La vida no podría ir mejor para Claudio Ranieri y su conjunto. El Leicester City se asienta segundo en la tabla de clasificación con dos victorias y un empate. Esta próxima jornada se desplazará hasta el Vitality Stadium para enfrentarse a uno de los recién ascendidos, el Bournemouth. A pesar de contar con más experiencia en Premier, el conjunto cherry también ha demostrado que sabe jugar aunque ha pecado de poco acierto a portería.

Ranieri está contento tal y como marchan las cosas, aunque se muestra cauto porque todo indica que podría pasar lo mismo que la pasada temporada. Los foxes empezaron muy bien la campaña 2014-2015, pero enseguida llegó "una racha de seis o siete partidos perdidos". Ahora, el técnico lo traduce como experiencia. "Nuestra meta es salvar al Leicester y alcanzar los 40 puntos lo antes posible", añadió el italiano.

Éste también asume su papel doble en la dirección de su escuadra: "Mi trabajo es recordar a todos que en fútbol hay sonrisas y malos momentos". El técnico piensa que es necesario un efecto balanza. Recordar los malos momentos cuando vas bien mientras que los buenos te deben venir a la cabeza cuando todo va mal. Por ello, Claudio Ranieri sabe muy bien que el partido de este sábado será "duro, muy duro".

El conjunto de West Midlans no se puede distraer. El Bournemouth llega con la moral por las nubes tras ganar cuatro a tres al West Ham United en la última jornada y de masacrar al Hartlepool en la Capital One Cup. El italiano alabó la escuadra de los cherries y afirmó que no merecieron la derrota tanto frente al Aston Villa como ante el Liverpool. "Ganaron al West Ham y ahora quieren batirnos, es normal", sugirió. Por último, ha visto dos o tres partidos del Bournemouth para asegurar que "juegan bien, compactos y en buena forma".