Después de empatar en casa ante el recién ascendido Ingolstadt, hace dos semanas, el Borussia Mönchengladbach recibía al Hannover con la obligación de ganar. Y lo hacía sin Xhaka, expulsado en el último encuentro y con Nordtveit y Dahoud haciendo la función del suizo. En frente, un Hannover que tras caer en casa con claridad, buscaba la victoria para alejarse de los puestos de abajo.

Pese a que el dominio del juego y las ocasiones más claras fueron para los locales, el primer gol cerca estuvo de caer del lado del Hannover con un mano a mano de Sobiech que detenía Sommer. El cuero se colaba en la portería y Nordtveit muy atento despejaba en la línea de gol.  El frío Gladbach fue poco a poco entrando en el encuentro gracias a la aparición de Traoré, imparable durante todo el encuentro. Fue el extremo el que se internó en el área y se la dejó a Stindl para que el atacante estrellara el balón en el poste en la primera ocasión clara de los locales.

Siguieron los de  André Schubert volcando el juego por la banda de Traoré que respondió una y otra vez a las necesidades de su equipo, muy dependientes en el día de hoy del francés. El jugador de 27 años levantó la cabeza y puso un centro medido a la cabeza de Raffael que, solo en la frontal del área pequeña, la tiró a las manos de Zieler.

Traoré adelanta al Mönchengladbach

El partidazo que estaba haciendo el extremo local, fue premiado a la media hora de partido con un golazo colectivo. Todo el equipo movió el balón a las mil maravillas hasta que Dahoud encontró a Traoré solo que en el mano a mano, la colocó con el exterior por debajo de las piernas de Zieler. Antes del descanso el Hannover tuvo una última ocasión con el remate de Karaman que atajó Sommer con una gran estirada.

Tras el descanso, el Hannover salió con otra cara y dispuesto a equilibrar el encuentro lo antes posible. Bech disfrutó de un mano a mano ante Sommer que tapó bien pero el cuero le sobrepasó y fue repelido por el palo. Siguieron sucediéndose las ocasiones en una segunda parte muy bonita de ver para el espectador con ocasiones casi a cada minuto y con intervenciones de los porteros en ambas porterías.

Recital bajo los palos

Tanto Zieler como Sommer se encargaron de que el partido no acabara con un resultado abultado para uno y otro equipo. Y es que si el Mönchengladbach se llevó los tres puntos fue por la calidad arriba y su puntería, algo que le falto al Hannover.

Sommer tuvo que intervenir en dos ocasiones consecutivas. Primero a un gran chut de Karaman y después a un remate de cabeza de Gülselam que ya cantaba el gol cuando apareció la manopla del cancerbero suizo. Solo dos minutos después, los locales intentaron responder y ampliar la diferencia con un mano a mano de Stindl que no supo concretar a gol.

El equipo de Raffael y compañía no sentenciaba y el Hannover estrechó el cerco sobre el área rival consciente de que Sommer no podía parar todo lo que le llagaba. Así, a la salida de un córner que en primera instancia repelió Sommer, Sobiech se rehízo dentro del área y en un movimiento de delantero de área recogió el balón suelto para colocar el empate. Lejos de replegarse e intentar defender un empate de mucho mérito, el Hannover se fue a por el encuentro y fue entonces cuando se encontró con un imperial Sommer. Karaman tuvo un mano a mano que se fue al lateral de la red. Acto seguido y tras un gran centro remató un difícil balón que obligo al cancerbero local a sacar una mano prodigiosa cuando el balón se colaba.

Pero no solo Sommer iba a ser protagonista. Zieler, portero visitante, también dejó su huella en el encuentro. Primero repelió dos chuts de Raffael con suma seguridad y después hizo una auténtica parada de mérito ante Dahoud, muy brillante en el encuentro. Pero el peligro del Gladbach llegaba cada vez con más asiduidad hasta que la enésima internada de Traoré fue aprovechada por Raffael que, al primer toque, fusiló a Zieler para dejar los tres puntos en el Borussia-Park.