo se iría con un remate de Hyland que pasaba cerca del larguero al 43' y con la sensación de una Trinidad que estuvo a punto de firmar una goleada histórica en apenas el primer tiempo. Guatemala, por su parte, seguía sin encontrar rumbo fijo y dejaba de lado su planteamiento táctico ante la imposibilidad de frenar en velocidad a sus rivales. Todo pintaba a una goleada sorprendente. Todo indicaba que los chapines deberían resguardarse y evitar un daño mayor. Lo que no se apuntaba, era la reacción que el cuadro centroamericano encontraría ante la comodidad que los triniteños sí encontraron tras el descanso.

La fe que estuvo a punto de mover la montaña

La segunda parte arrancó con un mensaje claro del entrenador chapín. Dos cambios y dos variantes. Se rompía el 3-4-3 y se pasaba a un 4-4-2 más claro, más definido y sin muchos espacios para la velocidad caribeña. Las líneas, más juntas desde el arranque, encontraron una cohesión táctica en bloque que apretó a los triniteños y apagó las luces de Hyland y Jones sobre el mediocampo, ganando así la posesión del balón y evitando ser sorprendidos en velocidad. Por su parte, Trinidad apagó el chip ambicioso y le dio el esférico a sus rivales, creyendo tener el partido resuelto y apostándole a un contragolpe que en toda la segunda parte ya no generó ningún peligro sobre la puerta de Jerez.

Guatemala crecía y se convencía de poder remontar el marcador

La primera llegada chapina, contrario al primer tiempo, llegaría al 48' con un disparo desviado de Ruíz, pero que llegaba producto de una enorme combinación entre Contreras, Pappa y el recién ingresado López. Luego, al 51', tras un cobro de falta de Contreras, botado de forma táctica, Pappa sorprendía a la defensa rival con un zurdazo que se iba apenas encima del larguero y agregaba más peligrosidad a los intentos chapines. Sobre minuto 60, Contreras encontraba una cesión de oro de Pappa sobre la derecha, recortaba a David y sacaba un derechazo cruzado que se iba apenas rozado por el guante de Michel, pero Ruíz no alcanzaba a rematar en el rebote para hundir el esférico a la red. Guatemala crecía y se convencía de poder remontar el marcador.

Al 61', era Herrarte quien volvía a trepar por derecha, tras pase de Pappa, y sacaba un misilazo que encontraba bien colocado a Michel en el fondo. Pero, al 64', Lalín saltaría líneas y colocaría un trazo largo desde zona defensiva, que encontraría a Ruíz dentro del área chica. El histórico goleador chapín controlaría de pecho, sortería a base de fuerza la marca de Bateau y sacaría una volea impresionante que batiría la resistencia de Michel para colocar el descuento en el marcador. Ruíz, siempre Ruíz. Guatemala se encomendaba a su goleador histórico, a su máxima figura y a su mayor referente ofensivo para creer en el milagro, para resucitar la fe y para hundir en el pánico a Trinidad y Tobago.

Ruíz, siempre Ruíz. Guatemala se encomendaba a su goleador histórico para creer en el milagro y para hundir en el pánico a Trinidad y Tobago

Tras el gol, Guatemala despertó. Trinidad y Tobago pareció palidecer ante el empuje centroamerico y vio como Hyland y Jones se convertían en meras sombras sobre el terreno de juego. Al 65', Herrarte volvía a trepar por derecha, se sacaba a dos marcadores y enviaba un derechazo fulminante que Michel mandaba a tiro de esquina. Luego, al 71', Jones sacaba un disparo de larga distancia, siendo ésta la única respuesta triniteña ante una Guatemala fuerte, aplicada y totalmente cambiada de la Guatemala gris del primer tiempo. Contreras contestaba al 73' con un derechazo espectacular que obligaba a la estirada de Michel para proteger su portería. Los chapines tocaban puerta y Michel comenzaba a erguirse como el héreo de un resultado aparentemente cómodo.

Trinidad volvería a reaccionar al 77' con un tímido intento de Jones, pero, al 78', Contreras hacía una pared fenomenal con López y cruzaba un disparo de derecha que se abría sobre segundo poste, pero la barrida de Ruíz quedaba corta y no lograba empujar el balón al fondo de la red. Poco a poco, Guatemala adelantaba sus líneas, pero Trinidad no encontraba precisión en sus contragolpes, facilitándole el trabajo a la defensa chapina y dejando de asustar la puerta de Jerez. Al 88', Contreras encontraba otro espacio entre la zona media y los volantes triniteños y sacaba un derechazo que Michel alcanzaba a tocar con sus dedos y enviar a tiro de esquina.

El partido llegaba a su fin, pero Guatemala no dejaba de creer en la remontada, por lo que, al 89', Contreras calcaba una jugada ya utilizada junto a López, sacaba un derechazo cruzado, pero, nuevamente, Ruízz quedaba corto en la barrida sobre segundo poste ahogando el grito de gol en la tribuna. El último intento llegaría al 93' con un cabezazo apenas desviado de Lalín, acción con la cual se cerraría el encuentro y la victoria caribeña. Con este resultado, Trinidad queda con tres puntos junto a México, liderando el sector C de la Copa Oro. Para los chapines, sin embargo, la goleada azteca a Cuba le da la esperanza de poder mejorar su rendimiento y aspirar a un tercer puesto en su búsqueda por trascender en el torneo de la confederación.