Xherdan Shaqiri, ausente por la sanción de un partido que arrastra desde la pasada Coppa Italia, presenciaba el partido desde las gradas de White Hart Lane. El interacional suizo, que ya estuvo presente en la tribuna del Britannia Stadium en la pasada jornada ante el Liverpool, cuando aún no era oficial su fichaje, debería estar preguntándose por qué no podía bajar al campo y ayudar a los que ya son sus compañeros de equipo.

Y es que el encuentro entre el Tottenham Hotspur y el Stoke City comenzó con dominio local y, prácticamente, con incomparecencia visitante. Mauricio Pochettino repetía con Eric Dier de mediocentro, aunque en esta ocasión con Ryan Mason como pareja de baile en vez de Nabil Bentaleb. Por otro lado, Hugo Lloris volvía para defender la portería spur tras recuperarse de su lesión. El francés disputaba de esta manera su partido de Premier League número 100 con la camiseta de los lilywhites.

En el bando potter, reaparecía Marko Arnautovic tras perderse la primera jornada debido a unas molestias físicas. La presencia del austriaco modificó la línea de tres cuartos de los rojiblancos, que pasó a estar formada por el ex del Werder Bremen en la izquierda, Ibrahim Afellay como enganche y Jonathan Walters de extremo diestro, si bien el internacional por la República de Irlanda alternaba en ocasiones con Mame Biram Diouf como ‘9’ de manera provisional.

Además, tras el paso por el quirófano del capitán Ryan Shawcross, la pareja en el eje de la zaga de los de Staffordshire volvió a estar formada, por segunda jornada consecutiva, por el estadounidense Geoff Cameron y por el español Marc Muniesa, que parecen haber convencido a Mark Hughes para estos primeros envites de la temporada.

Eriksen lidera el arreón local

Pronto avisó Christian Eriksen de las intenciones spurs. El mediapunta danés se echó a su equipo a la espalda y, antes de los primeros 10 minutos, ya había puesto a prueba a Jack Butland con un zurdazo y con un lanzamiento de falta desde la frontal. El internacional sub 21 por Inglaterra, flamante sustituto de Asmir Begovic, respondió de manera sobria y segura ante las tentativas del ex del Ajax.

Poco después, el devenir del encuentro pudo dar un giro rotundo cuando Mame Biram Diouf desaprovechó un error grosero de Hugo Lloris en la salida de balón, si bien fue el propio cancerbero galo el que detuvo el disparo del ariete senegalés. El ex del Hannover se encontraba por primera vez con la intervención del portero francés. No iba a ser la última.

Rondando el minuto 20 de juego, y una vez repuestos del susto visitante, los lilywhites iban a tomar la delantera gracias a un remate de cabeza de Eric Dier a la salida de un córner perfectamente ejecutado por, quién si no, Christian Eriksen. El ex del Sporting de Portugal atacó el primer palo después de ganarle la partida por alto a Marco van Ginkel y puso de esta manera por delante a los suyos. El Stoke City, inoperante hasta el momento, iba a sufrir en lo que quedaba de la primera mitad.

Primero fue Harry Kane el que dio el aviso, pero su gol fue anulado por un claro fuera de juego y, después, fue Nacer Chadli quien desaprovechó un sensacional pase de Eriksen desde su propio campo. El primer toque del belga fue horrible, se echó el cuero demasiado largo y facilitó la intervención del cancerbero stokie.

El duelo se acercaba al entretiempo cuando Mame Diouf iba a disponer del primero de los tres remates de cabeza a bocajarro de los que gozaría durante los 90 minutos. Primer intento: al muñeco.

Sin tiempo para asimilar el fallo, al Stoke City le llegarían dos golpes seguidos que, de no ser por Jack Butland, se hubieran convertido en dos tantos en vez de en uno. Ya en el 45, Harry Kane habilitó de manera brillante a Ryan Mason, pero su disparo lo despejó el internacional sub 21 inglés con la punta del pie. Dos minutos más tarde, Ben Davies ganó la línea de fondo y puso un buen envío que, en el segundo palo y aprovechándose del no despeje de Erik Pieters, Nacer Chadli voleó a las redes para hacer el 2-0.

Tras una primera mitad para olvidar por parte del Stoke City, en la que únicamente se salvó el cancerbero Jack Butland –con al menos tres intervenciones decisivas–, el conjunto de Mark Hughes afrontaba el paso por los vestuarios con muchas cosas por mejorar. Por su parte, el Tottenham Hotspur, sin hacer gala de un fútbol brillante, había sido superior a su rival y se llevaba una ventaja de dos goles tras la disputa de los primeros 45 minutos.

Butland sostiene al Stoke City, Ireland lo revive

Poco cambió tras el descanso. Saltaron los mismos 22 hombres al terreno de juego y el encuentro se encaminó por los mismos derroteros que en el primer acto. Así, como en un calco de lo que ya había ocurrido previamente, el Tottenham dominaba, Eriksen dirigía la orquesta y Jack Butland mantenía a flote la nave potter, en esta ocasión con una parada milagrosa a un remate a bocajarro de Harry Kane.

De no ser por el ex guardameta del Derby County, el marcador de White Hart Lane podría haber reflejado un resultado mucho más abultado en aquellos instantes. Seguía, entonces, perdonando el conjunto local y, sin síntomas de mejora en el cuadro rojiblanco, Mark Hughes decidió introducir un doble cambio que iba a resultar decisivo: Stephen Ireland ocupó el sitio de un desaparecido Marco van Ginkel y Joselu sustituyó a Jonathan Walters para actuar en la punta del ataque desplazando a Diouf a la banda diestra. Era el minuto 59.

Ireland fue decisivo en el revivir del Stoke City. Foto: express.co.uk

Tres minutos más tarde el senegalés iba a disponer de su segundo remate de cabeza a bocajarro de la tarde tras una buena habilitación del recién ingresado Ireland. Como en el primer intento, Hugo Lloris se hizo enorme y desbarató la ocasión del africano. Mientras tanto, Jack Butland seguía a lo suyo. Se había propuesto no encajar ningún gol más y así iba a ser a pesar del intento de Dembélé.

Así se llegó al crucial minuto 78 del encuentro. Ireland dibujó una diagonal para encontrar a Joselu en el área y el ariete español, con un cambio de dirección magnífico, engañó por completo a Toby Alderweireld, que no tuvo más remedio que cometer penalti sobre el ex del Celta. Marko Arnautovic, que estaba siendo de lo poco salvable en el conjunto del condado de Staffordshire, convirtió la pena máxima con un chut potente que, aun habiendo adivinado su trayectoria, Lloris fue incapaz de detener.

Sin hacer nada del otro mundo, el Stoke City estaba de nuevo en un partido que no pintaba nada bien para los intereses rojiblancos hacía apenas unos segundos. Y más dentro del choque iba a estar cuatro minutos más tarde cuando a Mame Diouf se le presentó la tercera oportunidad para rematar con la testa en el área spur.

Como se suele decir, a la tercera va la vencida y, tras un preciso centro de Stephen Ireland, el senegalés, en el que posiblemente fue el remate de cabeza que peor conectó en el partido –apenas rozando el balón– pudo batir al fin al cancerbero internacional galo. En cinco minutos, el Stoke City había empatado un encuentro en el que, hasta entonces, tenía todas las de acabar en derrota.

El gol espoleó a los pupilos de Mark Hughes y terminó de hundir a los de Pochettino en un partido que acabó haciéndoseles larguísimo y pudieron haber dejado escapar si Stephen Ireland hubiera cabeceado a las redes un buen centro de Marko Arnautovic en los instantes finales. La tuvo el ex del Aston Villa para coronarse como el héroe indiscutible del encuentro tras el pase a Joselu en el penalti y la asistencia a Diouf en el empate, pero su remate se marchó por encima del larguero y el encuentro acabó en unas tablas y un reparto de puntos que, visto lo visto sobre el césped de White Hart Lane, sabrán mejor en Stoke-on-Trent que en Londres.