Tras un empate en el campo del Feyenoord, el Ajax volvía a jugar en casa, con el deseo de brindarle a su afición una gran noche de fútbol. Tenían la ocasión perfecta: se enfrentaban contra el irregular Cambuur Leeuwarden, segundo por la cola en la clasificación, así que la idea de golearles no resultaba descabellada, pues el Cambuur es el equipo más goleado de la categoría, y en el último partido en la casa del Ajax, éstos habían vapuleado al Roda JC Kerkrade. 

El Cambuur llegaba a Ámsterdam, aún con el mal sabor de boca de haber empatado contra el Groningen antes del parón de selecciones, con el propósito de recibir el menor número de goles en contra posible, y durante los primeros minutos todo apuntaba a que así sería; en el campo jugaban un Cambuur sin muchos problemas ni recursos y un Ajax parsimonioso que subía y bajaba el balón como y cuando quería, sin ninguna ocasión clara, hasta que tras un córner pobremente defendido por el equipo de Leeuwarden, llegó la alegría para los locales; Veltman les ponía en cabeza.

Sin embargo, pese a la serenidad que le brindaba la situación al Ajax de Ámsterdam, llegó el empate del Cambuur en la siguiente jugada, de mano de van de Streek, lo que obligaba a los locales a abandonar su tranquilidad y a responder contundentemente si no querían perder puntos en su lucha contra PSV y Feyenoord.

La alegría le duró poco al equipo visitante, pues Arkadiusz Milik, el delantero polaco, de nuevo tras un córner, fue el que volvía a poner por delante al Ajax dos minutos después del empate del Cambuur. 

El partido estaba abierto. Si el Cambuur había empatado una vez, ¿quién decía que no lo podía hacer otra vez? La ocasión más clara del equipo visitante la tuvo Dammers, quien cabeceó el balón, que impactó contra el larguero, dejando a los pocos aficionados que se habían trasladado al Amsterdam ArenA suspirando aliviados. El equipo local debía reaccionar. Fue el capitán ajacied, Davy Klaassen, el encargado de sentenciar el partido con dos goles antes del descanso, en dos jugadas mal defendidas por el equipo de Leeuwarden.

Los aficionados locales que habían decidido no estar presentes en la primera mitad para protestar por recientes problemas de la directiva (el despido de Wim Jonk, entrenador del Jong Ajax y la marcha de Johan Cruyff, el asesor del club), volvieron a las gradas en cuanto el árbitro dio comienzo a la segunda mitad, que nada tendría que ver con el espectáculo de goles ocurrido en la primera mitad, aunque el extremo derecho, Amin Younes (titular en el lugar de Anwar El-Ghazi, máximo goleador del equipo de Frank de Boer) marcó el quinto gol para el conjunto de Ámsterdam y el segundo en su cuenta particular en Eredivisie.

El Cambuur había tirado la toalla mucho rato atrás, solo había que observar su juego para saberlo: una delantera sin ideas, con la ausencia de su jugador más desequilibrante, Bartholomew Ogbeche, y una paupérrima defensa que había visto encajar 35 goles, hacían que el equipo de Leeuwarden se quedase una semana más en puestos de descenso, y sin degustar la victoria en las primeras trece jornadas.

Por el contrario, el Ajax de Ámsterdam, que había jugado un partido bastante discreto a pesar del abultado resultado, se afianzó aún más en la primera posición, pues su rival directo en la tabla, el PSV Eindhoven, empataba a dos en casa del Willem II, volviendo a dejar las cosas tal y como estaban antes de la jornada 12, a falta del partido entre Feyenoord y Twente.