Omnipotente, dominador y contundente, el Bayer Leverkusen devoró 3-0 a una débil y endeble Lazio en el partido de vuelta de los Play-off de la UEFA Champions League. Los goles de Calhanoglu, Mehmedi y Bellarabi simplemente confirmaron la superioridad absoluta mostrada por los alemanes ante sus rivales italianos que nunca pudieron oponer resistencia y se vieron totalmente reducidos a una mínima expresión que nunca dio la sensación de peligrosidad en la eliminatoria. Apenas una dudosa jugada de Keita en el área, que pudo sancionar con penal a favor para la Lazio, fue lo más que hizo el equipo celeste en el BayArena, donde cayó molido a goles y quedando fuera de la fiesta grande de Europa.

Decisión, dominio y ferocidad

El partido arrancó con el once de gala del Bayer Leverkusen, ante un equipo italiano disminuido por la baja de Biglia en zona media y de Klose en ataque. Sin embargo, más allá de las bajas o planteles, fue la intensidad y voracidad con la que saltaron al terreno de juego los aspirineros lo que marcó la diferencia del partido desde el primer minuto. Ya para los primeros 30 segundos, un balòn filtrado de Calhanoglu encontraba a Kiessling en el área, pero el control del centrodelantero quedaba largo y se iba por lìnea final. Luego, al 3', un error defensivo de Lulic acababa con remate de Calhanoglu rebotado en Anderson. El peligro apenas comenzaba.

El Bayer Leverkusen era mejor, más intentos y solo necesitaba ser mucho más preciso en el área

Bellarabi lo intentaba tras una increíble acción individual sobre Radu al 6', pero su intento abría demasiado sobre primer poste y se iba fuera. Calhanoglu repetía una gran pared con Mehmedi sobre el borde del área al 7' y al 9', pero en ambas ocasiones su disparo acababa rebotado en el cierre defensivo de Mauricio. La mediacancha teutona se devorada a Parolo y Onazi, demasiado lentos y excesivamente blandos, quienes no podían competir con la presión agobiante de Kramer y Bender, respaldados por tremendos regresos de Mehmedi y Bellarabi por los costados. El Bayer Leverkusen era mejor, más intentos y solo necesitaba ser mucho más preciso en el área.

Al 16', Calhanoglu volvìa a hacer un nudo completo a Parolo y Onazi y sacaba un derechazo potente que se iba apenas rozando la parte superior del larguero. Luego, al 17', un rebote dejaba a Basta probando desde fuera del área pero encontrando bien ubicado a Leno en primer poste. Las acciones continuaban en favor de los aspirineros, quienes poseían la sensación de gol y obligaban a la Lazio a asfixiarse tras dos pases y replegarse en su zona baja a toda velocidad pero totalmente carente de coordinación. Es así como, al 25', un centro medido de Calhanoglu encontraba a Kiessling en el área, quien remataba de cabeza pero su intento impactaba en el travesaño y era rechazado por Basta en el rebote.

Tras esta acicón, siempre al 25', Bellarabi ganaba un balòn a Parolo en zona media, perforaba la banda de Radu y Lulic y sacaba un derechazo rasante bien tapado por Berisha. Luego, en la siguiente acción, Papadopoulus sacaba un cabezazo solo en punto penal, pero su testarazo se iba apenas desviado de primer poste. La Lazio respondería con la única acción de peligro que tuvo en todo el partido cuando, al 29', Keita le ganaba la espalda a Tah y, tras una excelso pase de Candreva, se sacaba al zaguero a base de fuerza, aguantaba la evidente carga de Tah y disparaba a puerta, pero su intento era ligeramente desviado por la mano del central, reclamando penali pero siendo ignorado por Velasco Carballo.

El Leverkusen encontraba el justo premio a su fútbol y la Lazio era castigada por su apatía total en el encuentro

Keita volvería a probar desde fuera del área al 30', pero, tras la acción anterior, el jugador se quedaría reclamando la posible pena máxima y perdería la noción del partido, diluyéndose con él toda capacidad ofensiva de los italianos. Esto dejó el partido para que, al 39', una gran acción de corte de Kramer sobre Onazi habilitaba a Mehmedi en diagonal hacia el centro. El suizo tocaba para Kiessling, quien le ganaba el duelo a Mauricio y abría para Bellarabi, quien centraba pero el toque rebotaba en Parolo y Calhanoglu recogía el balòn para hundirlo con un potente derechazo ante el inútil recorrido de poste a poste de Berisha. El Leverkusen encontraba el justo premio a su fútbol y la Lazio era castigada por su apatía total en el encuentro.

El primer tiempo cerraba con este gol, más un remate peligroso de Calhanoglu, por mucho, el mejor hombre del equipo teutón en el partido. El resultado, completamente justo a lo mostrado en el desarrollo del partido, seguía dándole esperanza a la Lazio de apostarle a una jugada aislada en ataque que le regalara el gol que frustrara todo el esfuerzo alemán. Sin embargo, la presión asfixiante, el repliegue de líneas, el posicionamiento en velocidad y las transiciones voraces del Leverkusen dejaban en claro que su dominio se plasmaría en goles en cuestión de tiempo.

Control total sin mayores sobresaltos

La segunda parte sería un auténtico calco de la primera. Presionando en la salida y replegándose de forma maravillosa por todo el campo, el Leverkusen achicaba el terreno de juego para la Lazio y los obligaba a levantar el esférico y salir desordenadamente para que Papadopoulus y Tah resolvieran de buena forma en el fondo. Sin embargo, esa misma presión produciría que, al 47', Kramer le ganara el balón, por enésima vez, a Onazi y abriera para Calhanoglu en diagonal hacia la derecha. El turco, inspirado y divinamente ubicado, tocaría en profundidad para que Mehmedi se sacara en el giro a Mauricio con extrema facilidad y se escapara dentro del área para definir potente y de derecha sobre el primer poste de Berisha. Era el 2-0 y el Leverkusen se anotaba en Europa.

Tras el gol del suizo, la Lazio se derrumbó. Ya al 50' Calhanoglu volvía a sacar un balazo de derecha que tapaba Berisha y Bender, al 52', sacaba otro misil desde casi 30 metros que el meta rival enviaba a tiro de esquina. Onazi no reaccionaba y Parolo seguía perdiendo todos los balones que intentaba enviar en transición hacia el ataque. Keita dejó de complicar a Tah, quien le ganó todos los balones que el joven atacante intentó correr en la segunda parte y el equipo italiano moría lentamente, presa de su propia desesperación e impotencia y, también, del increíble despliegue táctica del Bayer Leverkusen, perfecto de principio a fin y sin dejar respiros a su rival.

Tras el gol del suizo, la Lazio se derrumbó

Bellarabi se sacaba un tremenda opción al contragolpe al 65', pero, tras su endiablado regate en velocidad sobre Basta, su derechazo se abría por completo sin encontrar rumbo de portería. Tras esta acción, los italianos incrementaron la fuerza excesiva en la marca, lo que derivó en la expulsión del central Mauricio por doble amonestación y, con ello, la señal casi inapelable de que los italianos se daban por derrotados en campo alemán. Mehmedi abría un espacio al 73', pero el cabezazo de Kiessling encontraba a Radu en el área, quien lo enviaba a córner antes de que Calhanoglu entrara solo para definir sobre punto penal.

El Leverkusen movío el banquillo dándole paso a Brandt y Kruse para oxigenar el ataque. Con estos ingresos, los aspirineros no aflojaron en ningún momento la presión sobre los centrales laziales y dejaban siempre la sensación de conseguir el tercero en cualquier momento. Sin ideas, sin espíritu y sin ambición, la Lazio se desvanecía en las carentes llegadas de Candreva y en la nulidad de ideas de un Anderson perdido en la cancha. Ya al 83', Kruse hacía una tremenda acción individual en el área, pero Gentiletti alcanzaba a recortar antes que Kiessling hunderia el balòn a la red ante un vencido Berisha.

Ya con el paso de los minutos y un equipo italiano perdido en el terreno de juego, un balón largo de Tah al 89', era ganado por Kiessling en tres cuartos de cancha, quien abría para Brandt solo a la espalda de Radu. En velocidad, el joven alemán devoró todo el terreno de juego hasta llegar solo ante Berisha, tocar hacia la izquierda y dejar que Bellarabi hundiera el esférico a puerta vacía y con Basta y el propio Berisha regresando totalmente desesperados. Con esta acción se firmaba el tercer gol y se sellaba la historia. El Bayer Leverkusen era de Champions y firmaba el pleno alemán de cuatro clubes con el Bayern de Múnich, Wolfsburgo y Borussia Mönchengladbach como acompañantes totales.