Tras varios días donde el rumor era cada vez más intenso, hasta con el jugador quedándose fuera de la convocatoria del último encuentro, este domingo por fin se hacía oficial la marcha del jugador franquicia del Wolfsburgo. Kevin De Bruyne abandona los lobos rumbos al Manchester City, quien tendrá que pagar la friolera suma de 75.000.000 de euros. Un traspaso record en Bundesliga, que casi dobla los 41 millones desembolsados por el Liverpool hace un mes por el brasileño Firmino (segundo en la lista). El belga ha firmado un contrato con los citizens de seis temporadas, en las que percibirá un montante cercano a los 13 millones de euros por temporada, convirtiéndose así en uno de los hombres mejor pagados del planeta.

"Nos hubiera gustado seguir trabajando con Kevin, pero acordamos concederle su deseo de fichar por el City"Oficializada la transacción, tanto director deportivo como jugador se deshicieron en agradecimientos mutuos. “Nos hubiera gustado seguir trabajando con Kevin, pero acordamos concederle su deseo de fichar por el Manchester City. Nos lamentamos de su traspaso, ya que era un elemento importante de nuestro equipo, pero todavía tenemos un cuadro lo suficientemente fuerte como para continuar con el éxito de los últimos meses”, dijo Allofs. “Me gustaría dar las gracias a todo el equipo por este tiempo maravilloso, muy exitoso e inolvidable. Quiero darle mi especial agradecimiento a Klaus Allofs y al entrenador Dieter Hecking, quienes me dieron la oportunidad de probarme en una de las mejores ligas del mundo. Le deseo lo mejor al Wolfsburgo y que tenga mucho éxito”, declaró De Bruyne.

Punto de inflexión en el proyecto

La salida de De Bruyne supone un antes y un después en la historia más reciente del Wolfsburgo. Tras un año inolvidable, en el que el belga logró aupar a los lobos a lo más alto, el cuadro sajón se despide de su jugador insignia. Su hombre franquicia, el rostro más reconocible de un proyecto que, tras dos años absolutamente exitosos en cuanto a gestión deportiva, queda fracturado. La increíble última temporada del belga, mejor jugador del año en la Bundesliga, dio al Wolfsburgo ese salto necesario en el proyecto que era acceder a Champions League. Una Champions League que ahora deberá afrontar si el líder de la manada, demostrando ser un bloque más allá de los nombres.

un proyecto que, tras dos años exitosos en la gestión deportiva, queda fracturado

Sin De Bruyne, el Wolfsburgo no solo pierde un enorme jugador al que el equipo se había acoplado como un guante, sino también un factor diferencial. Ese factor diferencial que tienen algunos equipos grandes, capaz de convertir acciones puntuales en puntos reales para su equipo. Con el mercado tocando a su fin, no parece probable que el Wolfsburgo pueda hacerse con ningún jugador que si quiera se aproxime al belga, por lo que el resto de la plantilla se verá obligada a dar un paso al frente. La bola pasa ahora a hombres como Schürrle, Kruse o Luiz Gustavo, quienes deberán asumir su nuevo rol de líderes.